Desde que yo recuerdo, aquí en Long Island especialmente en el pueblo de Hempstead nosotros los hispanos, vivimos los triunfos y las penas de nuestra comunidad. Pero especialmente se viven momentos de angustia y desesperación cuando suceden desastres en nuestro país de origen que terminan castigando a nuestros seres queridos.
Aquí cuando pasan esos desastres, se vive un sentido de querer ayudar y hacerlo con las mejores intenciones y sin preguntar o cuestionar las intenciones de los que organizan la recolecta o ayuda.
En los desastres de los ochenta y noventa ya sea el terremoto del ’86, el huracán Mitch o los terremotos a principio de esta década, gran parte de las personas que salían a colectar dinero, víveres, ropa y juguetes para nuestros hermanos que eran afectados por desgracias de la naturaleza, lo hacían sin infraestructura y sin un plan; estos comités o personas que en un tiempo la prensa local los llamo “comités fantasmas” terminaban recolectando ese dinero (Chirilicas como decía el Señor Carlos Erazo “Caliche” Periodista Local) para uso propio o para usarlo como donación personal a sus pueblos de origen. Aquí se recolecto en grandes cantidades, víveres, juguetes y grandes cantidades de comidas enlatadas para que después terminaran estas mismas vendidas en los mercados negros del país afectado.
La falta de un plan, falta de infraestructura o simplemente querer hacer algo y después no tener la capacidad de finalizarlo, dejo a nuestra comunidad en duda de estas entidades; incluyendo los pocos comités que si trabajaban bien. El problema se hizo más grave porque ningún comité o entidad acostumbraba a entregar cuentas públicas; para despertar confianza en nuestra comunidad. Siempre terminaban en desacuerdo y nunca le daban el uso correcto a la ayuda recolectada y en muchas ocasiones simplemente se desaparecían.
En esta ultima tragedia que paso por Centro América (Huracán Ida) todo a cambiado, las tendidades están trabajando con un plan, tienen la capacidad de infraestructura para hacer llegar la ayuda y lo mas importante que están haciendo, están dando cuentas publicas de lo que recolectan y como lo distribuyen a los afectados. Felicito a todos los que están haciendo eso, muchos de ellos no eran parte de aquellos “comités fantasmas” simplemente porque no habían llegado al área o por no involucrarse en ellos. Esto va a impactar mucho la confianza de la comunidad y va a poder proyectar más a los hispanos que estamos aquí con los que sufren allá.
Sabemos que Latino América siempre sufre con desastres naturales pero hoy también sabemos que la comunidad no tiene que pensarlo dos veces para brindar la ayuda a nuestros hermanos a través de comités locales.
Públicamente agradezco y felicito a todas las personas, entidades y negocios que donaron tiempo, dinero, material, espacio, talento, transporte y más. Sin ustedes no se hubiera podido ayudar a los nuestros.
Tengo casi tres décadas de vivir en Long Island y es la primera vez que se ve esto por aquí, Todos unidos, organizados y trabajando por una meta sin prejuicios y sin aprovechamientos personales….los Felicito!!
De todo lo malo esto es probablemente lo bueno que nos dejo El Huracán Ida!. . .
En una cita bibliográfica, Violeta Bonilla (1926-1999) expresa sobre el significado de la figura: “Quise representar un hombre sin ataduras, sus manos sueltas expresan la libertad intangible, y los cuatro picos del fondo representan otras cuatro naciones centroamericanas”
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