UES: estudiantes que quieren estudiar
Marvin Aguilar
¿Cómo se hace revolución en el siglo XXI? En los sesentas
hasta setentas se entendía que solo había un camino: la vía armada y una sola ideología: el marxismo leninismo.
Ahora cambiar el sistema tal como lo dejan expresado
en el documental español de ficción dirigido por Achero Mañas Noviembre,
la revolución hoy radica en que todo el pasado retrogrado de derecha e
izquierda, el consumismo irracional del presente no cambie nuestro ideal de
verdad, ética y justicia. Esa es la verdadera lucha.
El neo marxismo explica que ahora no son por los
marginados campesinos o los explotados obreros que deben empuñarse fusiles,
además cambió las armas.
El ideal revolucionario está enfocado siempre hacia la
tierra y marginados, pero hay que entender que significa ser uno de ellos
ahora. Marginado será todo aquel que
carezca de conocimiento, que esta carencia lo condene a la ignorancia
siendo susceptible del engaño. Por eso ser radical es combatir al mentiroso y su
verdad.
La riqueza no deviene de la acumulación de bienes o
dinero sino del conocimiento que no solo basta poseerlo como bien dijo la reina Victoria, sino que en el siglo XXI
debe saberse interpretar y, además
conocer qué hacer con él. Y tenemos
en la sociedad de la revolución científica y tecnológica un único camino para
llegar a ello: la educación.
Por eso negar la instrucción, competencia, consciencia
a los estudiantes de la UES tal como los empleados administrativos de ese
centro de educación superior pretendieron llevar a cabo la semana pasada es
condenar a una generación otra vez, al
mito y superstición como forma de vida que en la práctica se convierte en
subsistencia paupérrima.
La acción valiente, épica de un grupo de jóvenes
abriendo las puertas de la universidad y caminando sobre una huelga injusta
frente a un valor con mayor importancia como lo es el bien común es algo que no
veíamos desde hace tiempo y derrota la imagen de delincuentes con la que se ha
estereotipado a los jóvenes y mucho peor aun a los estudiantes de la UES.
Hay una cantidad cada vez más grande, silenciosa
mayoría que cansada de tanta exigencia que nos condena a la pobreza no solo material que es de la que pretenden
salir mediáticamente los empleados al exigir un aumento salarial, que choca de
frente con la aspiración legítima de salir de la otra pobreza: la espiritual de la cual al parecer nadie
se da cuenta porque estando más interesados en vivir ya colocamos los valores
que deben ser importantes al final de la escala.
Los alumnos de la UES que abrieron por la fuerza los
portones para estudiar y decir ¡basta ya! A las viejas formas no es que estén
en contra o no comprendan las necesidades de los empleados del Alma Mater, sino
que les están exigiendo a los empleados revisar,
re pensar, re dirigir la lucha sin que afecten por ello a los estudiantes que
pasan meses sin asistir a clases y que una vez graduados pesar de eso son meros
analfabetos funcionales en un mercado laboral que exige cosas que nunca
supieron en la UES.
El estudiante promedio de la UES no son más que
jóvenes que vienen de las clases populares que pretenden salir adelante con la
única arma posible que este pais periférico puede darles y que ha sido
demostrado nos hace superar las pobrezas: la
educación.
Los jóvenes no
son futuros, están aquí en el presente
Yo he perdido mi fe en el ser humano más la humanidad
me da esperanza. Lo que vimos los días pasados es lo que se avecina,
nanotecnología le decimos en antropología: una generación que se hartará de que
se tomen decisiones que les afectan sin que se consulte desde abajo.
Cuando se comiencen a jubilar salvadoreños con
pensiones de hambre que solo otorgaran hasta los 70 años, sin cobertura
hospitalaria decente, sin haber podido comprarse una casa en un lugar seguro,
terminando aun habiendo trabajado sin dignidad, quedará solamente el suicidio
por honor con la revuelta de los jóvenes que cambian ese estado de cosas o se
condenan a ser un electrodoméstico que terminará desechado. Europa está
librando esa lucha ahora mismo.
Las antiguas generaciones comprometieron nuestro
futuro con sus pleitos bizantinos que al final no gano nadie y nos jodimos
todos.
Pretenden dejarnos sus viejas leyes para que nos guíen
dentro de 50 años, creen que como a ellos les funcionó será igual para los
jóvenes.
En la actualidad un mayor ya casi no le puede enseñar
nada útil a un menor, así es, porque lo que se necesita saber es como enfrentar
el quiebre civilizacional: la revolución científica y tecnológica, la
revolución moral y de valores así como la revolución social.
Las viejas generaciones arrinconadas por su
incomprensión de los tiempos hablan como única solución de un bando del
apocalipsis y la flagelación y los del otro de desparpajo y quema de llantas.
Su ego les impide caer en la cuenta que si hubiesen
hecho ellos mejor las cosas la patria no estaría como la entregaran ¿cuándo
mueran?
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