¿Qué celular usas?
Marvin Aguilar
Hay un comercial de una telefónica que te llama “out” si no tienes un celular con una
serie de funciones y aplicaciones de moda. Insinúa que por no poseerlo nuestra
vida está mal.
Los efectos de la publicidad en las mentes son distintos.
Las acciones para satisfacer sus deseos igualmente estarán acorde a su
entendimiento del mundo y este a su vez dependió de su esfera socio-familiar.
Los pobres espirituales son propensos al consumo
irracional que el sistema propone. Desesperados por no parecer don nadies se esfuerzan en distintos
niveles de ansiedad estar a la altura de lo que manda la moda.
La foto o el comentario Facebook es antropológicamente
hablando la prueba patente de lo solos, vacios, incultos, prejuiciosos,
desesperados, insatisfechos, ingenuos que son la mayoría de eso que la
sociología definió clase media.
¿Cómo debemos entenderla? Para el caso salvadoreño ya
no es ser profesional o vivir en alguna residencial más o menos decente.
Según estudio realizado por María Santacruz Giralt,
IUDOP está relacionado con el salario que devenga la persona y se considerará
clasemedieros a los que ganan entre $500 y $1,400 al mes.
Quienes estén debajo de ese rango salarial pesar de
ser profesionales son clase trabajadora. Así la clase media/ baja/ media/ alta
en El Salvador se estima son 800,000 personas.
Allí está el grueso de clientes de las telefónicas,
tarjetas de crédito, almacenes, automóviles y, servicios de todo tipo.
Es en este sector donde está la fuente de dinero para
todo salvadoreño emprendedor que para el caso nacional se estima son 200,000
personas.
Como la clase media es la gallina de los huevos de oro
de la clase emprendedora-alta tienden necesariamente a ser el blanco de la
publicidad comercial y por ahora de la propaganda electoral.
Esta publicidad y esta propaganda aumentan sus necesidades y crean otras para que sus
bienes y servicios e inclinaciones ideológicas sean constantemente renovados.
Esta clase media se golpea o mata según el estado de
ánimo de los involucrados por un parqueo, se salta los semáforos para llegar a
tiempo al colegio de sus hijos atropellando para ello transeúntes, pide excusas
por casi todas sus mediocridades.
Cría mal los hijos, les interesa el titulo no el
conocimiento, pagar les otorga el derecho a la ofensa. Es igualmente la que
deposita en un celular, PC, tablet o carro la calidad de bendición de Dios
poseerla. Se congregan en la doctrina de la prosperidad para tener limpia su
conciencia de esos defectos biológicos salvadoreños.
Sin esperanza,
sin miedo.
De allí salieron los protagonistas del robo de un
teléfono inteligente la semana pasada. Un chavo osado, vivo que entendió rápido
que ser empleaducho de renta carros con salario debajo de los $500 jamás le
proveería el celular que un personaje mestizo-vulgar como él merecía.
Los otros, la pareja que sostiene ser un actor casual
en el robo olvida que ha sabiendas que lo mejor y seguro es comprar un celular
en una tienda de las firmas establecidas por las prisas de parecer lo que no
son, pero creen ser, lo adquieren en el centro.
Ellos son la otra cara de la clase media a la que no
importa cómo, que cueste moralmente un bien. Importa tener un celular que dice
quienes somos. Aunque siendo bajeros lo compremos en el centro.
Lo importante es la foto de seres felices que suben al
Facebook.
Hay un refrán popular que define a este tipo de personas: comen frijoles y eructan pollo.
Una violencia disimulada de parte del sistema los
tendrá siempre a línea de subsistencia, niveles educativos inferiores, aislados
de la información necesaria para que jamás razonen pero si se preocupen por lo intrascendente
y fast life.
El futbol y la
oscura religión es el escape perfecto para estas personas que allí encuentran la solución
a todos sus problemas. Ya la llamada generación comprometida los tildó de
Guanaxia Irredenta al desbocarse al futbol, la comilona y el bailongo.
Escogiendo un Dios tenebroso –confían- resolverán si le piden con fe dificultades y
enfermedades, incluso su olvidada familia y descarriados hijos serán rescatados
si oran o rezan con devoción y dan el diezmo.
Este escape diseñado
por el stablishment busca no que la persona agarre las riendas de su vida y
responsabilice sus actos contra sí mismo y hacia el prójimo sino que un ser
superior a la usanza de taumaturgo ponga todo en orden, para luego ellos
volverlo a desordenar y seguir pidiendo por la intercesión divina y diezmando.
Algunas ocasiones pienso que el Dios bueno no se ocupa de El Salvador debido a que sabe
que la gente no desea la solución de la pobreza por el bien sino aspiran a la
riqueza para irse a los centros comerciales a sentirse felices con su físico
anti Hollywood y comprarse lo que ahora no pueden.
Para eso desean el final de la crisis económica, para
satisfacer el ego que la publicidad les sugiere deben tener para ser exitosos.
Los políticos
son lo que somos: CEL-Enel
Y allí confluye entonces la clase política que ahora
esta presa de la clase media que desea que le resuelvan todos sus problemas
económicos.
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