Marvin Aguilar
Algunas iglesias en San Miguel habrían planificado una
marcha en apoyo al pueblo escogido de Dios: Israel, partiendo de esta
iniciativa escribo este texto.
El tema hebreo-palestino puesto en maderas de todos
los medios internacionales estos días sin duda posee un componente religioso,
sin tenerlo en cuenta sería imposible comprender el apoyo popular, incluso en
nuestro país al exagerado derecho de defensa que ejerce Israel cada vez que
extremistas de ambos lados hacen estallar la violencia entre estos vecinos.
La lógica israelí es exagerada ya que en ese entendido
El Salvador podría retomar el islote Conejo en el Golfo de Fonseca y desalojar
a los hondureños que allí permanecen, montando de paso un destacamento militar
que guarde nuestra soberanía nacional.
Civilizadamente la izquierda y derecha salvadoreña en
torno al diferendo isleño ha tomado el camino del reclamo jurídico en
instancias internacionales. Igualmente la firma de los Acuerdos de Paz de 1992
autoriza moralmente a nuestro gobierno parte
de la comunidad internacional a hacer un llamado a la paz entre estos
Estados amigos ambos de El Salvador.
Desde luego por aquello de no herir susceptibilidades
casi nadie o nadie se atreve a hacer una relación entre religión y conflicto,
sino que se limitan a las explicaciones geo-políticas: el desconocimiento de ambos como Estados;
militares-expansionistas: uno de los
mejores ejércitos del mundo comandado por ultranacionalistas; terroristas:
HAMAS o Al Fatah atacando a Israel y usando civiles como escudos humanos o
históricas: no permitir nunca más la
humillación del pueblo israelí.
Todas estas y el manejo torpe de los británicos hace
100 años son la suma de ese conflicto irracional que de cuando en vez vemos por
televisión.
Simultáneamente me he preguntado como líderes
políticos inteligentes caen en la trampa de fanáticos extremistas que asesinan
con la única intención de interrumpir los procesos de paz que igualmente de vez
en cuando se atreven a firmar en oriente medio pesar de que les cueste la vida
como a Yitzhak Rabin o Anuar Sadat.
Trataremos por no ser banal o simple desde el punto de
vista antropológico que se basa en
la arqueología bíblica de buscar
razones a los apoyos que creyentes cristianos hacen a favor del pueblo escogido
de Dios.
¿Qué llevó a
Jesús a la muerte?
La decisión de enfrentarse a los intereses económicos
y dogmáticos del clero judío. La visita que hace al templo donde hecha a los
cambistas (banqueros) por hacer de la casa
de su padre un mercado. Jesús establecerá además que onerosos rituales no
eran necesarios para alcanzar el reino de Dios.
Esta acción que hace en plena pascua importante fiesta judía provocó una
reunión del sanedrín convocada por Caifás, sumo sacerdote del templo de
Jerusalén con otros sacerdotes. El evangelio de Mateo escribe que los apremió a tomar medidas.
Como todo líder religioso dentro de un territorio
ocupado Caifás estaba obligado a habilidades políticas-corruptas igual de
religiosas. Llevaba en el cargo 18 años cuando lo habitual era cuatro.
Millonario con vida de lujos como muchos pastores o
curas en la actualidad y consciente de que la exigencia romana para dejarles
continuar siendo la pirámide social, política, religiosa y económica de Judea
era garantizar el orden social entre
su etnia Jesús alentaba con su
discurso una rebelión y humillaba con sus adeptos, carisma y discurso a Caifás.
Sabemos cómo eran los juicios judíos de la época y el
caso Jesús no reúne los habituales procesos y testigos. Caifás y los sacerdotes
se saltaron la legalidad. No fue un juicio sino un asesinato fanático por
blasfemar e incitar a la revuelta popular.
La unánime decisión del clero judío de matarle
devendrá que se declara según San Marcos hijo
de Dios, cosa que ellos no reconocen, hasta día de hoy.
Caifás no podía matarlo. Hacen saber luego a Poncio
Pilatos antisemita y gobernador romano lo peligroso de la situación y, así
deciden en 24 horas asesinar a Jesús, pero Caifás ya no puede instigar su
muerte por un delito religioso sino por uno de terrorismo y este sí tiene un
castigo dentro de las leyes romanas. Pero el romano no lo encuentra culpable.
De esta manera una multitud de judíos que se quejan
del veredicto alarma al gobernador romano que lo lleva a decidir un absurdo: declara inocente a Jesús pero lo condena a
morir crucificado y deja libre al líder de la resistencia judía Barrabas
acusado falsamente en la Biblia de asesino.
Corolario:
Jesús, también es responsable de su muerte. Era un
provocador, nadie se puede enfrentar a religiosos humanos todopoderosos sin
esperar que aquellos no atenten contra la vida de quien se atreve a desafiar el
establishment. La iglesia también mata.
Jesús, lector y conocedor sabía la semiótica sagrada,
todos los pasos de las profecías judías sobre la llegada del mesías. Al
hacerlos de forma pública estaba a los ojos del sanedrín en herejía y blasfemia.
Cada acción ejecutada enojaba a los detentadores de fe
y las escrituras, no se puede creer que era ingenuo y no supo que su vida
peligraba. Incluso pudo haberse salvado y no lo hizo.
Huelga escribir que dentro de la legislación
salvadoreña hay cárcel para quien atente contra los rituales o lugares
religiosos; quedarse en Jerusalén indica su decisión a morir. El evangelio de Judas
Iscariote revela que él hace pues la voluntad de Jesús, no es un traidor.
Jesús no se quitó la vida, pero se puso en peligro.
Quizá por eso ahora para cristianos es fácil sentirse aliados naturales del
exagerado derecho que ejerce el Estado de Israel a defenderse de HAMAS o Al
Fatah.
Quizá por eso no importe que los judíos no le otorguen
categoría de hijo de Dios a Jesús, quizá el fanatismo y el milenarismo reinante
dentro de una clase dirigente religiosa salvadoreña vea que estando cerca el
apocalipsis sea mejor quedar bien con Israel y, no importe la muerte de civiles
dentro de una guerra inútil. Quizá Dios preguntará ¿Quiénes apoyaron o no a Israel?
Seducirse por las escogencias de Dios es ignorar que
el entuerto lo hicieron los británicos con su doble juego militar y político
para la primera guerra mundial, no es un conflicto de pueblos escogidos por
Dioses.
Uno ve a su alrededor como 2,000 años después de la
muerte de Jesús nada ha cambiado, seguimos matándonos y los líderes religiosos
y sus corifeos continúan teniendo la verdad absoluta, esa que les ha permitido
incluso asesinar, robar y violar.
Por eso una lucha de mil años entre palestinos e
israelíes que no hace aprender de la historia es estúpida. Israel sostiene que
con el principio militar de masa contendrá a los extremistas de hacer ataques,
pero lo cierto es que esas acciones aumentan las adhesiones a HAMAS.
La no acción estadounidense lo menoscaba moralmente
ante el mundo y vuelve justo que Rusia anexe Crimea, incluso que El Salvador
recupere por la vía armada el Islote Conejo.
Prefiero situarme en exigir la humanización de las
acciones israelíes sobre Palestina que incluye la liberalización de las
fronteras y sí es ir contra la Biblia acepto el infierno a vivir rodeado de
asesinos buenos.