Marvin Aguilar
La presencia de Roberto d’Aubuisson, Jorge Velado y
Alfredo Cristiani, incluso de prominentes y dirigentes empresariales en la
beatificación de Oscar Romero es la mejor acción por parte de la derecha salvadoreña
frente al peso indiscutible de la historia. Su asistencia fue una forma de
rendir cuentas.
El miedo a veces cambia de bando. La beatificación de
Romero lo demuestra. Es que para ser dirigente hay que ser inteligente, seguir
al pueblo es lo que hacen los líderes y serlo solo se puede si se visiona o
anticipa las aspiraciones de los ciudadanos.
Dirigir la derecha no es abrogarse la única y
autentica interpretación de la ideología nacional, eso es fariseísmo político.
Y eso es lo que el COENA y quién hizo sus veces en el pasado vienen haciendo
desde la guerra fría.
Por qué se van decía un viejo Erich Honecker cuando
los jóvenes abandonaban la DDR. Si los puntales de la izquierda han desparecido
y han tenido que terminar en la social democracia mimetizándose con el sistema
que tanto criticaron antes que hace más grande la brecha entre ricos y pobres,
¿cree la derecha que sus pilares tradicionales tampoco han dejado de ser, no
digamos útiles sino que reales?
Desde niño supe que la foto de Romero no debía estar
en casa y que el mejor comunista era el que estaba muerto. Esas ideas se
quedaron vacías, la historia se encargó –
el 23 de mayo de 2015- de colocarlas en su sitio.
II
La cosmovisión que promueven los valores de la derecha
de que si tienes dinero puedes comprar todo, amistad, sexo o la universidad
¿deben de ser revisados a la luz del discurso del arzobispo mártir?
Son esos principios morales los que han puesto precio
a la dignidad de los salvadoreños y los que envalentonaron a las pandillas. La
construcción social que la derecha con sus planteamientos económicos ha creado
y desde luego las iglesias con su doctrina de la prosperidad y más que todo la
buena nueva que la salvación es individual es lo que nos ha llevado no tengo duda a la muerte del hombre por
el hombre.
Nunca mejor escrito: sálvese el que pueda. Eso es lo que genera el miedo y por eso la
derecha siempre recurre a ese miedo para ganar las elecciones aunque jamás se
resuelvan los problemas endémicos como pobres engendrando pobres que luego
evolucionan a pobres matando pobres.
El mundo aunque lo parezca no es un supermercado:
Piensa mal y acertaras, los demás son competidores no humanos; vive la vida
como si fueses empresario de ti mismo; lo público es malo lo privado es bueno;
el mercado es mejor que lo colectivo y, lo supremo: robar no está mal si
produces riqueza. Como la represión que denunció Romero eso debe cesar.
III
Las independencias americanas nos llevan 10 años de
adelanto a la independencia centroamericana. Y eso tiene su origen en el
conservadurismo rancio, servil a la corona, temeroso del que la elite de
Centroamérica siempre ha padecido.
Los jóvenes, población mayoritaria en la actualidad
asocian ese pensamiento en ARENA y sus medios de comunicación así como en algunos
dirigentes empresariales. El mandarinato, cacicazgo, sultanato que han creado
en ARENA debe desaparecer.
Me refiero a que si somos un sistema político representativo, significa que unos
representan a los muchos que nunca están cuando se toman decisiones
importantes: como matar un arzobispo para detener al comunismo; dolarizar el
país para volvernos el Hong Kong del área; decidir quiénes y que lealtades
deben tener los candidatos y luego diputados.
Decir que esas maneras son democráticas o que ese sistema
es democrático es un exceso verbal que con el tiempo los ciudadanos ponen en
duda, de allí, que ante esa enorme desconfianza que genera esas formas es que
la Sala de lo Constitucional mandó innecesariamente
en esta ocasión a contar los votos.
Corolario:
El cambio de chip debe ser no solo asistir al
apoteósico acto de beatificación por parte de los dirigentes areneros, pasa por
entender entonces que debemos someternos al juicio histórico del papel que ha
jugado la derecha en la muerte del beato y pedir perdón.
No vale el argumento de culpas inexistentes, de
juicios mal juzgados o pre escritos sino de la obligación moral de una
dirigencia de reconciliar una ideología –
la derecha- con la democracia y atajar a la historia adelantándose evitando
que sea ella quien nos alcance.
La derecha criolla decimos basa sus uniones por un
interés puramente económico y luego ideológico. El caso de Roberto Rubio al que
se le pretende dar la dimensión de un perseguido político de un régimen
totalitario en 2015 contrasta con el trato de demonio que dueños de medios de
comunicación católicos dieron a Monseñor Romero en 1980.