IDENTIDAD- IDENTIDAD CULTURAL
Mi objetivo de abordar el tópico desde un punto de vista académico comparado con la realidad, era con el propósito de encontrar una respuesta o entender el por que los salvadoreño en el exterior se niegan aceptar la realidad y condición.
“ESTAMOS SOLOS” “VIVIMOS EN EL EXTRANJERO” y “NO TENEMOS UNA IDENTIDAD” ya que vivimos pensando que la tenemos, pero lo cierto es que la confundimos con nuestra identidad nacional. Creamos una cortina de humo con la nostalgia y nacionalismo para negarnos ha aceptar que carecemos de una identidad que nos pertenece. No nos importa quedar al descubierto de los depredadores y ser presa fácil de sus intereses, incluso dejemos pasar las oportunidades que al no capitalizarlas nos impiden consolidar una base en nuestro actual contexto. Y todo por dar importancia a uno, al cual ya no pertenecemos, por que no vivimos ya en el lugar de los hechos, ni tenemos la capacidad de cambiar desde fuera.
En una ocasión fui invitado a departir una tertulia y lecturas de poemas de Otoniel Guevara.
Como en toda reunión propicia para exaltar el protagonismo, no falta aquel que quiere vender la imagen de intelectual y liderazgo. Pide la palabra y comenta sobre el poema de amor de Roque Dalton.
Comento, que el lo había leído y que no identificaba en su contenido la parte donde se exalta el amor que da ha entender con su titulo. Si en su mayoría habla del salvadoreño de forma despectiva, hasta de hijos de puta, nos llama.
Muy elocuentemente Otoniel le explica al aparente intelectual que el tenia razón. Cualquier párvulo en las letras , después de leer por leer, es obvio concluir que nos agravia y menosprecia, pero que al poner a trabajar el disco duro y quitarle la etiqueta made in china, la respuesta a su disyuntiva se encuentra al final del poema. Nos reconoce como sus hermanos.
La respuesta a la mía también la concluyo a través del poema de Roque. El amor a la familia y el amor a la patria, no importa donde estemos y que tan ciegos nos hagamos.
¿Quienes somos? Como Diáspora Salvadoreña, desde mi punto de vista como inmigrante:
Somos el resultado de los efectos de las migraciones masivas impulsadas por los cambios ocurridos en el mundo: la globalización y multipolaridad; Desastres naturales, guerras fratricidas, hambruna…Somos los efectos de la incapacidad de las naciones de retener y maximizar el recurso humano para si, por la carencias de recursos propios. A su limitada o casi nula generación de fuentes de trabajo, que provea un medio de subsistencia para la conservación de la familia y no desintegrarla, inseguridad social, pobreza o simplemente somos parte de un juego de ajedrez de políticos inmersos en la corrupción y la impunidad para gozar de los beneficios de las donaciones y prestamos a que se hacer acreedores las naciones tercermundistas a costa de la dependencia y sumisión.
El emigrante hoy en día ya paso a formar parte de esa lista de bienes exportables que generan múltiples beneficios que van desde la generación de un ingreso sin incurrir en costo alguno y por el ahorro en el gastos social, que ya no será incurrido. Un producto de fácil manipulación y adormecimiento, ya que basta un poco del opio de la nostalgia para subyugarlos a una Identidad de Nacionalidad que lo vincule con el Estado para garantizar el flujo de las remesas nostálgicas.
La reciprocidad sale sobrando y el reconocimiento de nuestros derechos ciudadanos igual, mucho menos que estos se toman en cuenta.
Para tratar de entendernos, no vasta leer libros, hacer los recorridos por la vía férrea o conversar en los vagones con los tejedores de sueños cuyo destino es enfrentar las incertidumbres, la discriminación, la explotación, incluso someterse a condiciones de vida infrahumana.
No basta conocer los relatos de los deportados quienes son recibidos con una falsa sonrisa y pancartas con burdos mensajes de bienvenidos hermanos lejanos. Hablar con los que fallaron en su intento y quedaron amputados en la vida.
Nada que decir de los que están viendo la puesta del sol en el desierto o se quedaron para ver en una fría noche las estrellas, bajo la tierra en una tumba sin cruz o esperar que le recen un padre nuestro a la garduña.
Quizá faltaría que aun lean mas tal vez el Informe sobre Desarrollo Humano de El Salvador, comisionado por las Naciones Unidas dedicado a la migración, en particular el Capítulo 9, Migraciones y Diversidad Cultural: Al Encuentro de un nuevo “nosotros”. O en libro de una amiga, titulado GEOGRAFÍAS DESMENTIDAS: DISQUISICIONES DIASPÓRICAS SALVADOREÑAS de Sheila Candelario, PhD -Fairfield University
Comparto un pequeño fragmento
…El replantear manifestaciones culturales amorfas, tangibles/intangibles como una posesión/posición desarrollista, en sí un reto discutible, se complica aún más dentro de circunstancias históricas donde nuevos imaginarios nacionales fragmentados/diseminados/descentrados se crean desde experiencias transnacionales (des)territorializadas de la migración.
Con el término desterritorialización, utilizado por Néstor García Canclini en Culturas Híbridas (2001), nos referimos a procesos de desplazamientos masivos fuera de fronteras nacionales que transforman espacios en territorios culturales híbridos desde donde se re-formula el sujeto-nación y se negocia la re-territorialización de identidades migratorias, procesos que ocurren, a su vez, “dentro de negociaciones complicadas de tiempo/espacio” (Gupta y Ferguson, 1992).
O quizá tal vez vivir como indocumentado por 6 meses.
Cabe mencionar que Roque en su poema de amor, recaba los epítetos a que somos merecedores los salvadoreños por el mundo que emanan de otras culturas o etnias a demás de los que emergen de su alma para vanagloriarnos a su manera. Como cachimbones.
Quisiera poder decir que Roque se estaría revolcando en su tumba. Al concluir que su poema quedo incompleto al no haber incluido otros calificativos y principalmente los que nacen de la falacia y autoría de los bien llamados “Padres de la Patria”. Pero no puedo, por que aun no la tiene y esto gracias a los que un día considero sus compas.
… los Hermanos lejanos, los remeseros, el departamento 15, los nostálgicos, los que siempre les damos atol con en dedo, los discriminados por sus propios hermanos salvadoreños…por señalar algunos.
A fin de darme a entender, he aquí unas referencias:
La desigualdad social se refiere a una situación en la que no todas las personas y ciudadanos de una misma sociedad, comunidad o país, tienen los mismos derechos, obligaciones, bienes, beneficios, oportunidades o acceso a tales.
En la jerga del romántico ideológico ortodoxo. El término desigualdad social se refiere a una situación socioeconómica, no necesariamente jurídica. Esto se refleja en el caso de los ricos, cuando reciben un trato mejor o preferencial por tener dinero, que los pobres que no tienen los mismos recursos.
¿Que irónico?…. llenarse la boca para acusar o señalar a la causa de nuestros males y somos ciegos de ver mas allá de donde nos conviene. “La acción de dar un trato diferente a personas entre las que existen desigualdades sociales, se llama discriminación. Esta discriminación puede ser positiva o negativa, según vaya en beneficio o perjuicio de un determinado grupo.”
De aquí la demagogia de nuestros connacionales para con la Diáspora salvadoreña:
• La desigualdad social y/o discriminación de la que somos sujetos por parte de nuestros propios hermanos, quienes dirigen la politica de la nación.
• El menosprecio y desvalorización del más puro de los sentimientos; El amor a la familia y a nuestra patria, pretendiendo explotarnos aun más a través de la nostalgia y el nacionalismo.
• Nos tratan peor que al más mísero ignorante al insultar nuestra inteligencia insistiendo en continuar dándonos atol con el dedo
Para muestra un botón. Les invito a leer, reflexionar y sacar sus propias conclusiones, tomando de base la entrevista de Juan José Dalton , publicada en el periódico digital contrapunto bajo el titulo Viceministro García: “El ideal es frenar la expulsión de compatriotas” MARTES, 27 ABRIL 2010 LOS DE AFUERA .
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