UNA REFLEXION Y AGENDA DE TRABAJO PARA LA DIASPORA SALVADOREÑA
A los salvadoreños en Long Island NY.
Tú que defiendes a capa y espada los colores azul y blanco, tú que sufres por el flagelo de la delincuencia e inseguridad social que aqueja a nuestro pulgarcito y que pone en riesgo a la familia que dejamos atrás. Tú que añoras con nostalgia tus raíces y eleva plegarias por un mejor El Salvador para las presentes y futuras generaciones. Para ti es este mensaje
Apoya tu cultura, apoya el arte, apoyan tu nación, el llamado es a la integración por el bienestar colectivo.
La cultura representa uno de los eslabones que nos integren para trabajar por un objetivo común a los salvadoreños donde quiera que radiquen.
Comencemos ya, a apoyarnos entre salvadoreños sin reservas, barreras de creencias religiosas, ideologías, partidismos, protagonismos o intereses egoístas y mezquinos, si realmente nos corre sangre pipil por nuestras venas. Tenemos la capacidad y el recurso humano para hacerlo. El Salvador es de todos nosotros los salvadoreños.
Invirtamos en el futuro de las nuevas generaciones ya que con ello, podemos contribuir a mitigar algunos problemas sociales en su entorno y liberarlos de esta cizaña que les impide crecer fuertes y robustos para hacer frente a la vida forjando ciudadanos de bien. Porque de ellos depende nuestro futuro y el de toda una nación.
Digamos no a la corrupción e impunidad. Así como a la mediocridad de los que dirigen o pretenden dirigir los designios de nuestra nación.
Contribuyamos a incentivar el dialogo intercultural al interior de la sociedad que por hoy nos alberga. A proyectar y enaltecer la imagen del salvadoreño diferente al de los estigmas a los que nos hacemos acreedores y derivados de las acciones individuales de salvadoreños antisociales, fariseos y demagogos, delincuentes, corruptos y explotadores de su propia gente a los que habría que enmarcarles su foto, para conocerles y pedirles que dejen de mancillar nuestra imagen y dignidad. Que dejen de vender al mejor postor inclusive a políticos u oficiales electos anti-inmigrantes. Porque también los salvadoreños somos parte de la comunidad emigrante, como todos en esta nación. A que no se nos vislumbre como simple mano de obra que explotar, ya que también somos poseedores una cultura de la cual nos sentimos orgullosos y que queremos compartir con otras culturas. A proyectar modelos dignos a seguir por las nuevas generaciones. A contribuir al crecimiento de nuestro acervo cultural que mantenga viva nuestras raíces, a generar oportunidades y recursos para apoyar diversas causas socioculturales en torno a la niñez, juventud y minusvalidez, y otras que se puedan considerar prioridad. A contribuir al desarrollo socioeconómico generando empleos y/o manteniendo los ya existentes y dando la oportunidad a los nuestros, etc.
Nuestra realidad concreta en el extranjero. La niñez y juventud salvadoreña no está exenta de sucumbir ante el flagelo de las calles y quizá también crece siendo desconocedor de nuestras raíces por la incultura de los padres y/o por la poca o nula acción de aquellos obligados a promoverla para con sus ciudadanos, ya que solo somos los nostálgicos hermanos lejanos estigmatizados con el signo de dólar en nuestra frente o el rotulo de sirvientes del imperialismo como suelen tildarnos los fanáticos románticos que se niegan a despertar y continuar invernando en el pasado, que a través de su burdas consignas ya arcaicas, desgastados y obsoletas. No les importa mancillar la dignidad e imagen de los hermanos lejanos. En vez de reconocer y dar las gracias. Ya que debido a su nostalgia y nacionalismo por convicción y sin dejar de reconocer la labor de los propios e interesados de cultivar con la ley del azadón y/o atol con el dedo, la exportación del fanatismo partidista e ideología a las que se suma la religión. Aun persiste en dos o tres generaciones de emigrantes a punto de extinguirse, ya que la reciprocidad no existe ni la visión de identidad. Más bien se nos marginan y privan de nuestros derechos al voto en el exterior y a una identidad.
Ciegos, mendigos con garrote diría mi abuela, que es una sabia a sus noventa y nueve años. Que se niegan a reconocer de buena fe y convicción lo significativo de su contribución. Solo emanan palabras y textos vacios carentes de sinceridad con la intención de enaltecer el ego y subyugar al hermano lejano a que cumpla con la remesa nostálgica. Gracias a la diáspora salvadoreña muchas familias y comunidades de origen se ven beneficiadas de un sentimiento puro y desinteresado y por ende de la nación. Contribuyendo a superar los efectos de una guerra fratricida de doce años que el pueblo no pidió, generada por intereses propios de nacionales y de terceros internacionales, ya que ni siquiera cabe afirmar que su razón fue por su causa, ya que el pueblo sigue igual y más pobre. Y para el colmo fue la victima perdiendo el 80% de su población, desintegrando familias y/o sucumbiéndolas en el dolor.
Esta nación es una nación de inmigrantes. El corazón, alma, y las habilidades de los inmigrantes continúan haciendo de este país lo que ahora es, una potencia. Desafortunadamente, la discriminación, el racismo, la parcialidad y los prejuicios siguen siendo una parte muy importante de nuestra sociedad y limitan nuestra interacción y entendimiento de las diferentes culturas.
Estos problemas de sentimiento anti-inmigrante que todavía aquejan a nuestra sociedad son el resultado directo de la falta de educación de las culturas de nuestro mundo.
De aquí que celebrar nuestra cultura, sirve como un vehículo para unir a las culturas del mundo y promover las relaciones interculturales a través de sus diversos programas y eventos.
Al interior de nuestra comunidad existen muchas organizaciones y activistas comunitarios que abogan por los derechos de los inmigrantes dando batallas y alzando una sola vos. Aun que nuestro propio cuchillo lo tengamos en casa con una política de puertas abiertas que permite que anti emigrantes se laven la cara y enaltezca para su ego y protagonismo a los mercaderes de nuestra dignidad e imagen, enmarcándolos en una foto.
A través de integración podemos alcanzar la unidad y trabajar para no solo escuchar voces, sino también cantar en coro la melodía que nos permita aspirar al empoderamiento de la comunidad que sea representativo del numero y aporte al desarrollo socioeconómico y cultural de la sociedad en la cual nos encontramos inmersos.
Varias son las razones por las cuales después de décadas como ente colectivo no se tiene aun la incidencia y preponderancia dentro del esquema socioeconómico local y más aun consolidar una base económica. Y esto por la falta de visión colectiva, conciencia social colectiva, egoísmo y protagonismos individuales. Si al menos pensáramos que circulando los beneficios socioeconómicos que esta sociedad pone a nuestro alcance y/o los que generamos, al interior de nuestra misma comunidad, tales como consumiendo lo nuestro en negocios de la comunidad, contratando o empleando a nuestra gente, haciendo negocios con nuestra gente, apoyando iniciativas de nuestra gente, para que el efecto multiplicador del dinero se quede en la misma comunidad evitando que se fugue y que otras comunidades se beneficien de nuestro esfuerzo y trabajo.
En cambio algunos solo buscan explotar la nostalgia y nacionalismo que nos caracteriza para su propio beneficio, aprovechando su ignorancia en el buen sentido de la palabra, buena fe y voluntad, laboriosidad y necesidades, mancillando inclusive la dignidad de su propia gente.
Que podemos hacer, es la pregunta a la cual cada quien es libre de buscar la respuestas y tomar acciones, si realmente quieres contribuir a forjar una mejor comunidad y nación. Compartimos algunas recomendaciones desde nuestro punto de vista.
• No te nombres líder de nuestra comunidad si no la vas a honrarla y enaltecerla con tus acciones, con humildad, decoro, honorabilidad, moral y ética.
• Asumamos el rol activo y participativo acorde a lo que nos demanda la coyuntura actual… consolidar una base socioeconómica acorde a nuestra representación y aporte a esta económica.
• No olvidar de dónde venimos y quiénes somos y representamos. Una comunidad de emigrantes.
• No promuevas acciones demagogas de puertas abiertas y buenas relaciones en nombre de la comunidad si la intención es tomarte la foto para tu propio beneficio usando de parapeto la imagen de la comunidad con anti-inmigrantes o buscando satisfacer tus propios intereses usando la imagen social y comunitaria, para esconder una incapacidad empresarial de sobrellevar las reglas del mercado, con la intención de explotar y defraudar a tus propios hermanos.
• No te quedes pasivo o callado, solo porque no es tu cacaste el que está el juego, ya que al quedarte callado de las acciones de pocos en contra de uno ajeno a tu persona o de muchos. Te vuelves cómplice de los efectos de estas acciones de seudos-salvadoreños.
• Si no aportas al menos no interfieras desvalorizando o criticando las buenas iniciativas de otros que vayan en beneficio colectivo. La comunidad no tiene la culpa de una limitada visión o mediocridad individual y no nos atañe privarla de su derecho a que tome sus propias decisiones basado en su propio juicio y análisis del contexto. Ni pretendas manipular con retoricas populistas o poses de altruistas, filántropos o de buen samaritano emulando a la Madre Teresa de Calcuta. Blasfemo y fariseo si utilizas en nombre de Dios para tus propios propósitos y sacar provecho de tu comunidad con otros fines.
• Debemos de reconocer que la comunidad tiene sus propias necesidades e intereses acorde a nuestra realidad concreta, que no necesariamente converge con la visión de nación en torno a la comunidad en el exterior. Descuidar las propias y no priorizar genera estancamiento y desventajas de cara al crecimiento y progreso de la comunidad al resto que conforman esta sociedad multicultural. Priorizar, buscar desarrollar en paralelo o complementarios. Ello no denota ser mal salvadoreño, poco nacionalista, nostálgico o apátrida. Significa trabajar de forma integral en condiciones de reciprocidad e inclusión ciudadana para forjar un mejor futuro para las presentes y nuevas generaciones de salvadoreños en el exterior, en procura de la maximización de los recursos disponibles.
Prensa Digital Un foro virtual, abierto al dialogo constructivo que nos permita conocer el pensar y sentir de sus miembros en torno a una temática que consideramos responde a una realidad concreta. Somos inmigrantes. Y hoy por hoy, vivimos en Long Island, NY. USA.
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