Carta a los precandidatos que juegan a candidatos
De: Paolo Lüers
Estimados señores Salvador Sánchez Cerén y Norman Quijano:
Qué pena verlos viajar por Estados Unidos portándose como si fueran candidatos a alcalde de Cinquera o Intipucá (disculpen, nada en contra de estos pueblos). Primero va a usted, don Salvador... ¡a Long Island! (tampoco nada en contra de los salvadoreños que viven en Long Island). Siendo vicepresidente de la República, usted tiene que visitar un país, no un pueblo.
Al sólo regresar uno, va el otro. ¿Y adónde agarra Norman Quijano? A Long Island.
Imagínense: dos hombre que quieren ser presidente de nuestro país, uno siendo actualmente vicepresidente y el oro alcalde de nuestra capital, disputándose en Long Island la atención de funcionarios de segunda y tercera categoría...
Cabe la pregunta a ambos: ¿En calidad de qué fueron a Long Island? ¿Como alcalde y vicepresidente, respectivamente? ¿O cómo futuros presidentes de El Salvador? Esto incluye implícitamente la pregunta: ¿Quién pagó sus viajes? ¿El Estado, el respectivo partido, o ustedes mismos?
Si fueron como funcionarios públicos, los resultados son impresentables. Un vicepresidente, que no es recibido por representantes del poder federal en Estados Unidos, regresa humillado. Un alcalde capitalino, si no lo recibe el alcalde de Nueva York o de Washington DC, mejor ni vaya.
Si fueron como candidatos, peor. Primero, ni siquiera son candidatos aún. Son precandidatos no confirmados. Segundo, un candidato serio, cuando visita Estados Unidos, va con todo lo de la ley: con una comitiva que demanda respeto; propuestas que demandan atención; interlocutores serios... No pueden ir a ver qué pescan entre la comunidad salvadoreña local o entre funcionarios regionales. Un candidato serio va cuando puede hablar con los poderes de Estados Unidos de tú en tú. O mejor no va...
Les recomiendo a ambos: Quédense en casa, concéntrense a ganarse su respectiva candidatura. Si no la obtienen, concéntrense en cumplir su mandato como vicepresidente y alcalde. Si la obtienen, consolídenla en su propia país y luego hagan una gira a Estados Unidos, pero como dios manda: triunfal, con una estatura ganada que demanda que los gringos les tomen en cuenta.
Hágannos el favor: No puede ser que vayan a Estados Unidos como mendigos, a ver si alguien les ayuda a consolidar sus candidaturas. No es digno para el país.
Saludos, Paolo
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