Tony Saca debe ser candidato
Marvin Aguilar
ARENA y el FMLN han terminado pareciéndose, por lo
tanto ya no son antagónicos sino similares. Manda la lógica que para que algo
mejore debe tener competencia y visto que los dos principales partidos
salvadoreños han renunciado hacerse competencia necesitan de un tercero
distinto para que alguna vez en el futuro cambien.
Antonio Saca es ese tercero que por incompetencia de
las dirigencias partidarias, como imperativo categórico se vuelve necesario
para el sistema se postule a las elecciones de 2014, como una opción frente a
una izquierda ¿ciega? O dispuesta a marcharse a la oposición antes que
administrar una nación sin recursos y una ARENA entrampada en eres fashion pero
no tanto con Norman Quijano.
Cuando Dios
ciega al que desea perder
El FMLN al igual que Mitt Romney en Estados Unidos,
una vez vista la imposibilidad de avanzar en las encuestas 33% frente a un 63%
de Obama según CCN; desde el centrismo a usar insultos, dinero a montones,
difamación contra el presidente han tenido que usar una segunda estrategia:
alejarse del centro – que es el que hace
ganar- por ensimismarse hacia adentro del partido republicano con Paul
Ryan, político de carrera, ultra conservador, ideologizado que al momento de
defender sus ideas puede llegar a ser feroz; para obtener desde el voto del Tea
Party ala dura del partido un apoyo
rotundo.
Por eso Salvador Sánchez Ceren, es el mejor candidato
para luego de un gobierno que en coalición con Mauricio Funes que no ha gustado
a la izquierda salvadoreña, pueda unir entorno a su figura al voto duro y no
despedazarse como partido en tan solo cinco años de gobierno y seguir
existiendo mientras se recompone tanto la situación, así como avanza el
desgaste del sistema económico para poder en un futuro llegar otra vez al
ejecutivo. Es un retiro táctico, que solo está pensado en función de los
intereses partidarios y no de entrarle de lleno a los problemas nacionales.
La crisis de la
derecha
ARENA si desea respetar a las bases
y demostrar que dentro del partido se puede hacer carrera, es decir que es
democrático hacia adentro y no solo afuera, debe nombrar candidato a Norman
Quijano. No hay otra opción.
Esto es así de cierto ya que la militancia arenera
desde la derrota del 2009, estableció una magia con el alcalde de San Salvador
que con los años se fue acrecentando.
No hay duda, los correligionarios desean al doctor
Quijano, una persona distinta será una decepción para aquellos areneros que de
buena fe creyeron en un proceso que se ha ido re iniciando cada vez que se dijo
había finalizado.
Desde luego lo que los afiliados aspiren es lo más
importante y, desde esa óptica cuanto antes se anuncie la candidatura de Norman
mejor para comenzar, primero a reestructurar el COENA y desde la presidencia
del partido el alcalde capitalino diseñe y administre la campaña y segundo re
organice a la derecha que esta por estos momentos como chino en calles de
Grecia.
Pero la demora desde la dirigencia, se basa en que las
encuestas no le ayudan a Quijano a obtener un triunfo frente a Tony Saca en una
casi segura segunda vuelta que desde la UNIDAD
presentará tarde o temprano la candidatura del ex presidente.
Otra vez aquí se asemejan la derecha e izquierda,
porque la decisión del candidato según el COENA se base ya no en lo que el
partido desee, sino en ganar a toda costa.
No importa solucionar los problemas de inseguridad,
violencia, desempleo, una propuesta de un nuevo sistema económico desde la
derecha, no el mismo de hace 20 años de la teoría del rebalse que nos dejo ya
un desastre tanto humano como ambiental sino ganar, con un candidato que no
tienen o, cuando menos nadie aun lo conoce.
Muchas veces es mejor perder conforme a decisión de mayoría que perder como sucedió a ARENA en
2009. Ambas son derrota, pero en la primera como es el caso de los republicanos
estadounidenses será porque así lo quisimos todos, en la segunda el dedo
acusador apuntará siempre a una amañada decisión de la cúpula que otra vez
engaño a la gente.
El caso peruano
Hace algunos días en EDH Federico Hernández impugnaba
visceralmente la candidatura de Tony Saca; otros sostienen que nadie votaría
por una persona que ya fue presidente.
En 1985 Alan García fue electo presidente del Perú, su
gobierno generó la peor crisis económica en la historia del país, un accionar
del terrorismo por una alcahuetería de su gobierno y, una gran corrupción dentro
del gabinete.
Declarado reo contumaz, prófugo de la justicia durante
el gobierno de Alberto Fujimori, una vez prescritos los delitos en su contra,
se postula el 2001, siendo 2006, que gana otra vez las elecciones, retirándose
con 46% por ciento de aprobación el 2011 y, con el presidente que lo persiguió
preso a 25 años por corrupción.
Las virtudes de Alan García se dice en su pais son las
de tener una brillante oratoria, una manera de comunicar a la gente que él si
puede hacer algo, gobernar, experiencia, un manejo impecable de su imagen ante
los medios, de la chachalaquearía y naturalidad que lo conectan rápido con el
pueblo.
¿Por qué ganaría Saca las elecciones en El Salvador? Porque
no está en ARENA ni en el FMLN, que ante la población parecen más que
instituciones serias democráticas, pandillas rivales peleándose el control de
un territorio; entonces frente a esta imposibilidad de ponerse de acuerdo en la
crisis institucional entre órganos del Estado han decepcionado a la mayoría de
salvadoreños. ¿Cómo podría el pueblo castigar a los dos?
Quien diga que El Salvador no es Perú desconoce
aquello que llaman los filósofos mentalidad latinoamericana y que García
Márquez definió como Macondo y, frente a la legitimidad o no de una re elección
alterna presidencial este viejo proverbio la explicaría muy bien: cuando veas a
todos buscando una silla para sentarse, siéntate en el suelo, así serás el
único que tenga asiento seguro. ¿Díganme si eso no es lo que hace Tony
Saca?
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