En una cita bibliográfica, Violeta Bonilla (1926-1999) expresa sobre el significado de la figura: “Quise representar un hombre sin ataduras, sus manos sueltas expresan la libertad intangible, y los cuatro picos del fondo representan otras cuatro naciones centroamericanas”

miércoles, 3 de julio de 2013

¿Podemos dejar de ser malos?

¿Podemos dejar de ser malos?
Marvin Aguilar

La neuro-ciencia ayuda a las sociedades civilizadas para dejar por momentos de lado que un dios venga a resolvernos todos los desastres en los que hemos metido al mundo y, como una posibilidad quizá los malos no lo fueran tanto o la cantidad fuese menor.

La paz social que aquí es pensar soñando es posible lograrla. Pero no es una foto fácil, por ahora esto puede iniciarse con los más pequeños desde el sistema educativo. No hay otro método y habrá que esperar.

Equilibrar excelencia con inteligencia emocional que no es más que aprender a decidir entre la felicidad y el éxito sin sentirse frustrado porque en la vida real solo podemos quedarnos en alguna de las dos es la clave para abandonar el mal personal.

Siempre pongo de ejemplo a Benedicto 16 quien eligió la felicidad renunciando al poder y, Hugo Chávez que mantuvo el éxito hasta la muerte. Dejar de darles supremacía a las matemáticas sobre las artes ya que ambas son necesarias para el ser humano. Así de simple.

Sídney Brenner tardó años en descifrar el pequeñísimo cerebro del gusano C elegans entonces si el cerebro humano posee un millón de milímetros cúbicos y en cada milímetro cubico hay 100, 000 neuronas y mil millones de conexiones es tremendamente osado simplificar a los salvadoreños como malos por naturaleza.

La plasticidad cerebral es aquel proceso en donde nuestro propio cerebro se modifica así mismo; sin embargo estando programados para cambiar no nos gusta hacerlo volviéndonos conservadores.

Nacemos con nuestros genes y con estos aprendemos una forma de hacer las cosas así de esta manera cambiar las formas requerirá una acción deliberada nuestra sino queremos que determinadas funciones cerebrales vayan quedando atrofiadas.

El cambio mental es difícil de llevarlo a cabo porque es similar a un cambio físico. Dejar de comer grasas, azucares o sal es muy complicado aunque eso signifique hipertensión, infarto, problemas renales, cáncer.

El cambio mental es sutil. Debemos estar en algunas circunstancias para activar nuestra facilidad plástica cerebral por eso para muchos, la mayoría de salvadoreños es difícil comprender el aborto, homosexualidad, drogodependencia y distintas condiciones humanas a las que identifican con delitos.  

Algunas cosas como colaborar con otros; el compromiso en una relación madura; el sueño que es cuando se consolida lo que deseamos cambiar son mecanismos para dar el salto a lo nuevo que deseamos pero hay que dejar en claro que es imposible cambiar sino cambió el entorno.

Estado, sociedad y nosotros mismos estamos pues relacionados con el cambio no es solo responsabilidad de uno solo. Un pobre puede desear de serlo pero una mediocre educación, un bombardeo publicitario consumista y una clase adinerada conservadora e insensible empujaran a los menos favorecidos a ser en primer lugar agresivos para pasar a la violencia a la menor insatisfacción personal.

A veces me sorprende como los que defienden la vida en cuanto se aborda el tema de los pobres y desgraciados los reducen a ser lo que son porque quizá el Dios cristiano así lo planeó.

El dinero es necesario para las condiciones mínimas, no hace falta mucho. Un pobre y un rico pueden ser felices; una vez cubiertas nuestras necesidades lo verdaderamente afortunado son nuestras relaciones con los demás; reconocimiento; planes de futuro; pasiones y aficiones; salud; trabajo; lo académico; el empeño con que hacemos las cosas son los que nos hacen o no felices.  


En ningún caso es el dinero lo que determina la felicidad por eso hay ricos malos. Es la inversión de tu dinero y en este caso estará en invertir en los otros la dicha.

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