NO PODEMOS SEGUIR ENGAÑANDO A NUESTRA
COMUNIDAD II
Como bien dice el viejo adagio en la guerra
y en la política todo se vale. Y para todo está la Master Card.
Pero cuando se trata del tópico Diáspora Salvadoreña
debemos de vislumbrarlo dentro del contexto colectivo y no abordarse por separado,
dándole la importancia que nos merece, porque de ello depende nuestro futuro y
el de las nuevas generaciones en tierras lejanas a las que nos vio nacer,
inclusive favorecerla aun más de lo que hasta ahora se ha hecho a través de las
remesas nostálgicas y proyectos de inversión social en las comunidades de
origen.
Para ello debe de existir un mínimo de conciencia social y
anhelo de superación al interior de la sociedad que nos alberga si queremos
asumir con responsabilidad nuestro rol de forjar un mejor futuro para las
futuras generaciones fuera de la frontera que nos pario.
No hablamos de buenos Samaritanos,
altruistas o filántropos. Sino de lo que nos demanda la coyuntura actual. Estar
inmersos en nuestra realidad concreta y priorizar nuestras necesidades. La búsqueda
de la superación y estabilidad socioeconómica para el beneficio de nuestras
familias y la colectividad en nuestra realidad concreta, donde vivimos y
sobrevivimos. La cual puede ser alcanzada en un menor plazo si existe la integración
para trabajar unidos por un objetivo común.
Que si bien algunos individualmente ya la han
alcanzado, ello no los exime de ser parte del proceso y búsqueda de nuestro
empoderamiento como ente colectivo en reciprocidad del beneficio que de ella
han recibido o por nostalgia, nacionalismo o como le queramos llamar. Particularmente le llamaría “Autorrealización
del ser humano” buscar ser, un mejor ser
humano día a día para crear un mejor mundo que nos garantice nuestra supervivencia.
Ello nos demanda involucrarnos acorde a
nuestro alcance en nuestra realidad concreta y ocupar los espacios que están a
nuestra disposición, ya que de lo contrario estos serán ocupados por otros, que
ni siquiera conocemos y tomaran decisiones por nosotros. A la fecha la
evidencia es concreta que estos espacios están siendo ocupados por camaleones,
lobos vestidos de oveja, mercaderes de la fe y/o comunidad, etc.
Solo basta preguntarnos que tenemos como
comunidad que nos vanaglorie y/o simbolice un logro alcanzado como ente
colectivo o preguntarles a ellos donde está el fruto de su liderazgo.
De aquí la importancia de conocer todas sus
caras de estos dizque lideres e involucrarnos para dejar de ser pasivos y
revalorizar nuestra propia imagen de cara a otras comunidades con las cuales
convivimos y hacer valer nuestros derechos y gozar de los beneficios a nuestra disposición,
ya que por décadas hemos estado bajo la sombra, utilizados y explotados gracias
a estos dizque seudo lideres. Que a través de sus hechos y acciones han
contribuido a fomentar la apatía e indiferencia, al grado de volvernos cómplices
por quedarnos callados y amparados en la escusa la salvadoreñoridad, sin tomar
en cuenta que gracias a ellos, muchas de las oportunidades que están a nuestra disposición
ya sea individual o colectiva no las hemos podido capitalizar para el bienestar
de nuestras familias, comunidad y nación , por el desconocimiento a que nos han
sometido y en donde también otros agentes han intervenido como ya se han
señalado en otras notas que hemos compartido donde la nostalgia y el
nacionalismo, ideologías y partidismos son el medio.
Asumamos también nuestra responsabilidad,
ya que tampoco hemos hecho nada por superar estas barreras, cualquiera que sea
la razón. Si realmente nos interesa buscar nuestro empoderamiento, ya va siendo
la hora que lo hagamos. Ya que lo cierto es, que nuestra comunidad no necesita
de personajes que se auto nombren lideres para alcanzarlo, más que conciencia
social, integración, iniciativas y/o proyectos viables, convergencia de ideales
y objetivos, priorizar el bienestar colectivo sobre el individual, liberarnos
de los fetiches nostálgicos y nacionalistas, partidismos e ideologías dejándolos
en casa o para su momento evitando que influya o condicione nuestra realidad
concreta, voluntad de integración y hermandad, valorizarnos por lo que somos y
capacidad que poseemos, etc.
Cuando se trata de política no hay nada que
decir y más cuando se trata de salvaguardar la gallinita de los huevos de oro
para comerse el chicharon. Queda al libre raciocinio del individuo, abordar
todos los elementos para tener claro el contexto. Analizar, sacar sus propias
conclusiones y tomar sus propias decisiones.
El papel aguanta con todo y qué decir de
los comerciales en los medios impresos, virtuales y/o visuales, todo se puede
comprar y/o acomodar en los medios, ya que ese es su negocio. La venta de
espacios publicitarios para llegar a las masas.
La diferencia esta, que ante la carencia de
recursos mercadológicos pregonan que son defensores de los intereses
comunitarios y a la vez se prestan a omitir, manipular o tergiversar la
realidad con el fin de perseguir su objetivo económico. De ello solo emana la
falacia, carencia de profesionalismo y ética.
Como bien dice nuestra constitución nadie
puede argumentar la ignorancia de las leyes, así mismo podemos afirmar que hoy
en día nadie puede argumentar la ignorancia de información tomando en cuenta
los recursos tecnológicos a nuestra disposición, solo falta voluntad de
buscarla. Así que nadie se queje que le han mentido, embaucado, manipulado o
defraudado.
Si bien la escusa es la supervivencia para
esconder la mediocridad o incapacidad. Cuando el tópico es la comunidad no cabe
el argumento de que el fin justifica los medios. Ya que no solo se trata de librar
nuestro cacaste individualmente, sino tomar en cuenta que de nuestros hechos y
acciones impactan en los intereses de la colectividad que podemos involucrar de
forma activa y/o pasiva.
Para ello lo mínimo requerido del individuo
es la entereza moral , convicción y conciencia socio comunitaria que sirva al
menos de limitante para no caer en el agravio de mancillar la imagen y dignidad
de la comunidad cuando por egoísmo, avaricia e intereses propios nos
autonombramos líderes comunitarios o alzamos el estandarte de la comunidad como
pretexto para satisfacer o salvaguardar nuestros propios intereses y negocios
que en la mayoría de las veces se han forjado sobre bases de la mentira, el
fraude y el engaño. Ya que son incapaces de satisfacer la demanda del mercado
con ética y profesionalismo.
Tanta es la emoción cuando se trata de
alimentar el ego y vanidad que su retorica los eleva al grado que ellos mismos
se crean la mera mengambrella, esperando que con ello resto de la comunidad
haga lo mismo aceptado todo como dogma de fe lo que de ellos emane.
Tendrán sus seguidores a quien darles el
chupete y que al igual que ellos buscan su propio chicharrón , pero para el
resto, es deplorable verles como
insultan nuestra inteligencia pretendiendo darle a la comunidad atol con el
dedo, mancillen su imagen vendiéndola al mejor postor en calidad de bulto, ya
que los salvadoreños no representamos un mercado atractivo de votos. Y aquellos
que pueden son apáticos y eso gracias a los dizque líderes comunitarios a
través de sus hechos y acciones.
Nos sumamos a la algarabía al conocer que
un connacional ha alcanzado sus metas y objetivos, triunfe, realice sus sueños
y progrese. Igualmente celebramos que medios nacionales hayan tenido la visión
de internacionalizarse, vislumbrando un potencial mercado nostálgico en la
comunidad que explotar. Solo esperamos que contribuyan a forjar lazos de
hermanamiento entre los salvadoreños.
Con la salvedad señores, que el hecho que
nos manifestemos nostálgicos por nuestra nación ello no significa que seamos ignorantes
de nuestra realidad y necesidades, la cual conocemos perfectamente más que
cualquier recién llegado, por ende demandamos un mínimo de respeto , ética y
profesionalismo cuando el tópico que se aborde es nuestra comunidad. Y no
insulten nuestra inteligencia pretendiendo darnos atol con el dedo, ya que conocemos
las diversas fachadas de los camaleones.
Nuestra recomendación, infórmense mejor y
mantengan un mínimo de respeto para nuestra comunidad y ética profesional, si
el deseo es formar parte de su empoderamiento.
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