EN
BUSCA DE LA VERDAD- LA REALIDAD DE LO CONCRETO III- El Martinato
“Mahatma
Gandhi lo decía en su oración: Señor, Ayúdame a decir la verdad delante de los
fuertes y a no decir mentiras para ganarme el aplauso de los débiles. Si me das
fortuna, no me quites la razón. Si me das éxito, no me quites la humildad. Si
me das humildad, no me quites la dignidad. Ayúdame siempre a ver la otra cara de la
medalla, no me dejes inculpar de traición a los demás, por no pensar igual que
yo. “
José Raúl
Vásquez, un amigo en la red social me compartió esta nota el cual está
plenamente involucrado en la causa de los pueblos originarios. Desconozco quien
es su autor pero llamo mi atención ya que su contenido no está cargado del romanticismo
ideológico y/o partidista que solemos
observar usualmente. Donde el dedo acusador y la condena siempre se inclinan al
lado contrario, dependiendo del lado del ojo con que se mire, con la idea de
vender caudillos y mártires, populismo y romanticismo ideológico. Etc.
La historia son hechos ya consumados, tienen que ser analizados con
imparcialidad para entenderlos y evitar que esto no vuelva a pasar, no
prostituirlos para alimentar el ego o usar de parapeto en campañas populistas o
para seguir justificando un fanatismo romántico ideológico y/o partidista.
Cito: Ya que el futuro de nuestro país será aceptable dejando de un lado,
todo el clasismo y el racismo posible y del otro lado, cualquier atisbo de
resentimiento y odio de clases. Además de erradicar la corrupción y la
impunidad.
Cito: Lo importante es marchar unidos a la senda del progreso, buscando
puntos comunes, como un plan de nación unificado; y sabiendo minimizar nuestras
diferencias.
En la vida nos rige una ley universal.
Toda causa tiene su efecto.
Independientemente de las condiciones
coyunturales de aquella época que pudieran señalarse como justificables de las
acciones que acontecieron por cualquier fanatico. Quizá la matanza se pudo haber evitado, si los
ideólogos de esa época hubieran actuado responsablemente, obviado su rebeldía
de juventud como suelen justificarse y pensando en el bienestar de pueblo si asumían
el papel de líderes de la revolución. No egoístamente en función de sus intereses,
ideales y ambición de poder, ya que no
les importo la vida de los indígnenos y campesinos. No se necesitaba incitar a
un levantamiento.
Gandhi lo hizo al igual que Mandela,
pero no hay que buscar en la historia de otras naciones para ver un modelo que
se pudo haber adoptado y evitado el derramamiento de sangre entre hermanos y/o
crear las condiciones para que un dictador despiadado y racista declarado como
se cita. Aprovechara la oportunidad de hacer uso del poder como lo hiciera. La
misma historia salvadoreña recaba el
modelo que inclusive los mismos que primero incitaron al levantamiento fueron quizá
los que lo aplicaron o involucraron, años después.
Cito: En la primera semana de mayo de 1944, se realizó la “Huelga general de
brazos caídos”. El pueblo, en especial los capitalinos, permanecieron en sus
casas y no asistieron a sus trabajos, paralizando el país. El 9 de Mayo 1944, a
unos pocos meses de iniciado el cuarto período presidencial, renunció al
Gobierno y se exilió.
Ante los ojos de la humanidad el Genocidio
es un hecho deplorable y condenable. De aquí la premisa tan culpable es quien
lo ejecuto, como culpable son los que la
provocaron a través de sus acciones, manipulando el sentimiento de los indígenas y
explotando su ignorancia en el buen sentido de la palabra. En buen calo los
usaron como carne de cañón para satisfacer su ambición de poder, incitando al
levantamiento con la escusa del fraude electoral en donde por primera vez
participaban y ni siquiera con un plan de gobierno que proponer, según lo dice la
historia.
Hoy en día, a los que provocaron esta matanza, nos los venden
como héroes, mártires y/o caudillos que lucharon por el pueblo, tanto así que
la historia se repitió y otra guerra fratricida
se desarrollo por 12 años, donde el 80% de los 75,000 muertos los aporto el
pueblo.
Y que gano el pueblo, donde está el
cambio. Lo cierto es que el pueblo sigue siendo pobre, inclusive más pobre que
aquellos de 1932. La guerra que solo ha servido para consolidar una nueva oligarquía,
fomentar la impunidad y corrupción.
EL SUFRIMIENTO DEL PUEBLO INDIGENA DURANTE
EL GOBIERNO GENOCIDA DEL GENERAL MAXIMILIANO HERNANDEZ MARTINEZ QUE LE
DENOMINAMOS EL MARTINATO (1931-1944).
Últimamente se oyen algunas voces que
ponderan la “política” que de 1931-1944 implantó el entonces Presidente General
Maximiliano Hernández Martínez; otros
desconocen quien fue y la mayoría no tiene certeza de lo que hizo.
Definitivamente su trabajo puede dividirse en
2 grupos: su manejo honesto de la economía; y la falta de democracia y
derramamiento de sangre por el otro, esto último, como un medio de detener la
delincuencia, y los levantamientos, matando a justos y pecadores, y también la
forma de neutralizar a sus opositores y a sus enemigos.
El
Martinato se refiere básicamente al período de la Dictadura del General
Maximiliano Hernández Martínez, que duró casi 13 años (4 Diciembre 1931 - 9
Mayo 1944). Puso orden en la Administración Pública, canceló totalmente la
deuda externa en 1936, cuando en 5 años atrás había sido declarado El Salvador
en mora internacional; eliminó la corrupción, redujo los intereses de los
deudores, creó el Banco Central de Reserva para acuñar la moneda nacional,
quitándole a los Bancos privados ese privilegio; combatió la usura; fomentó la
vivienda, rebajó los alquileres, aunque restringió la educación; prohibió a los
civiles el porte de todo tipo de armas, hasta hondillas; combatió el hurto,
hasta la amputación de una mano, mejoró la economía; respaldó la producción del
café, algodón y azúcar, realizó obras de infraestructura, saneó la tesorería
nacional y redujo significativamente la delincuencia.
Sin
embargo, era un dictador despiadado, racista declarado aunque él era mestizo. (Perseguía indios, negros, árabes y chinos, prohibiendo incluso su
entrada, cuando procedían del extranjero). Controlaba prácticamente la vida de
los ciudadanos, entorpecía los medios masivos de comunicación, censurándolos y
hasta cerrándolos. Expulsaba, apresaba y exiliaba opositores. Despreciaba la
calidad del ser humano y mató durante su dictadura alrededor de 50,000
personas, (solo en los días posteriores al levantamiento de 1932, y durante
éste, se calculan 25,000 muertos); (la
tragedia del Mozote y lugares aledaños, con 975 muertos, un asesinato
colectivo, triste y espeluznante, palidece ante el etnocidio de 1932), sin
lugar a dudas, el momento más violento de la historia latinoamericana, dada la
brevedad del tiempo en que se cometió. Fue
una espantosa carnicería de hermanos salvadoreños, la mayoría de extracción
pipil en 1932.
Su principal crítica es así el uso excesivo
de la fuerza y la violencia contra los sospechosos (no solo culpables, sino también inocentes) aunado a la falta de
respeto a la integridad y a la vida de los ciudadanos; y la eliminación de la
democracia y de los derechos humanos. Todos los intentos de derrocarlo por la
fuerza: militares y hasta populares, fracasaron.
Por fin, cuando todo el pueblo estaba
cansado de su dictadura, en la primera
semana de mayo de 1944, se realizó la “Huelga general de brazos caídos”. El
pueblo, en especial los capitalinos, permanecieron en sus casas y no asistieron
a sus trabajos, paralizando el país. El 9 de Mayo 1944, a unos pocos meses de
iniciado el cuarto período presidencial, renunció al Gobierno y se exilió.
El entorno mundial le favorecía, porque el nazismo y el fascismo se
entronizaban en el Mundo.
Fue la época dorada de Hitler,
Mussolini, Franco y de una serie de “caudillos” o gobernantes de extrema
derecha, en muchos países pequeños, incluyendo nuestra América: Somoza,
Trujillo, fueron entre otros, dictadores de esa época. Sin embargo, las
matanzas de Hernández Martínez no tienen parangón en nuestra América.
Recientemente 2 mensajes televisivos llamaron mi atención, sobre todo por
quienes lo decían.
El
primero, un analista político de derecha, quien añoraba,
y lo dijo públicamente, la actuación del General Hernández Martínez. Frente a
otros analistas políticos. Ninguno de los otros panelistas en la mesa de
debates tomó en cuenta este planteamiento; hasta un analista de izquierda, no
contestó, tan solo se rió forzadamente, quizá en forma de burla tácita y por
consiguiente no declarada. Para aquellos que creen que se refería al combate de
la usura, al saneamiento de la economía o a la disminución de los intereses en
los préstamos y demás medidas económicas de apoyo social; el mismo analista se
encargó de aclararlo, reclamándoles primero que habían ignorado su
planteamiento y que estaba hablando en serio.
El analista nuevamente aclaró, qué lo
que le gustaba de Maximiliano Hernández Martínez: era su dictadura, la forma
dura de tratar a los desafectos al régimen. Y luego una afirmación catastrófica
para la democracia: él panelista dijo: yo creo en la democracia, pero si hay un
gobierno que no es del todo democrático (y yo me pregunto ¿para la perspectiva
de quien?) puede derrocársele con medidas no tan democráticas, con el objeto de
recuperar la democracia (?!). Fascismo puro. Yo espero que este sentimiento
individual negativo, no forme parte de un buen porcentaje de la conciencia
colectiva. Se quiere así aplicar el proceso de la democracia romana, vigente
únicamente para los nobles y patricios. La plebe disponía de escasos derechos y
los esclavos, de ninguno.
Otro comentario televisivo totalmente
negativo lo constituye el planteado por un dirigente de ARENA miembro del
actual COENA (lo cual espero sea tan solo un desliz personal) de manifestar que
escoger la cuidad de Izalco para iniciar la campaña política era un símbolo
especial, porque en Izalco se planteó históricamente la derrota del
levantamiento comunista (1932).
Definitivamente estos dos pensamientos
negativos, si bien individuales dejan mucho que pensar, sobre todo, en el mes
de enero de 2012, a 20 años de la firma de los Acuerdos de Paz, Si esto se
generaliza (o si ya está generalizado); y un sentimiento de confrontación y
enfrentamiento se encuentra también generalizado en la contraparte, tendríamos
que aquí no se firmaron los Acuerdos de Paz sino tan solo, Acuerdos para
finalizar el enfrentamiento armado. Y la guerra continuaría silenciada,
únicamente porque las condiciones geopolíticas no se prestan para ello. Y
volverá si éstas aparecieran nuevamente.
De esa forma, la premisa que las
potencias participantes en el conflicto, básicamente los Estados Unidos y
Rusia, y sus respectivos aliados, ya se estaban entendiendo; la guerra fría
había terminado y el conflicto Este - Oeste llegaba a su fin; y que ya no había
interés de mantener conflictos calientes de baja intensidad como el nuestro,
donde las potencias, antes enfrentadas en 2 sistemas antagónicas, se encaminaban
a integrar un solo bloque, previo a la formación de un gobierno mundial,
adquiere su validez.
Los nuevos conflictos serían, de todo el
Mundo contra alguna potencia menor disidente y rebelde y no un choque frontal,
directo o indirecto entre titanes. No niego que hubo presión internacional con
ambas partes; pero debemos también ponderar los sentimientos positivos de las
fuerzas beligrantes: de los representantes del Gobierno y del FMLN a la hora de
firmar. Yo considero que las personas que firmaron en su momento lo hicieron
emocionalmente satisfechos. Y merece un especial nombramiento, Margarita Llach
de Cristiani, quien sin firmar, fue una pieza fundamental en las rápidas
aceptaciones de los representantes gubernamentales, incluyendo al presidente de
la República de ese entonces, quienes por momentos titubeaban Para aquellos que
creen en la parapsicología y en la existencia del cuerpo etérico (el aura
humana o el vibre de las personas), el sentimiento se transmite a la hora de
pintar un cuadro o calzar una firma. Y se siente la diferencia, si se hizo con
sentimiento o solo por salir del paso. Y eso puede comprobarse con las yemas de
los dedos, acercándolos al lienzo o al papel, pero sin tocarlos. Había
sentimiento en todas las firmas.
Un poco más, en el caso de la izquierda
en la firma de Shafick Hándal y en las firmas de la derecha, más en la del Dr.
David Escobar Galindo. Para los que no crean en eso, pueden considerar la
anterior aseveración como una curiosidad. Los dos comentarios que me referí anteriormente,
fueron realizados por personas que no participaron en los Acuerdos de Paz y que
aparentemente están en desacuerdo con ellos. Y segundo, que el futuro de nuestro país será aceptable, solo y tan solo, si los
Acuerdos de Paz son consolidados, en la letra y espíritu; dejando de un lado,
todo el clasismo y el racismo posible y del otro lado, cualquier atisbo de
resentimiento y odio de clases.
Lo importante es marchar unidos a la senda
del progreso, buscando puntos comunes, como un plan de nación unificado; y
sabiendo minimizar nuestras diferencias.
Mahatma
Gandhi lo decía en su oración: Señor, Ayúdame a decir la verdad delante de los
fuertes y a no decir mentiras para ganarme el aplauso de los débiles. Si me das
fortuna, no me quites la razón. Si me das éxito, no me quites la humildad. Si
me das humildad, no me quites la dignidad. Ayúdame siempre a ver la otra cara de la
medalla, no me dejes inculpar de traición a los demás, por no pensar igual que
yo.
Ahora
bien, mencionar la revuelta indígena de 1932 y considerarla como un levantamiento
comunista, que era necesario aplastar, conlleva un error histórico que es
necesario aclarar. En 1932 el partido comunista
tenía una estructura pequeña y no tenía ni el tamaño, ni la administración, ni
la organización, ni los recursos para desarrollar un levantamiento de tal
magnitud. Pudo colaborar, manifestando
su apoyo a las demandas campesinas, o coincidir con él; los indígenas pedían reinvidicaciones
sociales; los comunistas, reclamaban el resultado electoral fraudulento. He
aquí algunos comentarios aclarativos del ilustre Dr. Reynaldo Galindo Pohl en
su obra: “Recuerdos de Sonsonate, Crónicas del 32”, en un resumen de 11 puntos:
1. “Los
españoles introdujeron los ejidos y las tierras comunales los cuales estaban destinadas
al servicio de los habitantes de los poblados, quienes por medio de ellos, se
proveían de leña y madera de construcción y las utilizaban para que pastaran
sus ganados”.
2. “El
Dr. Zaldívar decretó la extinción de ejidos y tierras comunales en 1882.”
3. “En
virtud de posesión inmemorial, los ejidatarios pudieron convertirse en
propietarios. Una minoría usó este derecho, y la mayoría optó por venderlos.
Los compradores eran agricultores advenedizos, pero de mayores conocimientos.”
4.
“la cuestión de la tierra venía como consecuencia de una cantidad de factores
que se remontaba a la conquista española, pues esta conquista asentó dos
estratos básicos de población: la de los vencederos y la de los vencidos”.
5. “Sobre
las comunidades indígenas pesó el calvario de las encomiendas y los
repartimientos. Los encomendaderos eran bandoleros con carta de acreditación”.
6. “Como
se quería que toda la tierra pasase al régimen de apropiación privada libre de
disposición, los baldíos también fueron objeto de denuncia y titulación.”
7. “Después del fallido intento de
reversión de 1885, muchos campesinos permanecieron pasivos durante unos
cuarenta años, pero en los años veintes y en los principios de los treinta,
algunos escogieron el camino de la protesta y poco después, el de la
insurrección”.
8. “Los
efectos de la crisis económica que inició en Estados Unidos el famoso “viernes
negro” de 1929, se hicieron sentir con agudeza creciente a partir de 1930,
aúnada a la crisis del café.
9. “Además, en el país, los fermentos
políticos y sociales se habían sumado a los problemas económicos. Los técnicos
que estudian estadísticas con frialdad matemática olvidan que los estómagos
vacíos sólo se llenan con pan, nunca con palabras y menos con disposiciones
teóricas”.
10. “Los estratos sociales golpeados por el desempleo, los bajos salarios y
la ausencia de expectativas reales, no pudieron o no quisieron esperar, y se
sintieron atraídos por la ilusión de un cambio, y a fin de cuentas, de
cualquier cambio. La insurrección no era un camino, sino una expresión
emocional para llevar el descontento a una manifestación extrema”.
11. “Cuando la insurrección fracasó, los
comprometidos en ella huyeron.
Luego circuló un anuncio gubernamental de
que era necesario que cada persona portara un documento que las autoridades lo
extenderían. “¿Ya tienes la seguridad?”. “Si no la tienes, sácala pronto, pues
es indispensable”. “Con la seguridad” estarán bien protegidos. Como un ejemplo,
en Nahuizalco, los campesinos se prepararon para este acontecimiento. Se
reunieron en tres o cuatro puntos de los alrededores de la cuidad y entraron en
grandes grupos, completamente desarmados. De repente, de los edificios
circunvecinos comenzaron a disparar y los campesinos fueron cayendo bajo las
balas.” Hasta aquí lo dicho por el Dr. Reynaldo Galindo Pohl; y yo agrego: Se
ocupó el mismo engaño que los conquistadores habían aplicado a sus antepasados.
La eliminación de los ejidos y tierras
comunales; las pérdidas de sus derechos, el hambre, la marginación, la persecución
y la ignominia, desde los tiempos de la Colonia, el desempleo, los bajos
salarios, pagados generalmente con fichas de cartón y de hoja de lata, y de uso
monopólico en la tienda de la finca; la crisis mundial y la crisis del café,
los llevó a la desesperación y luego a la insurrección popular. Es cierto que
hubo algunos excesos y debía castigarse a los culpables. Pero la represión y la
masacre son, al igual que el terrorismo, totalmente injustos. Generalmente
no se castiga al culpable. Al ser
generalizadas golpean generalmente a personas inocentes. A continuación
unos párrafos publicados por el Gobierno o por periodistas afectos al régimen,
en diferentes ediciones del Diario Latino durante enero de 1932: “los pueblos
indo-españoles son nenes que empiezan a hacer pininos y por consiguiente han
menester de una mano fuerte que los guíe, por eso ha sido la tiranía la que
mejores frutos ha dado en la América española” “El Gobierno está en el deber de
ser fascista, combatiendo los excesos del comunismo, usando la violencia contra
la violencia.” “Cuando a veces se presentan los grupos sediciosos, son
materialmente barridos por las ametralladoras del Gobierno, que son manejadas
por expertos tiradores.” “turbas de indios sedientos de sangre”. El
levantamiento de 1932 se paró, pero continuó la represión y la injusticia. Los acuerdos de Paz de 1992, pararon el
conflicto armado, pero se necesita consolidar una paz con justicia, porque
ambas no pueden separarse.
He aquí
el progreso del pueblo que aporto los muertos.
ARCHIVO
| Hoy se cumplen 82 años de la masacre
que el gobierno salvadoreño ordenó contra indígenas y campesinos del occidente
del país cuando muchos de estos habían comenzado a organizarse para exigir
respeto a sus derechos laborales. Chelino, el personaje de las entregas que
aquí le presentamos, sobrevivió a aquella matanza y a toda la miseria de los
años siguientes. Falleció, rodeado de pobreza y soledad, en 2012.
Crónica: Todo pasa, menos Chelino >http://www.elfaro.net/es/201203/noticias/7417
Video: La terquedad de Marcelino >http://www.elfaro.net/es/201203/noticias/8164/
Fotorreportaje: El hombre que derrotó la matanza del 32 >http://www.elfaro.net/es/201201/fotos/7243/
http://www.elfaro.net/es/201101/fotos/3396/?pid=2