Marvin Aguilar
Desde la antropología podemos sostener que somos una
sociedad atrasada culturalmente.
Pero no por la ausencia de leyes de primer mundo, sino
porque pretendemos solucionar todo de la manera ideal, moral y religiosa cuando
materialmente no es posible.
Porque creemos fervientemente que se pueden hacer
cambios sin perder la vieja estabilidad. Lo observamos recién ahora que terminaba
el primer gobierno de izquierda, algunos achacaban incumplimiento en cinco años
de promesas a problemas que vienen desde la independencia.
Los peores ciudadanos están esperando la segunda
venida de Jesús para que él nos resuelva todo, pobres… no saben que no vendrá.
Por eso podemos decir con solvencia que somos
atrasados, como la posición mayoritaria que se adopta cuando se habla de
legalizar la mariguana en El Salvador.
Datos para el
debate:
Pepe Mujica decía hace poco: en 1985 había en Uruguay 1500 consumidores
de mariguana. Para 2014 eran 150,000. Legalizar la mariguana permitió
robarle valores y mercado al narco además de impuestos.
Juan Manuel
Santos
presidente de Colombia en mayo pasado igualmente decía que la guerra al narco
que ha dejado miles de muertos en su país había fracasado y que se debía buscar
otras maneras de combatirlo. No se puede seguir con la visión guerrerista
contra las drogas que solo benefició a la industria militar.
Al día de hoy no solo las ciudades incluso en el apacible
campo salvadoreño a la mejor narrativa de Masferrer la mariguana es una forma
de recreación extendida menos violenta que el alcohol. Ante irrefutables
realidades al contrario de lo que aplica para el resto del mundo Estados Unidos
legaliza la mariguana en su territorio.
Pensar que la solución es gastar millones de dólares
en represión y encarcelar consumidores, confiscación de cargamentos de drogas
y, no darse cuenta que no se ha detenido la corrupción de policías,
funcionarios públicos, políticos, empresarios, iglesias y deporte por parte de
los cárteles de drogas es querer que digamos que llueve cuando no están miando
encima.
Por ejemplo, habitual es que se sepa quiénes son los
capos y cárteles del tráfico en Latinoamérica. Pero raro es que siendo EE.UU.
el principal consumidor de drogas en el mundo nunca se haya sabido sobre qué
mafioso o mafia u organizaciones estatales y políticos están detrás del gran
negocio de distribución y venta de la droga en territorio estadounidense.
Estos detalles, desapercibidos para los moralistas
salvadoreños que desean la represión bíblica para todo como sabia salida a
nuestros “problemas” son los que no dejan solución posible y empujan a que
delinquir sea la manera en que los desposeídos no solo de bienes materiales
sino de pobreza espiritual, tomen la vía rápida para solucionar su inseguridad
personal tan enraizada en nuestra patria.
Es decir los pobres no son de los barrios bajeros, son
antes que nada pobres salvadoreños, nos pertenecen a todos, los pandilleros no se olviden
lectores, son nuestros, son salvadoreños. La salida pues, debe ser, en
conveniencia nacional no pensando en si les gusta a otros países o a la
atrasada moral de un reducido conservadurismo.
Pepe Mujica igualmente justificaba: peor que la drogadicción es el narco, ya que
el agente multiplicador de la violencia en nuestras sociedades son los valores
empresariales, éticos, religiosos que los cárteles están imponiéndonos.
El
narcocapitalismo.
Roberto Saviano en su último libro Zero, Zero, Zero
sostiene que la cocaína gobierna al mundo y, ese es otro detalle que los
moralistas salvadoreños ignoran cuando hacen sus valoraciones negativas sobre
la legalización de la mariguana en El Salvador.
El escritor italiano coloca un interesante ejemplo: si usted invierte $1,000 en una acción de
Apple hoy, al cabo de un año puede recibir entre $1,200 o $1,500. Pero si usted
invierte $1,000 en cocaína dentro de ese mismo tiempo ha ganado $182,000. Así
es el poder de la coca.
El gobierno catolicísimo de Italia pretende para
impulsar el crecimiento del PIB incluir los movimientos económicos que genera
el tráfico de drogas y prostitución. Según Matteo Renzi, primer ministro esto
los hará salir del estancamiento económico endémico que padecen. ¿Sugiere algo
este paradigma de reactivación económica a El Salvador?
¿Se puede comparar un pandillero con banquero,
político un narco? ¿Existe un terreno en que se juntan? Pues al mejor estilo de
un filme minimalista que cuenta historias distintas que en un momento se
cruzaran inevitablemente y quizá es solo perceptible para el espectador
inteligente, igualmente estos actores sociales se cruzan en un momento de
nuestra historia.
No hay sistema financiero en el mundo que no esté
sostenido por dinero del narco. Las cifras de dinero que produce la droga según
la justicia italiana y la universidad de Bogotá pueden obtenerse de la
siguiente relación: la cocaína decomisada es solo el 2% de la que circula en el
mercado. Esto entonces deja un aproximado de $600,000 millones anuales de
ganancia, parte de ese dinero está en los bancos.
Como vimos en la acción que realizó Mauricio Samayoa
en el banco Cuscatlán con los fondos Taiwán-Flores el motivo de que los
cárteles usen menos los paraísos fiscales y más la banca, es porque esta
simplemente baja los niveles de seguridad para saber el origen del dinero. Ya la
ONU sostenía que gracias al dinero del narco muchos bancos pudieron soportar la
crisis financiera de 2008. WACHOVIA y HSBC son ejemplos de eso.
¿Recuerda el lector los pleitos y paros al transporte
por la instalación de un scanner y pago de $18 para revisar la mercadería que
entraba al país por las fronteras? Pues bien de estas contradicciones del
sistema de controles se sirve el narcotráfico.
Un control fronterizo que casi no controla es un paso
ideal para pasar drogas, pero uno que pretende controlar todo, se convierte en
una frontera muerta porque no avanza rápido el flujo de los contenedores o
furgones. Ya nadie querrá pasar por allí.
¿Por qué la vivienda es cara? Esa es otra manera de
poder mover el narco-dólar. Aplicar un impuesto a las viviendas caras o de
campo o playa desalentaría esta especulación de lo contrario cada vez más la
vivienda será costosa siendo imposible para los jóvenes comprarse una mientras
un pequeño grupo se enriquece con la especulación inmobiliaria. La dolarización
se volvió un eslabón vital para las distintas formas que las mafias lavan
dinero.
Corolario:
No legalizar la mariguana es perpetuar la corrupción
en nuestra sociedad con capitales criminales y no habrá religión, oración o
Dios alguno que salve a nuestros jóvenes y después arrastre a la patria al
desastre si seguimos haciendo las cosas como hasta ahora.
Yo, no consumo mariguana o coca o alguna otra droga
que no sea el vino tinto. Y no lo hago por superioridad moral o que sea ilegal,
sino que considero que no es una diversión. No consumo drogas por salud.
Pero yo, no puedo juzgar a otros desde mi condición o
pretender que vivan mis valores como hacen los nacional-religiosos. Debemos
hacerlo desde las miles de realidades que hay, eso entiendo yo por democracia
liberal.
Legalizar la mariguana es un primer paso para
recuperar el Estado de los jefes del narco. Así de paradójico es este sistema
que tanto se defiende, la otra salida es sentarnos a ver como se corrompe todo,
como hasta ahora.
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