La mañana abre puertas de caoba
y aparece un Dios con habanos en iglesias.
La pobreza es mil historias,
vieja, sin nombre
con heridas y ojos abiertos.
Muertos en esquinas
y tardes ahogadas con lagartos.
La noche baja
deja veneno en el culo de los callejones
y sangra la nariz de los muchachos.
La miseria ha torcido los caminos
y un lamento de pueblo
abre grietas en el cielo.
La mañana es un cuervo enmascarado
lampareando los tejados,
y la luna se esconde en castillos de barro,
como una cenicienta
entre olores de jardines huérfanos.
Barrios de papel
y sueños en las cárceles verdes de la lluvia.
Tierra de poetas resucitados en escuela,
Santos gastados en procesiones
y en el tormento de las campanas verdes.
Artistas sin estatuas,
patria de políticos fermentando discursos vino.
y apestan
como animales podridos
en los prostíbulos de sus vidas.
Así es mi tierra
mi patria de día, mi patria de noche
EL Llanto De Mi Tierra
Lloró mi tierra
cuando le dije adiós a los colores del maíz
con las llamas del mediodía.
Me lloró el perro con su acordeón de huesos,
y el abuelo
desde sus calles con luciérnagas.
Le dije adiós
al cielo calentado con las velas de mi pueblo.
Pero el adiós me dolió más con ella,
cuando me miro con sus ojos nublados,
mi amada, mi gran amor, la que juró quererme.
El adiós sonó a rezo de muerto.
Ella lo sabía
se nos murió el amor en la distancia.
Nos buscamos y ya no existíamos
nuestros ojos eran cuatro gotas grises.
No quedaba más amor.
Una pena, una espesa soledad
y el llanto...
Como el día que le dije adiós a mi patria.
como el día que le dije adiós a ella, mi gran amor...
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