¿POR QUE ALA Y JEHOVA SE ODIAN TANTO? POR MARVIN AGUILAR

En Beirut no existe el matrimonio civil, solo la forma religiosa de unión entre un hombre y una mujer es válida. Líbano, me aseguraban mis amigos en Moscú, es una democracia parlamentaria, pero que está regida por dos Dioses: Jehová y Alá.

Por ley, el presidente debe ser cristiano maronita, el primer ministro tiene que ser musulmán sunita, el presidente del parlamento musulmán chiita. De esta forma la mitad del parlamento es cristiana y la otra mitad musulmana. En Líbano existen diez y ocho confesiones religiosas reconocidas, así que por norma jurídica, si un ciudadano pretende participar de la vida pública de ese país debe pertenecer a alguna de esas denominaciones.

Muchas veces discutí con iraníes y libaneses, la forma absurda de legislar la vida terrenal con los libros sagrados. Ellos me explicaban este fenómeno con el siguiente argumento: los países islámicos no pueden o, les es difícil aplicar la declaración de Derechos Humanos. En el mundo oriental se entienden los Derechos Humanos como una concepción laica judeocristiana, que no puede ser aplicada por los musulmanes; para ellos esto significa elegir entre la ley divina y las convenciones laicas. Yo les argumentaba: pero siendo estos Estados de esa manera, la justicia universal, es decir: la integridad, libertad e igualdad nunca serán posibles en el mundo islámico. Así es, ¿Por qué piensas que estamos nosotros en Moscú? Me decían.

De vulgari eloquentia

El cristianismo igual ha utilizado la Biblia para condenar el progreso, el liberalismo, la sociedad moderna; justificar la divinidad de las monarquías, la esclavitud, el colonialismo, el racismo, la anti ciencia; el sometimiento de la mujer y, finalmente la discriminación a la diversidad sexual. Léase el syllabus redactado durante el papado de Pío IX para comprender lo que digo.

Esta herencia literalista de la Biblia les impide entender a los nacional religiosos que, las nuevas luchas del siglo XXI son las libertades individuales; la inmigración; la ecología; la sociedad civil y, que en esos avances las iglesias tienen mucho que aportar. En El Salvador el sistema económico social conserva, - debido a esa influencia religiosa medieval-, rasgos de feudalismo; la filosofía del Estado salvadoreño está dominada por la superioridad y el altar. Frente a este estado de cosas, solo hay una alternativa: la democracia.

América, es un continente que fue un hibrido de las diferentes culturas primigenias y, de algunos países europeos: España, Inglaterra, Francia, Holanda, Portugal. Junto a esto debemos sumar la cultura africana. Somos pues, resultado de occidente. Ni el marxismo judío alemán puede ser tildado de ideología extraña, ni el cristianismo judío puede ser separado de nuestra cultura. Estructura y coyuntura no pueden entre nosotros desligarse.

Por eso, acuso de perversos a los dirigentes religiosos que en nuestro medio se valen de métodos integristas para imponer la salvación de las almas salvadoreñas llegando incluso, a sustituir la labor pastoral por trastocar la Carta Magna para hacer valer sus dogmas. Si bien es cierto que en El Salvador la mayoría es cristiana, nuestro sistema político, por el que hemos apostado es la democracia, y esta forma de vida resuelve los diferendos con el voto mayoritario; pero a la vez esta forma preserva como sagrado: el respeto a las minorías.

Es grave cuando los nacional religiosos acostumbran a entrar temerariamente en todos los campos del saber, siguen una estrategia de seducción y arrastran al ciudadano común al propio campo: la teología, donde ellos, como es natural, poseen con extraordinaria deformación la única interpretación de los textos bíblicos.

Nada nuevo. Diderot desarrolla la anterior idea con el siguiente relato: estaba yo perdido una noche en la selva. Solo disponía de una pequeña lucecita para encontrar el camino. De repente, apareció a mi lado un desconocido que me dijo: “amigo, apaga esa luz, y encontraras mejor el camino”. Finaliza diciéndonos Diderot: pues ese individuo, que me da ese consejo ¡es un teólogo!

Pretender regular la vida nacional con la Biblia o Coram, es ignorar la libertad del hombre frente al Estado; pisotear los derechos naturales de la humanidad; destruir el pacto social. Hace menos de cincuenta años, la población blanca fundamentalista cristiana del sur de los Estados Unidos colocaba los siguientes rótulos en sus negocios: prohibido los perros, los negros y los mexicanos. Hoy, solo en la Florida subsisten 51 grupos de odio que tienen nombres como: Frente Americano, Las Hijas de Jehová, KKK, La Liga del Sur, La nación del Islam.

Quienes se mofan de las teorías evolucionistas distorsionándolas, no vacilan en impulsar un darwinismo religioso como forma de convivencia social; así lo hacen, cuando imponen el argumento de que siendo este un país cristiano, deben entonces ser las leyes cristianas; presionan políticos para amarrar leyes contra ciudadanas, antidemocráticas y, que aumentan su control sobre la población. Ignaros de la historia, desconocen que cuando se quiso tratar como iguales a todos los miembros de una sociedad dio como efecto un fenómeno sociológico: los más fuertes se terminaron imponiendo sobre los más débiles. Estos últimos, se rebelaron siempre con violencia.

De esta manera, el literalismo cristianismo se toma carta abierta para manipular el concepto de libertad de culto; en el imaginario religioso salvadoreño, este derecho solo se refiere a la libertad de poder ser cristiano de cualquier designación; más sin embargo la libertad de culto incluye ser igualmente escéptico, agnóstico o ateo, entre otros.

Están confundiendo autoridad con sabiduría. Jesús sostuvo que: los pobres siempre habitarían entre nosotros. Pero en el siglo 19, Augusto Comte lo complemento diciendo que: la brecha entre ricos y pobres se reducirá en la medida que el conjunto de la sociedad eleve su nivel de conocimiento. ARENA lo decía en otras palabras: el que nace pobre, no está condenado a morir pobre. Y, a esto, solo se llegará en un estado laico, secular, que incluye por supuesto el cristianismo, pero potenciando más el realismo crítico, que es de donde surge el primigenio lema arenero: PAZ, PROGRESO, LIBERTAD; que el idealismo metafísico.

Hace algunos días en el parlamento israelí, una diputada árabe, fue obligada a callar en una plenaria luego de haber estado detenida – y por su inmunidad liberada- al viajar en la flotilla que intentaba llegar a Gaza con ayuda humanitaria. Esta congresista fue llamada: traidora, caballo de Troya, enemiga, e incluso se insinuó que era lesbiana, por el simple hecho de tener 38 años y estar soltera. El pleito árabe-judío llevado al seno del órgano legislativo. Alá y Jehová peleándose una franja de tierra. Nada extraño: en El Salvador hemos hecho diputada honoraria a la Virgen María.

Es absurdo legislar con las creencias personales. El integrismo de cualquier índole destruye con su intolerancia el concepto de solidaridad occidental.