La coyuntura actual nos demanda actuar por convicción y conciencia social colectiva, si afirmamos ser activistas comunitarios en busca de una mejor nación o sociedad en la que coexistimos.
Aclaramos que no usamos el titulo de líder comunitario, ya que consideramos que este solo representa el recurso usado por los medios de difusión para vanagloriar a sus clientes e identificar a quienes son los roba cámaras que rellenan las marquesinas de los eventos sociales y galería de fotos de sus semanarios. Titulo incluso que se lo auto adjudican personajes mediocres, carentes de una identidad que buscan con el protagonismo ser identificados como alguien, un referente o cacique, miembro de una elite o de la tandona al interior de la comunidad o sociedad en la cual radican, para vanagloria de su ego y/o aprovechamiento para satisfacción de sus intereses personales.
Si consideran que estamos equivocados con nuestro punto de vistas, favor de decir o señalar donde está cada uno de los logros que ha alcanzado la comunidad salvadoreña producto del liderazgo de estos seudo lideres.
Si bien es cierto que nadie tiene la verdad absoluta, dispongamos del derecho a la libertad de expresión y tengamos acceso o dispongamos de un medio de difusión. Ello no nos hace Dioses y contribuyamos con nuestras acciones a manipular la opinión pública, si realmente existe la convicción y conciencia social de trabajar por un cambio.
Cuestionémonos ¿Cuál debería de ser la posición y actitud de un medio que pregona ser “La voz y pensamiento de la comunidad?.
Desde nuestro punto de vista particular, es asumir la convicción social, moral y ética de salvaguardar los intereses de la comunidad ante todo. Hablando y escribiendo con la verdad y no prestarse a la tergiversación, omisión o generar una mayor difusión donde la falsedad se imponga a la verdad. Si realmente se quiere hacer honor a lo que se pregona.
En caso contrario, mejor hacer y llevar el negocio acorde a las reglas de mercado, pero no usar de parapeto a la comunidad para vender sus bienes y servicios. O venderla para conseguir clientes.
Lo cierto es que no podemos, ni debemos quedarnos callados o autocensurarnos dando importancia al pregonar de algunos seudo lideres a su conveniencia. Quienes dicen, que hay que hablar bien o mejor no hablar mal, si de un salvadoreño se trata, solo por el simple hecho de que es salvadoreño. Porque eso nos distingue como buenos nacionalistas y patrióticos, porque así demostramos el amor por el terruño donde nacimos y no denigramos su imagen dando a conocer los hechos y acciones de un salvadoreño. No importa la verdad, su curriculum o record delictivo del personaje porque los salvadoreños somos la mera mengambrella.
Compartieron con esta redacción dos de las más recientes notas publicadas por el semanario LTH, Las cuales están relacionadas con el tópico de las elecciones pasadas en el Salvador.
La primera, corresponde a las líneas que mi buen amigo Luxy, ha dedicado a Estafy de manera sutil y guante blanco, ya que al final solo plantea a la garduña la disyuntiva ¿por qué gastan tanto en unas elecciones donde nadie los conoce y no en elecciones locales dónde no tienen representantes?
Menciono Estafy ya que aunque no lo menciona tácitamente, pero todo el mundo bien sabe que se refiere a él. Lo cual nos pudiera parecer extraño, ya que no es lo usual leer notas donde salga a bailar uno de los más constantes clientes del semanario, tomando en cuenta que con anterioridad le han dedicado entrevistas y un par de portadas para alimentar su ego y su campaña de ensueño, ser merecedor de patrocinios y promotores de convocatorias a los incautos, para que el ilustre aspirante les pasase el guacalito y generar los fondos para su campaña y gastos de viaje. Y que en reciprocidad el susodicho aspirante tuvo a bien levantar estos ejemplares en cada uno de los programas televisivos que le invitaron a participar como si fuese la Biblia y prueba de su verdad. Que representa a 2.5 Millones de salvadoreños en el exterior menos uno (yo). A menos que ya se haya firmado el contrato de divorcio producto de alguna rabieta de mecha corta. Lo cual no es viable, si se toma en cuenta que próximamente se acerca la campaña de re-elección de Eddy Mangano y un divorsio no resultaría conveniente a los intereses de chirilicks. O será que solo se pretende simular el viejo artificio de jugar al bueno y al malo con el fin de enaltecer la imagen del semanario mostrando imparcialidad de cara a la comunidad de lectores.
Las duda nos quedo dilucidada al conocer de la segunda nota la cual fue titulada“Ex-candidatos en El Salvador: Trabajo político debe continuar para conseguir más espacios “de la autoría de Francisco Manrique, donde esta demás mencionar que Estafy sale en caballito blanco y que para satisfacción de su ego lo proyectan como un héroe de la diáspora salvadoreña y el mas amoroso nacionalista que a cualquiera hace llorar.
Como un fiel creyente de Santo Tomas, navegamos por la página para dar credibilidad a la información enviada por nuestros lectores. Y nos llamo la atención este titular “Los 25 años de La Tribuna Hispana USA, el filtro de la Censura y un nuevo Sistema-Mundo” de la autoría de Luis Aguilar. Por cierto muy buena y valida al aplicar a nuestro contexto actual. De la cual sustraigo tres párrafos que me parecieron interesantes y que cito textualmente:
1. “La Primera Enmienda no es precisamente para deleitar o entretener… sino para informar, para provocar… para liderar, educar y, a veces incluso, agitar a la opinión pública”. John F. Kennedy
2. Así, en este contexto histórico, donde la censura y la autocensura de los medios de comunicación sobre las noticias que afectan directamente el interés del pueblo.
3. De cada uno dependerá seguir adormecidos en medio de un sueño o de permanecer conscientes para no perder nuestras libertades humanas.
Lo anterior nos llevo a visitar a Wiki, para referencia.
Primera Enmienda
El Congreso no hará ley alguna con respecto a la adopción de una religión o prohibiendo el libre ejercicio de dichas actividades; o que coarte la libertad de expresión o de la prensa, o el derecho del pueblo para reunirse pacíficamente, y para solicitar al gobierno la reparación de agravios.
La libertad de expresión es un derecho fundamental o un derecho humano, señalado en el artículo 19º de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, y las constituciones de los sistemas democráticos, también lo señalan. De ella deriva la libertad de imprenta también llamada libertad de prensa.
El derecho a la libertad de expresión es definido como un medio para la libre difusión de las ideas, y así fue concebido durante la Ilustración. Para filósofos como Pach, Montesquieu, Voltaire y Rousseau la posibilidad del disenso fomenta el avance de las artes y las ciencias y la auténtica participación política. Fue uno de los pilares de la Guerra de la Independencia de los Estados Unidos (Primera Enmienda)y la Revolución francesa, hechos que revolvieron las cortes de los demás estados occidentales.
Otro argumento clásico, asociado a John Stuart Mill, es que es esencial para el descubrimiento de la verdad. Oliver Wendell Holmes Jr. y Louis Brandeis, famosos juristas estadounidenses, acuñaron el argumento del mercado de ideas. Según esta analogía con la libertad de comercio, la verdad de una idea se revela en su capacidad para competir en el mercado. Es decir, estando en igualdad de condiciones con las demás ideas (libertad de expresión), los individuos apreciarán qué ideas son verdaderas, falsas, o relativas. Este argumento ha sido criticado por suponer que cualquier idea cabría en el mercado de ideas. Y aun así, el que unas ideas tengan mayores medios de difusión las impondría sobre otras, al margen de la verdad. La alternativa a esta debilidad del mercado de ideas sería la persecución de la falsedad. Pero esta presenta su propia debilidad, ¿cómo saber si se está en lo cierto si se persigue la opinión disidente? Incluso si pudiéramos tener la certeza de la verdad de una opinión, la existencia de opiniones disidentes permite poner a prueba, mantener viva y fundamentada la opinión verdadera y evita así que se convierta en dogma o prejuicio infundado.
Basado en lo anterior, dentro del contexto de libre comercio y sociedad en la que vivimos, un medio podrá hacer uso de su derecho de libertad de expresión como mejor estime conveniente, incluso llegar adoptar la interpretación que John F. Kennedy le diera principalmente a lo que respecta a agitar a la opinión pública como suele pasar, tergiversando u omitiendo los hechos o la verdad a conveniencia de sus intereses económicos. Como bien nos lo comparte Luis Aguilar al mencionar que existe “la censura y la autocensura de los medios de comunicación sobre las noticias que afectan directamente el interés del pueblo” y que también los aclara que recae sobre el individuo mismo “la responsabilidad de seguir adormecidos en medio de un sueño o de permanecer conscientes para no perder nuestras libertades humanas”
