Radiografía del fundamentalismo
Marvin Aguilar
Siendo el creador como nos lo han dicho omnipotente, omnisapiente y omnipresente me parece demasiado rebuscado que los seres humanos, que incluyen pastores, sacerdotes incluso Papas que ya sabemos no son infalibles puedan abrogarse el monopolio de la interpretación última de su palabra.
¿Por qué si la moral cristiana es licita tiene que valerse de actos ilícitos para imponerse? Bastó una nota de una organización fundamentalista para que la comisión de legislación y puntos constitucionales dictaminara a favor de la ratificación de la reforma a la Constitución de la república que definiría el matrimonio como un contrato realizable solo entre un hombre y una mujer así nacidos.
Más allá del objetivo moral dicha comisión obvió un dato que la misma Carta Magna manda: oír a los afectados de la reforma: la comunidad LGBT; además de incluir a la ciencia para que debatiera junto a la fe, los pro y contra de una definición de matrimonio que a todas luces dejaba en el limbo derechos de una minoría, hablamos de sociólogos, sicólogos, antropólogos, genetistas, biólogos, expertos de la OMS, siquiatras. La ausencia de todos estos convenientemente ignorados actores dejaba el proceso de reforma constitucional viciada, parcializada y carente de todo sostenimiento jurídico e histórico.
¿Quién es un fundamentalista? Es la persona que padece enfermedad interpretativa: la que toma los textos bíblicos sin tener en cuenta el sustrato histórico, las circunstancias en que la palabra surgió. El fundamentalista se apoya en la falsa creencia que la Biblia es la palabra de Dios comunicada directamente sin mediación histórica. Lo que está escrito, escrito está. Esa argumentación el tiempo se ha encargado de desmentirla.
Por supuesto, nos dicen que el Antiguo Testamento fue superado por el Nuevo Testamento pero siempre recurren –haciendo una falsa interpretación de ese versículo- a Sodoma y Gomorra cuando de condenar “desviados” se trata, igual sucede con Levítico 20:13. Y no digamos el mito de Adán y Eva.
Más sin embargo menosprecian que sabiendo Jesús la existencia de la homosexualidad en Roma no se haya molestado en condenarla en ninguna ocasión: Lucas 7; Mateo 8. Huelga decir que el libro más pretérito del Nuevo Testamento fue escrito 150 años después de existir Jesucristo.
Jesús escogió como familia a un eunuco y dos mujeres estériles: Lázaro, María y Marta. El ideal de una familia monógama, romántica y para toda la vida que defienden los nacional religiosos es desconocido en la Biblia. ¿Qué clase de matrimonio encontramos allí? Uniones basadas en transacciones comerciales, poligamia, familias extensas, grupos tribales, el matrimonio del levirato y otros estilos de vida como el incesto entre Lot y sus hijas. Luego en el Nuevo Testamento un prejuicio anti matrimonial y un énfasis negativo hacia el sexo en general.
Principio nazi de orquestación: si una mentira se repite suficiente, acaba por convertirse en verdad.
Mienten cuando dicen que la homosexualidad es curable si la trata un siquiatra experto; falsean cuando dicen que la humanidad corre riesgo de desaparecer si los LGBT se les permitiesen las uniones civiles. En el primer caso la homosexualidad no es curable porque sencillamente no es una enfermedad, engañan porque no explican en sus vastos artículos cual es tratamiento médico, ni presentan las clínicas especializadas en ello en el país, no hay estadísticas de ex gais curados que no sean los que cambian a una vida constante de auto represión de su deseo sexual.
¿Es que acaso una lesbiana no puede quedar embarazada, ya sea por inseminación in vitro o por un acto sexual de común acuerdo? Si se tiene la creencia de que padres gais harán hijos gais ¿no son entonces los casi 300,000 o 600,000 LGBT salvadoreños hijos de padres heterosexuales? O debemos suponer bajo esa tesis ¿qué en realidad estos padres no son heterosexuales sino homosexuales de closet, y debido a ello sus hijos resultaron gais?
Según el informe que se utilice: Gender Brain de Helena Cronin o el informe de Alfred Kinsey hablamos de un mínimo de 5% o de un máximo del 10% de la población salvadoreña que podría ser LGBT. Esto equivale a un gay por familia.
Es posible que una madre, un padre no se sientan felices al enterarse de que un hijo o hija sea gay, incluso viven en silencio esa angustia originada en el que dirán al solo sospecharlo; pero de ninguna manera aceptaran que se les venga la sociedad encima por la prosaica voluntad de una secta que se siente la salvaguarda de la moral nacional.
Cuando menos no la mayoría. La cama como el voto es secreta y eso es un consenso dentro de la cultura salvadoreña. Por eso una campaña contra los “enemigos de la familia” más que apoyos encontrara omisiones. No todos los cristianos son homofóbicos.
La elección como arma de chantaje.
¿Quién es un estadista? El escritor Sergio Ramírez Mercado da una definición oportuna: es quien entiende al país en su totalidad, en su perspectiva de pasado y futuro, es el que ve la globalidad del país; con visión estratégica hacia adelante.
Sun Tzu recomendó que la mejor guerra es la que no se hace, pero lo dramático es que los denominados liberales guiados por dogmas religiosos ha perdido tiempo tratando de jugar con la libertad personal de seres humanos y, esto solo se debe a una cosa: carecen de ideólogos, y si los tienen simplemente no los escuchan o ya perdieron aquello tan necesario: pragmatismo y visión. En cualquier caso necesario es cambiar de estrategia porque casi siempre pierden.
Creo que quienes sostengan que la homosexualidad es pecado están en su derecho de creerlo y defenderlo, además de exigirlo a sus feligreses, pero no a la nación. Yo lucharía junto a ellos si alguna vez se les tratara de imponer uniformidad en torno a ese u otro tema. Pero de igual no se puede ser antidemocrático desde la arrogante mayoría en un Estado que hasta hace un siglo tenía como castigo los palos públicos como medida correctiva moral y, pesar de haber sido prohibida continuo aplicándose en la clandestinidad desde el poder.
Las explicaciones moralizantes para la reforma constitucional disimulan su intolerancia y palos a la diversidad. La capacidad desplegada para hacer sentir su poder no necesariamente significa que su lucha sea justa, al mejor estilo fascista que usó una minoría para manipular la unidad nacional, aquí se ha pretendido hacerlo con los votos del pueblo.
Finalmente, nadie está pidiendo que se aprueben matrimonios, homomios, uniones, contratos civiles gais. No existe una tan sola petición al respecto en ningún lugar, la lucha contra espejismos la ha levantado el fanatismo basado en el principio de unanimidad nazi: han hecho creer a mucha gente que eso ya viene y que como todos pensamos igual pues así de esa forma la oposición es unánime ante un enemigo imaginario.
La transformación debe ser personal no llegará por ley. Labor pastoral se necesita no alianzas políticas.
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