Raúl Castro Ruz en El Salvador
Marvin Aguilar
El Salvador no fue la tumba donde los rojos terminaron.
Tanto muerto desde 1932 para nada, la vieja derecha se equivocó.
Ese detalle histórico debe llamar la atención para
urgentemente
replantear cuando menos el discurso y cuando máximo despercudirse
la oquedad, que es hacer siempre estupideces y, que algunos tildan de
virtuosismo en la derecha.
Por el contrario, la corrupción de alta frecuencia que
llegó al clímax con Francisco Flores dejará más vergüenza que éxitos pesar de
la corta diferencia con la que ganó el FMLN en 2014 ahora que comenzamos a
saber más nombres involucrados.
Fue precisamente George W Bush, amigo del ex
presidente salvadoreño prófugo, quien dijo que era importante que la población
comprendiera que la justicia era para todos por igual. ARENA está teniendo que
ponerlo en práctica de una manera escandalosa.
Perder una
generación por dedicarse a robar.
Entre 25-34 años es la edad que un ciudadano debería
acceder a la propiedad. Esa realidad económica que hace sentirnos parte del
sistema, que aquí llaman eufemísticamente capitalismo y, que motiva no desear
cambiarlo no será realidad para la generación actual que tiene 20 años y, esto,
tiene culpables: el sistema económico.
ARENA en 1989 instaló y defendió la Teoría del Rebalse,
siendo sus dirigentes parte a la vez del selecto establishment fortalecieron
servicios y banca – sus negocios- en
detrimento de la tecnología, que hubiese sido una fuente de trabajo para los
jóvenes ahora.
Sin saberlo o peor aun conociéndolo cambiaron el
concepto de riqueza que se basaba en el trabajo y el ahorro, por deuda y
tarjeta de crédito.
Olvidándose que el capitalismo no funciona si las
diferencias entre ricos y pobres son insultantes esta búsqueda del rebalse
parió una generación en distintos niveles de lisiados emocionales.
A estos pobres jóvenes salvadoreños no solo les han
dicho que son lindos, además les han dado desde pequeños celulares, futbol y
series de televisión con final feliz y de terror para madurar para que la
economía y finanzas no les interese en lo más mínimo.
Sin poder tener casa – por ejemplo- tendrán que esperar consumiendo estas chucherías a
que sus viejos padres mueran para obtener una vivienda, quienes hayan tenido suerte
de que los progenitores la compraran.
II
¿Cómo puede protegerse
así la familia? La violencia, el sistema económico la engendra desde el seno familiar
mismo volviendo a viejos un estorbo para el bienestar de los jóvenes.
Nunca como antes la familia salvadoreña había llegado
a niveles tan altos de desintegración o degradación moral como en los años de
los gobiernos que decían protegerla.
Por eso quienes sostienen que no se le puede exigir
desde esta columna a ARENA ningún cambio y menos juzgar debido a la prosaica
excusa que el FMLN es igual o peor porque se inspira en Cuba y, que se trata de
odio u amor no correspondido por parte del columnista pretenden evadir una
respuesta concreta con un argumento pueril.
Promueven los que exigen silencio el parasitismo
político, apoyan dirigentes desconectados de la realidad y antipatrióticos, fomentadores
de la corrupción de alta frecuencia, visto en lo que ha terminado la derecha
salvadoreña a puertas de una elección en 2015: con una lista importante de funcionarios cuestionados por corrupción
política.
El problema de ARENA es que olvida los errores
históricos qué la derecha ha cometido a lo largo de la vida nacional y comete
una y otra vez, así, no importa lo peor que haga Cuba o Venezuela, continua
pesando más una actitud cómplice de injusticias históricas ya que los apellidos
que se enriquecieron antes desde el Estado continúan ahora haciéndolo sus
bisnietos desde un sistema que legitiman con leyes.
Ver las cosas desde la visión, la crítica razonable y
escuchar a los contrapesos disminuye las tensiones sociales antes de que sea
tarde, abandonar la intransigencia y patrioterismo ya que han demostrado no ser
la solución a nuestros problemas denota inteligencia, atacar al mensajero es lo
mejor para no cambiar nada.
Corolario:
Tenemos un promedio histórico de muertes alto, no es
nuevo que nos estemos matando por nada en un país tan insignificante para la
historia universal y esto lo ha provocado aquí el capitalismo como allá nos
dicen lo hace el socialismo.
Ahora que estamos a las puertas de un nuevo gobierno,
otra vez de izquierda, que dos ex guerrilleros serán los mandatarios pesar del
miedo inoculado en 1932 y, si la clase gobernante no comprende que la esperanza
y la decepción llegan casi al mismo tiempo persiguiendo una a la otra, si no
logran ver que el problema no es ARENA o el FMLN sino el sistema que hace y hará que los pobres vean sin ningún remedio colgados
desde los balcones, en la calle, las celebraciones sofisticadas de los
adinerados, sí la clase política de izquierda no entiende eso, todo habrá sido
tiempo perdido e incluso las peores traiciones parecerán lo más lógico en un
mundo de estiércol que solo promete heder más.
¿Dónde comienza la corrupción? En cualquier momento
del poder. El FMLN no está exento de caer en el punto de ni siquiera guardar
las apariencias.
La corrupción no es de derecha absolutamente, es de
humanos y, perder la elegancia es igualmente fácil para los que nunca han
tenido nada y llegan a sentir aunque sea un instante que lo tienen todo, así
como el que siempre tuvo y desea aún más y roba.
El cambio de sistema no es hacer una revolución
infantilista de octubre salvadoreño, es cambiar nuestra actual forma de vida,
decir: hay que vivir con lo justo,
que se supone nos hace felices y dejar de ser esclavos de babosadas, complejos,
normas sociales, morales reaccionarias absurdas que nos hacen infelices y luego
violentos.
Esa es ahora la gran revolución, la que corre peligro
no hacer la izquierda por miedo a parecer de izquierda: ser filósofos antes que políticos.
Al final del periodo que hoy comienza serán 10 años de
gobiernos de izquierda, la mitad de los tan vilipendiados 20 años de ARENA,
será ya un buen tiempo para ver cambios sustanciales o percibir una estable
crisis que hace imposible la ilusión de quedarse para ese
goteo nacional de emigración.
Igualmente será el tiempo ya de darse cuenta que
pidiéndole al brazo incorrupto de Santa Teresa de Jesús no soluciona la
corrupción política sino metiendo con buenas leyes a la cárcel a propios y
ajenos.
Que la violencia se genera allá donde la injusticia y
desigualdad han asesinado antes la esperanza. No esperamos ni exigimos una
transfiguración al estilo monte Tabor, sino los pasos que harán sentirnos en
camino hacia algún lado, sensación que ahora no por
miedos o miopías no acontece.
Finalmente, para aquellos que están acostumbrados a
pensar que todo se compra e imaginaban una venta en particular del columnista.
Nada más alejado. Los pobres no son solo de barrios bajos, son salvadoreños.
Pienso que ahora debería comenzar el cambio de rumbo,
en caso contrario desde aquí seremos y reflejaremos la decepción que se da
cuando la izquierda se distancia del pueblo pero desde luego la alegría, que
por el bien de todos anhelamos sea el pan diario.
Bienvenido a El Salvador señor presidente de Cuba.
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