En una cita bibliográfica, Violeta Bonilla (1926-1999) expresa sobre el significado de la figura: “Quise representar un hombre sin ataduras, sus manos sueltas expresan la libertad intangible, y los cuatro picos del fondo representan otras cuatro naciones centroamericanas”

domingo, 15 de agosto de 2010

POR UN PERSONAJE LLAMADO JOSE MATIAS VII

Primer movimiento independentista de San Salvador de 1811


El Primer movimiento independentista de San Salvador de 1811, conocido en El Salvador como Primer Grito de Independencia, fue la primera de una serie de sublevaciones en el área centroamericana, en la entonces conocida como Capitanía General de Guatemala.

Antecedentes
A comienzos del siglo XIX, en los territorios americanos dominados por la corona española, había un clima de agitación. La anterior centuria fue dominada por las ideas de la Ilustración, que entre otras cosas propugnaba por la libertad individual. Más influyente aún fueron la independencia de las colonias norteamericanas y la Revolución francesa que sembraron la inquietud de libertad en todos los territorios bajo dominio de alguna potencia. Específicamente, en las colonias españolas en América, fueron los criollos, o autodenominados españoles americanos, quienes abogaban por la independencia.

En la entonces Intendencia de San Salvador (que ocupaba la mayor parte del actual territorio de El Salvador), muchos criollos y demás pobladores querían sacudirse el dominio de la ciudad de Guatemala, tanto político como económico. Desde las Reformas borbónicas, que organizaron las colonias para un mejor control administrativo y una mejor recaudación de dinero para la colonia, los pobladores se vieron gravados por un sinnúmero de impuestos y el control de sus negocios; de los cuales, el que más importancia tenía, era el del cultivo del añil. En suma, la dependencia hacia la corona española y la metrópoli guatemalteca era significativa. Pero lo que detonó el clima de agitación fue la invasión de las tropas de Napoleón Bonaparte a España, que resultó en la deposición del rey Fernando VII. Todo esto sembró una crisis de autoridad.

Sublevación en San Salvador

Los sublevados se organizaron junto a sacerdotes que tomaron protagonismo en este evento, entre ellos los hermanos Aguilar (Nicolás, Vicente y Manuel) y otros como el presbítero José Matías Delgado. A ellos se sumaron reconocidos ciudadanos como Manuel José Arce, Juan Manuel Rodríguez y Pedro Pablo Castillo. Enterado de la situación de inestabilidad, el Capitán General José de Bustamante y Guerra ordenó el retiro de fondos y armas de San Salvador a Guatemala en el mes de agosto.

Así, sin un plan ordenado, el 5 de noviembre comenzó la sublevación en San Salvador. Según la tradición popular los insurrectos esperaban la señal desde el campanario de la iglesia de La Merced, pero no ocurrió a la hora indicada. Al parecer, fue el presbítero Delgado el que tomó la iniciativa y dio el repique de las campanas.

Como era día de cabildo ordinario, había multitud reunida en la Plaza Mayor. Arce proclamó frente al público: No hay rey, ni Intendente, ni Capitán General. Solo debemos obedecer a nuestros Alcaldes. El tumulto creció hasta el punto que el Intendente de la corona, Antonio Gutiérrez y Ulloa, pidió que se nombrara a alguien para recibir las demandas. El mismo Arce fue elegido. Aún así, la agitación se desató: los sublevados tomaron la sala de armas, depusieron a Ulloa, y nombraron a Leandro Fagoaga como encargado del Gobierno. Con todo y las proclamas, no había total desentendimiento de la corona española, pues se legitimó la revuelta bajo la autoridad rey Fernando VII y las leyes municipales.

En los días posteriores al mes de noviembre, el movimiento independentista se extendió a las ciudades de Santiago Nonualco, Usulután, Chalatenango, Santa Ana, Tejutla y Cojutepeque. Hubo 2 alzamientos posteriores: uno el 20 de diciembre de 1811, ocurrido en Sensuntepeque; y el 24 de noviembre de 1811, en la ciudad de Metapán.

Aun así, la causa indepedentista no fue compartida por los ayuntamientos de los principales partidos o distritos de la Intendencia. Los poblados de San Miguel, San Vicente y Santa Ana no acompañaron la revuelta. Bajo esta situación, los insurrectos, al no verse respaldados, decidieron recibir en tranquilidad a una delegación que arribó desde Guatemala para tomar control.

El nuevo Intendente, coronel José Alejandro de Aycinena, llegó el 8 de diciembre junto a tropas guatemaltecas y un grupo de sacerdotes para pregonar obediencia a la corona. La comitiva logró apaciguar la ciudad. Muchos involucrados en los sucesos fueron apresados y Delgado fue trasladado a Guatemala. El nuevo gobierno fue bien recibido por la población debido a su política de entendimiento y no confrontación. Fue en Nicaragua donde continuaron los alzamientos el 13 de diciembre en León y el 22 en Granada.

En El Salvador se conmemora oficialmente el 5 de noviembre como el «Primer Grito de independencia de Centroamérica».

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