Mes de septiembre. Para algunos es el mes de más nostalgia. Mes de recordación de la patria que los vio nacer. Mes en el cual las canciones que recuerdan a ese tierra donde se dejo el ombligo, pegan más fuerte. Lastimosamente, para otros, un grupo reducido, es la oportunidad para componerse por lo que no han trabajado el resto del año.
Dicen los que saben mucho que cuando alguien emprende una tarea debe definir claramente un objetivo y a su vez un plan de acción para alcanzarlo. Eso que para muchos es cotidiano, para mentes diminutas como las que conforman las vitu-clicas es algo de lo que apenas han oído hablar. Y eso se refleja en cada una de las “campañas” que se envuelven, ni siquiera emprenden.
Preguntémonos: ¿cuáles son los logros alcanzados por las vitu-clicas?
Desde que se fue Montes Brito del consulado, no hay ninguna autoridad local que preste atención al recinto. Todos en la calle hablan de los tiempos de oro del consulado. Cuando los eventos que hoy tratan de imitar, rebalsaban de gente y que hoy ni siquiera llegan a parodia.
¿Reconocimiento? ¿Cuántas menciones ha tenido el consulado en los medios anglos del área desde la ida de Brito? Si ni el departamento de policía los tiene en su directorio, mucho menos Newsday y ya ni se diga el NY Times. Nuevamente, ¿cuál es el objetivo de los bailongos?
Por ahí Mata, Landaverde y compañía carecen de materia gris y de visión para hacer el 10% de lo que se hacía en los años buenos del consulado. Al cónsul actual le basta con que lo inviten a “socializar” en algún “combebio” y le pongan micrófono para decir que está promoviendo los derechos humanos de la comunidad salvadoreña. En lugar de avanzar hemos retrocedido a los tiempos donde los históricos cuentan sobre los cónsules borrachines que nos enviaban.
El mes de septiembre es también aprovechado por el patriarca de la familia TeleRuiz para, según él, mover las marionetas y echar a pelear a grupos para que él pueda aprovechar la “controversia” y poder imprimir un par de páginas más en su pasquín. Los miembros de la comunidad con por lo menos 4 dedos de frente, saben su juego y por más que busque tergiversar declaraciones, se le hace difícil. La única salvación es un “diplomático de carrera” que sus ansias de figurar aunque sea como el hazme reír de Long Island hacen que una y otra vez caiga en la categoría de tonto útil para los fines del príncipe de la Exploradora.
Hacemos un paréntesis para explicar esas comillas en “diplomático de carrera”: Oscarito como le conocían en sus tiempos de ordenanza en la Cancillería salvadoreña debería ser un poco más humilde ya que él como diplomático sólo fungió 4 años, 3 de esos fueron sus mejores años cuando tuvo como jefe a Montes Brito que le dio su confianza y lo hizo hasta locutor de radio. De ahí lo recomendó para cónsul, 1 añito lo dejo y la avaricia lo descarriló por lo que el GOES lo tuvo que destituir. Si 4 años son una carrera, entonces…
Volvamos a septiembre. Si el objetivo de los bailongos es generar una fichitas a los organizadores, que no se ahueven, que lo digan. ¿Acaso no están en Nueva York, la capital del mundo, cumbre del mundo capitalista? ¿Cuál es el miedo? Si de todos modos la gente que sigue un poquito este volado sabe que la gente del Frente ni verlos puede. ¿Entonces? Por más que den discursos dialécticos y se avergüencen de los frijolitos que les dio de comer ARENA cuando empleo a uno y abrió los brazos a los otros, no los aceptarán. De hecho, los aborrecen por indecisos unos, oportunistas y hasta indefinidos.
Para generar suspenso, paremos aquí. Búsquenos la próxima semana donde seguiremos comentando sobre los parásitos guanacos de Long Island.
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