EL ARCANGEL
MIGUEL EL JUSTICIERO: ES EL TURNO DE LOS ESTUPIDOS…
No es la
economía… Son los estúpidos…
Hace 20
años un ahora famoso estratega político dijo que el problema era la economía
con el fin de definir el tema más importante de la elección presidencial de
1992. Para hacerla histórica, Carville decidió adherirle el estúpido a la frase
y así creó una de las frases políticas más emblemáticas en las últimas décadas.
Ahora para explicar un poco el fenómeno que está sucediendo en algunos
grupúsculos de 2 ó 3 miembros “guanacos” en Brentwood habría que reinventar la
frase y simplemente resumirla a: “son los estúpidos”…
Lastimosamente
durante los últimos 3 años, un grupúsculo con poca materia gris pero mucha
avaricia han logrado convencer al devoto de chepe toño que dirige la oficina principal del GOES en
“Brentwootepeque” que las movidas y el irrespeto a los principios más básicos
de la diplomacia son “fair play”, según su visión miope. Poco saben que entre
más actúan como rateros, pandilleros y callejeros vulgares, más profundo
excavan su hoyo. Ya el más falto de todos, ya le pasó y la hasta pagando. Le
dieron el “tevas” disfrazado de un traslado. Cualquiera con un dedo de frente
aprendería de la experiencia de otros pero también sabemos que el nivel etílico
alto en la sangre inhibe las habilidades cognitivas más básicas.
Ahora
resulta que después del gran revés político que se llevaron los estúpidos el
jueves al final de las primarias demócratas en el sexto distrito de asamblea,
aún insisten en promocionar a las personas que la comunidad decididamente
rechazó. ¿A qué le apuestan? ¿Creen que eso trae beneficios a la comunidad? En
términos sencillos para que los estúpidos entiendan: eso es como que algunos
después de haber visto la pelea entre Julio César Chávez Jr. y Sergio Martínez,
sabiendo que Martínez fue el ganador de la jornada todavía llamen a las casas
de apuestas para poner un par de dólares en la columna de Chávez esperando
ganar algo. ¿Habrase visto algo más
imbécil?
Pero no por
nada, esos grupúsculos están como están. No huelen ni hieden en los círculos
políticos minúsculos o mayúsculos. La única pena es que los estúpidos se
arropan con la bandera de todo un país y más de algún incauto o algún mal
intencionado utiliza semejante barrabasada para su beneficio. Sobre el asunto
de representación basta ver las fotos de los primeros festivales en Brentwood
cuando la asistencia alcanzó más de 100,000 personas contrastadas con las 5,000
personas que logran atraer los estúpidos.
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