ALBAfobia
Marvin Aguilar
En la historia nacional encontramos que los ánimos que
inspiraron leyes contra los monopolios o promoción de la libre competencia
buscaron siempre esconder motivos políticos y xenofóbicos.
La más reciente fue contra las familias de origen
palestino: comercio e industria. Estos eran acusados por otros grupos
empresariales de monopolio y usura, como si eso fuera tradición solo de una
clase de empresarios.
Este discurso que se fue instalando en las mentes
nacionales por medio de la prensa en 1936, terminó provocando una reforma legal
en materia comercial que limitó las actividades en los rubros de comercio,
industria, agricultura y otras actividades a los empresarios árabes,
palestinos, turcos, chinos y libaneses con el argumento de corregir los graves
perjuicios que estos causaban a los intereses nacionales.
La Asamblea Legislativa de esa época ignorante de
conceptos como globalización, libre comercio, mercado, competencia, libertad
empresarial y todas las buenas cosas que ARENA ha implementado durante sus 20
años de gobierno les prohibió a los extranjeros la posibilidad de abrir:
Almacenes, tiendas, pulperías, talleres, fábricas e
industrias agrícolas que fueran propiedad o alquiladas por personas que
pertenecieran a las razas antes escritas. Además se les prohibía abrir
sucursales o agencias de sus negocios que ya estuviesen establecidos y que
fueran propiedad de las mismas personas.
Llegada la década de los cuarentas los ataques contra
las inversiones extranjeras se enfocaron contra los árabes. La acusación fue
que estos habían desplazado al comerciante nacional quitándole de esa manera el
sustento a su familia.
Desde los medios de prensa se les decía: mercachifles,
especuladores, estafadores, maltratadores de los trabajadores.
Acusaban la pasividad del gobierno ante estos
mercaderes a una actitud anti patriótica con el único objetivo de mantenerse en
el poder gracias al dinero que ganaban estas razas aprovechándose del atraso
social de nuestro pueblo.
Así finalmente en una de las tantas constituciones de
aquel entonces se incluyó en el artículo 55 el inciso final que establecía: el fomento del ejercicio del pequeño
comercio y de pequeñas industrias a favor de los salvadoreños.
De la mano
invisible del mercado a la mano peluda de la venezolanofobia
En el 2013 hemos dejado en paz a los turcos pero
asombrados leíamos en LPG que, Donato Vaquerano jefe de fracción de ARENA en la
Asamblea Legislativa ha encontrado un nuevo enemigo contra la patria:
denunciaba que ALBA una empresa de origen venezolano en capital mixto con
municipios integrados por salvadoreños, eso
sí de izquierda está apoderándose de todos los sectores productivos del país.
Igualmente alertaba sin decir cuales, que los
empresarios tienen desde ya un “temor” por la decisión de invertir en el
transporte urbano de ALBA. Norman Quijano igualmente denunció que ALBA busca “quebrar”
a los empresarios –salvadoreños- a
través de PDVSA.
La xenofobia no solo es problema sicológico de
salvadoreños. En China debido a la guerra de divisas con Japón hay una
animadversión desde los medios de comunicación y elites contra los productos
nipones: poseer un auto japonés está mal
visto; las ventas han caído 77%. Una fabrica Panasonic en las afueras de Shanghái fue incendiada y muchos
comercios japoneses de esa calle terminaron con los escaparates rotos todo esto
el mes pasado.
En México hubo un tiempo en que algunos han pensado
que tanto restaurante de comida estadounidense hace peligrar al taco mexicano. Igual piensan otros en
Estados Unidos de tanta persona cafecita que desde Latinoamérica les llega a
causa de las faltas de oportunidades en nuestros países.
Nos parecemos a la gata angora: de todas maneras
llora. Por un lado se acusa a la izquierda de ser anti sistema; cuando se
vuelven empresarios para jugar en la lógica del capitalismo se les llama
burgueses, nuevos ricos, ¿acaso la cacha no es permitida?
Se dice que por culpa de la izquierda no vienen las
inversiones extranjeras como si hubiesen
llegado grandes transnacionales antes de 2009. Pero cuando se hacen
inversiones desde Venezuela se presagia una catástrofe nacional.
La verdad que se esconden detrás de las declaraciones
del diputado y candidato arenero es miedo. La campaña electoral ahora no será
pleito de rojo amarrado con arenero suelto como ha sido la tradición en donde
la derecha ha contado con una cantidad considerable de recursos.
Miedo porque los financistas tradicionales de ARENA no
están aportando en la misma cantidad que antes. Miedo porque en la medida que
las encuestas emparejen la situación a tres candidatos los fondos se volverán
escasos o nulos.
Miedo porque si el SITRAMSS logra dignificar el
transporte urbano en una ciudad donde es denigrante usar los colectivos habrán
comenzado a resolver un problema no fue atendido en 20 años y, que incluyó me permito recordarles a Vaquerano y
Quijano cárcel para la directiva de AEAS por orden del ex presidente Francisco
Flores.
El miedo es humano, natural, no es malo sentirlo pero
debe servirnos como oportunidad para hacernos desde la inteligencia fuertes. Solo
hay una posibilidad de remontar las encuestas y ganar pesar de ALBA.
Cambiar la mente para otro discurso. Eso podrá hacerse
cuando se complete la formula arenera y cuando se haga honor a la palabra dicha
de rotar a los directivos de ARENA en la directiva de la Asamblea Legislativa
designando a los más votados en mayo próximo.
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