MONSANTO: food, health, hope
Marvin Aguilar
Nunca una empresa poderosa nos dirá la verdad sobre
sus productos. Nunca. La publicidad ayuda a que se forme una percepción noble
del negocio dejando los daños a la salud de sus productos de lado.
Finalmente cuando les toca indemnizar a los afectados
el dinero pagado es una mínima parte de las cuantiosas ganancias que por años
de ocultación a la salud han percibido.
En el programa DEBATE con Nacho Castillo el pasado 11
de septiembre se abordó el tema de los agroquímicos, su prohibición en nuestro
país y las posibles causas de la epidemia de insuficiencia renal que abate
algunas zonas de El Salvador.
Decepcionante las explicaciones de los entrevistados,
desconocimiento en parte de Nacho Castillo al abordar el tema. El resultado
final que ese programa pretendió dejar fue que los agroquímicos no tienen nada
que ver con las enfermedades renales, quizá sea la sal del mar la responsable o
una maldición de los dioses indígenas o culpa de los usuarios al manipularlos,
algo así como que fumar no causa cáncer y la selecta pierde partidos porque los
otros equipos son superiores.
Los
agroquímicos nos dicen son tan peligrosos como la sal en la cocina de los
hogares. Desde luego su cínico ejemplo no nos dijo cuántos muertos ha provocado
la sal en el país.
Pesar de acusar la falta de un estudio científico en
todo el mundo que demuestre la responsabilidad de agroquímicos en la
insuficiencia renal – cosa que no es del
todo cierta- ellos si pueden sin
mostrar una investigación para ser confrontada deslindar a los agroquímicos de
toda responsabilidad.
Igualmente no se entra en los detalles para no ser
acusados de satánicos anti capitalistas de que los hermanos Cristiani Burkard
son los dueños de MONSANTO El Salvador que es el principal vendedor de
agroquímicos en el mundo y desde luego aquí.
Si, se insiste en la cantidad de agro-servicios que dependen
del monopolio MONSANTO y las graves consecuencias que tendrá para la economía
prohibir químicos en lugar de proteger vidas de salvadoreños. Extraña manera de
aplicar las consignas de primero, segundo
y tercero El Salvador que se gritan en las tarimas.
Los entrevistados esa noche en DEBATE nos consideran a
algunos estúpidos de seguro: MONSANTO ha mentido, sobornado, ocultados datos
por 50 años y debido a eso han perdido y pagado indemnizaciones millonarias
porque sus agroquímicos han causado enfermedades en humanos.
Esto es debido a que MOSANTO tiende a llevar la
desregularización sobre exámenes sanitarios o consecuencias ecológicas a
extremos que lindan con un ataque directo a la vida humana aunque un
publirrelacionista salvadoreño-tutifruti se empeñe en decirnos lo contrario.
Comparto con ustedes en este artículo un documental
que periodistas, afectados, defensores de los agroquímicos, defensores del
dinero deben de ver para poder formarse un criterio más amplio e informado ya
sea para entrevistar y no parecer cómplices o insensibles con el sufrimiento de
los humildes como esa noche pareció DEBATE o ya sea para argumentar la
prevalencia del dinero sobre la vida humana, ese que Alberto Masferrer llamó el Dinero Maldito.
Al parecer lo importante y con lo que pretenden
asustar a la población para que no apoyen la prohibición es hacer acrobacia
lingüística, cómicos del capitalismo que amenazan con la quiebra total de la
nación si nos convertimos en un país con una agricultura más amigable con el
ecosistema y sobre todo con los humanos. Otra vez se pretende imponer la
renuncia a lo alternativo por lo fácil y la ganancia rápida.
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