En una cita bibliográfica, Violeta Bonilla (1926-1999) expresa sobre el significado de la figura: “Quise representar un hombre sin ataduras, sus manos sueltas expresan la libertad intangible, y los cuatro picos del fondo representan otras cuatro naciones centroamericanas”

lunes, 13 de junio de 2011

PUNTOS DE VISTA - YA NO ABUSEN DE LA DIGNIDAD DEL SALVADOREÑO

Benjamín Cuéllar Martínez (*)


SAN SALVADOR - En serio, lo pensé con razón. De verdad, créanme, lo pensé con suficientes fundamentos para ello. Más allá del partido político que lo llevó a instalarse en la Casa Presidencial, que ya es bastante, lo empecé a notar desde que comenzó a "regarla" con la "súper mano dura" y a lucirse con tantas otras promesas absurdas como −por ejemplo− la de que las mujeres no estarían solas y que El Salvador sería un país seguro. ¡Seguro que sí! Pe... ro dejo la palabra para no ofender. Por eso, entre otras cosas, el Instituto de Derechos Humanos de la Universidad Centroamericana "José Simeón Cañas" (IDHUCA) expresó lo siguiente cuando dejó el cargo:

"Habrá quien todavía quiera presentarlo como el presidente de lo social. ¡Para nada! La gente lo sabe y por eso lo descalifica en las últimas mediciones de popularidad. Y con razón. Por eso, 'Tony', ¿cómo no te voy a querer...? ¡Pero fuera de Casa Presidencial!

Pero quien lo sustituyó está haciendo los méritos suficientes para decirle, ya o dentro de poco, "¡Yo soy más que vos! ¡Quitá 'diay'!" ¿O no? Miren lo que acaba de decir en un comunicado oficial. Desde su "Olimpo guanaco" sugiere, indica u ordena −díganle como quieran− se haga en el Órgano Judicial lo que según él, desde la "omnipotencia autóctona" más pura, dice que ya hizo con la corporación policial y el sistema penitenciario: ¡Su depuración! ¡Nombre de Dios! Eso lo recomendó desde hace casi veinte años la Comisión de la Verdad, que también planteó la necesaria verdad y justicia para las víctimas por las cuales él no ha hecho nada más que puras ficciones.

Prepotente como antes y como siempre, acaba de mandar "urbi et orbi" un mensaje: "¡Todas y todos se equivocan, menos yo!", Sin vergüenza alguna, dice que sancionó el famoso Decreto 743 porque "estaba completamente apegado a la letra y al espíritu de la Constitución, en forma y fondo". ¡Que no friegue!

Dice que intentó evitar un conflicto "en ciernes" entre los órganos Legislativo y el Judicial. ¡Que no friegue más! Si él lo atizó como nadie, con su "brillante" jugada al sancionar ese adefesio.

Siguiendo la "explicación" que nos da, contrario a lo que afirma en sus primeras declaraciones sobre este trascendental asunto, nunca mostró disposición alguna de cambiar su decisión sobre ese Decreto inconstitucional a todas luces. ¡Que no se dé baños de pureza y humildad!

Pone en duda la solvencia de esta Sala en lo relativo a la amnistía cuando él, desde su campaña electoral, juró no tocarla y lo ha cumplido a cabalidad. ¡Que ya no abuse de la dignidad de quienes sufrieron tanto antes y durante la guerra, con la "esperanza" de un "cambio" que no tiene nada que ver con su muy cuestionable administración en este ámbito y en otros más! Las manos le tiemblan al punto del parkinson, cuando se toca ese tema. ¿Quién más que nadie ha pactado en este asunto? ¡Por favor!

A propósito, ¿qué va a hacer con el caso de Julia Elba y Celina Ramos −víctimas ejecutadas junto a seis jesuitas en la Universidad donde él estudió, a quienes no ha "homenajeado"− para que esa amnistía que siempre ha defendido no las deje huérfanas de verdad y justicia? Y con el resto de víctimas humildes y anónimas, ¿qué hará? No salga con las "comisiones" que ha creado, por decreto, y que no han hecho nada hasta la fecha; o con los "perdones" generales e hipócritas en los que ya nadie cree.

Mejor que no dé consejos que nadie le pide y que no es el mejor para darlos. Mejor depure su círculo más cercano; que depure la burocracia que recibió como "herencia maldita" y también la que ha creado. Que deje de estar gastando tanto, igual o más que Saca en una publicidad que nadie cree promocionando una "caminata" en la que –según él– "venceremos" quién sabe a quien o a qué. Que dé muestras de ser distinto a sus antecesores, aunque le cueste tanto. Que cambie un poco, para que empiece a producirse algún cambio para bien en el país. Que deje de ser el "intocable" y el "infalible".

Sino, para mal, disfrutará del "buen vivir" pero la historia le cobrará la factura. Y su "yo" tan elevado, quizás no lo resista. Como tampoco resiste cualquier crítica su fatal comunicado a propósito de esta coyuntura. Y todavía se da el lujo de convocar a un acuerdo institucional y a la armonía democrática. ¡Se pasa!

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