de Patada y Mordida, el Viernes, 07 de octubre de 2011, 10:23.
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Carta al Fracasado Mauricio Funes
Sr. Presidente de El Salvador, para los que votaron por Usted, yo no vote, por eso no me representa, así que por la libertad que como ciudadano tengo, le digo, el Fracasado es Usted.
En los gobiernos pasados existen, entre presidentes, ministros y otros funcionarios públicos, tanto figuras honestas y muy capaces que merecen mucho de nuestra admiración y respeto, y que lograron que nuestro país avanzara en muchos aspectos, como también existen muchas figuras oscuras que merecen estar presos, si no peores cosas. Pero usted, Sr. Presidente, es incapaz de diferenciar entre unos y otros, cambie de lentes, quizá así logre ver esa diferencia, siendo demasiado soberbio y arrogante para reconocer los logros de otros y demasiado corrupto para perseguir a los que sí abusaron y actuaron de forma criminal.
Muchos, incluyendo mi persona, sabemos que detrás de su retórica arrogante, confrontativa y populista existe indiferencia e incapacidad de resolver los graves problemas que está enfrentando nuestro país. Su lucro personal se ha sobrepuesto a los intereses que usted juró defender al asumir la presidencia de la república. Y a aquellos que proponen medidas más sensatas para afrontar estos problemas usted les dice lo siguiente:
"Quienes nos están dando consejos que en el fondo representa recortar programas sociales yo les digo: no les voy hacer caso a consejos de fracasados." Al decir esto usted demuestra, Sr. Presidente, que el fracasado es usted.
Fracasado porque no puede más que recurrir al odio y a la división para defender sus propuestas.
Fracasado porque cada día mueren un mayor número de hombres, mujeres y niños salvadoreños y usted no tiene el interés de tomar el problema en serio, sino prefiere culpar a otros por lo que no ha logrado resolver su gobierno.
Fracasado porque después de culpar todos los males del mundo en los gobiernos anteriores, su gobierno ha demostrado ser mucho peor que todas las pestes que habló de los anteriores cuando usted era periodista.
Fracasado, porque mientras usted se fuma sus habanos, se toma su Cinta Azul, viste en finas ropas francesas, viaja en yates y jets privados, usted está endeudando hasta a nuestros nietos con el nefasto despilfarro de fondos públicos que su gobierno está llevando a cabo.
Fracasado porque al haberle prometido a todo un pueblo cambio, esperanza y oportunidades lo único que hoy les ofrece son migajas y mentiras.
Pero su peor fracaso, Sr. Presidente, es su fracaso moral. Porque usted ha olvidado las necesidades de un pueblo que hoy está sufriendo. Usted ha olvidado a los niños con cuyo futuro está jugando. Usted ha olvidado a los pobres que cada vez ven más lejano un futuro diferente. Usted ha olvidado a una clase media que hoy está perdiendo sus empleos. Usted se ha olvidado de nosotros, los jóvenes, quienes tendremos que cargar en nuestras espaldas los errores y los abusos que usted está cometiendo hoy.
Cuando con el tiempo desvanezcan los espejismos de su rencoroso populismo, la historia juzgará a su gobierno, y su persona, como un desastre para este país. Si su propósito final es irse con los millones que se llevará en su bolsa, por qué no nos hace un gran favor, se los embolsa y se va ya, de un solo. Así nos permite a los salvadoreños empezar a reconstruir un mejor futuro.
Finalmente, le recuerdo, aquel su slogan de campaña:
Esta vez es diferente, lo que nunca le agrego, es que el robo o como lo entiende el pueblo, el gueveyo será transparente. Espero que sus asalariados, lean y sé que se ríen, porque resulto ser un títere barato y que se vende al mejor postor.
José Colorado
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