Los monstruos que crea ARENA
Marvin Aguilar
Cuando Francisco Flores fue presidente sucedieron dos
terremotos en el país. Una actitud incisiva como periodista por parte de
Mauricio Funes colocó al gobierno como incapaz de resolver oportunamente las dificultades
en el momento de la crisis y, luego continuó cuestionando la entidad que
gestionó privadamente los recursos de la tragedia.
La presión por parte del gobierno salvadoreño hacia
Ricardo Salinas Pliego dueño de TV Azteca por diversas vías logró que
despidieran al periodista Mauricio Funes de su franja que era ya sin que la derecha lo percibiera una
plataforma política. El tiempo se encargaría de mostrarlo.
Cuando el ex presidente Flores pretendió destruir al
periodista Funes parió al mártir, que luego sería presidente, uno que ahora lo
acusa de haber privatizado de la manera más oscura, como en el pasado colonial
nuestros recursos del subsuelo.
Es cuestión de carácter arenero quizá. Ya antes
Armando Calderón Sol se había negado a ascender pesar de así corresponderle al
grado de general a David Munguía Payés.
El tiempo ha permitido al militar acercarse a la
solución del problema de la violencia pandilleril, su labor pesar de no haber sido tomado en cuenta para
alguna vice presidencia a ayudado que seamos un país menos violento y
entender de una manera distinta el fenómeno de los jóvenes pandilleros.
Ahora a esas cerraderas de puertas se suma Tony Saca.
La necesidad de culpar a otros de nuestras derrotas; la mala costumbre de
achacar a la providencia lo que es culpa de nuestra estupidez; finalmente el
ego ha llevado a ARENA a la puerta de perder dos veces seguidas una elección
presidencial.
El lunes 25 de febrero comprendí que ARENA había
perdido las elecciones de 2014. Y que esa dirigencia que sale del COENA y se
encierra en un cementerio de elefantes que llaman Comisión Política, su orgullo
y soberbia ha llevado a la derecha a parecerse a un viejo decrepito; un
enfermo; un cadáver; un monje errante.
Sumándoles todos los ofendidos, la lógica establece
que ARENA tiene tantos traspiés, injusticias, frentes abiertos por delante que es
claro que el poder les hizo olvidarse de
que cuando se va hacia arriba hay que dejar amigos, ya que estos mismos
encontraremos al regreso.
Cuando se va hacia abajo estos amigos podrían
ayudarnos a llegar en mejor forma al punto de partida, pero de igual nos
empujan a patadas para que nos estrellemos en nuestro fatal final.
Las cartas están mostradas. La última encuesta publicada
en La Página anunciaba que ARENA con un 33% estaba arriba del FMLN con un 28%. Esto
en política es empate técnico.
Estos números nos dicen que el único que puede crecer
es Tony Saca que le otorgaba un 17%. Tiene doce meses para subir 15 puntos y
colocarse en la segunda ronda. Llegados a ese punto estamos claros que hacerse
con la presidencia será cuestión nada difícil.
Cualquiera de los dos “grandes” que se quede, su base
en mayoría irremediablemente apoyaría a Tony Saca, beneficiando así la
polarización a la tercera vía.
El FMLN podría superar a Norman Quijano y es el otro
que podrá crecer. ARENA sin nuevas voces, con un sector tradicional-poderoso
auto marginado, arrinconada, expulsando gente, manejando al partido como si aun
poseen el poder total y un candidato sordo, no logrará subir más en las encuestas.
Ya topó.
El perro del
hortelano: ni come ni deja comer.
Por eso mejor que conquistar a otros es conquistarse a
uno mismo. Y esa es una lección que tardaran los areneros en aprender. Odio,
pasión e ignorancia son hermanos, hay que aprender a controlarlos, educarlos;
solo así podemos ir hablar con los demás, ganar sus corazones.
La derecha no ha podido con sus ex presidentes. Entre
ser cuchara o lengua ha preferido ser la primera, sin darse cuenta que el metal
no capta el sabor de la sopa, la segunda sí.