La rana peluda y la derecha salvadoreña
Marvin Aguilar
Este anfibio posee una particularidad extraña: es
capaz de arrancarse sus propios huesos para crear un arma que la defenderá de
cosas que su instinto determina la atacaran.
Si cualquier imagen del mundo es cuestionable, lo
mejor a la usanza nacional es juzgar el presente partiendo de que todo comenzó
hoy y, que las conductas actuales buenas o malas no son relacionadas con las
tradiciones y costumbres que formaron las creencias que hemos venido sosteniendo
hasta ahora como únicas y propias de nuestra identidad.
El stablishment que ha impuesto este conjunto de
valores utiliza contra sus enemigos los propios monstruos que han creado; ahora
resulta que los sobresueldos ¿es una
práctica que se ha inventado la izquierda? Si de algo es culpable el presidente
de CEL y otros que tengan esas prebendas de continuarlas.
Esta forma deviene que los altos ejecutivos de la
empresa privada mejor calificados no se sienten atraídos a trabajar dentro de
la rama pública por los bajos salarios que devengarían como empleados
estatales, de allí que se considere una serie de prebendas adicionales para
compensar las diferencias notables de laborar en un lado como en otro. Es una
tradición dentro de la política mundial ya que es la única manera que el
gobierno cace talentos. ARENA lo denuncia porque sabía de esta antigua
práctica.
Seguimos en lo mismo: ALBA. Ahora resulta –según Paolo Luers- que evade impuestos.
Es muy conveniente sostener, si se es muy “bicho” que no se recuerda nada del
pasado próximo o, viejo para argumentar que ya se le olvido lo ocurrido.
En materia política nuestra patria fue construida a la
fuerza. Por ello se comprende la tradición a todo nivel violenta para resolver
conflictos.
Desconocedores de esto nos sorprende la cantidad de
homicidios actuales, cuando un promedio histórico arrojaría datos quizá iguales
durante los casi 200 años de república. Lo realmente novedoso es el cambio de
discurso frente a 54,000 salvadoreños pandilleros.
Recomiendo para ello Júpiter de Francisco Gavidia.
En materia social se olvida la clasista formación de
los núcleos habitacionales; el mestizaje intencionado entre negros e indígenas
para mano de obra; las formas de pago en encomiendas y haciendas. Cómo, por
progreso patrio se expropió a “campesinos haraganes” sus tierras; bajo qué
circunstancias nacieron el primer sindicato y posterior Código de Trabajo.
La economía
salvadoreña está mal porque se basa en lo falso.
En materia económica se continúa enseñando a los
jóvenes economistas la lógica anti ecológica de ganancia y maximización de los
beneficios a toda costa:
S&P que degradó la calificación salvadoreña a BB- es ahora demandada por EE.UU. por
su supuesta responsabilidad en la crisis financiera de 2008 ya que falseó datos
y manipuló calificaciones de riesgo sus acciones cayeron 14%. La otra, Moody
que igualmente bajó nuestra deuda-bono a Ba3
descendieron 10%. Todo se paga cuando se miente.
Nuestros economistas conservadores desde la prensa mitológica
nada dicen, menos definen; dejando bajo responsabilidad etérea-surrealista la
educación financiera: alternativas
económicas a las vigentes; banca ética; consumo responsable; el comercio justo;
cooperativismo; economía solidaria. Pero no escatiman acusaciones para
denunciar “ataques” al sistema financiero que defienden como único.
La ciudadanía muy engañada de lo que sucede en
realidad desconoce que hay sistemas alternativos a la tradicional inflación más alta que salarios.
Por eso el símil de la Rana peluda es acertado para definir la paranoia de un sector en la
derecha que asume posiciones difíciles de entender fuera del todo.
Todo está relacionado, nuestro pasado con el presente
y este con el futuro y viceversa. Los errores de la cúpula ANEP y satélites
afecta a ARENA y, no podrán desvincularse de esos hundimientos de extremidades
que muchas veces llevados como el instinto de la Rana peluda se despedazan así
mismos para defenderse de algo que o la atacará, o ¿sí?
Lógica y duda
Los viejos ricos contra los antiguos pobres. En San
Miguel hace tiempo que los nuevos ricos se “tomaron” la ciudad. De ser
declarada por Fernando VII la muy noble y leal hemos pasado a convertirnos en
la muy campesina y polvosa ciudad en ello encuentro la explicación del
salgadismo.
Puede comprenderse entonces el temor del stablishment
nacional a ser desplazados por los nuevos ricos que siempre son incultos, mal
educados, anti innovación, van a lo suyo, desinteresados en el desarrollo,
ostentosos, rudos y fundamentalistas.
Esto es así debido a que la clase media procura
olvidar de donde viene y desee mejor parecerse en donde aspira estar: la clase alta. Y de allí deviene el
conflicto sicológico ya que terminan siendo “indios” con pisto. Difícil les es
entender que el buen gusto nada tiene que ver con el dinero.
Pero el caso ANEP-ALBA no es por comer frijoles
pudiendo comprar caviar. Se trata de que sea necesario para la democracia
salvadoreña que exista un capital de
izquierda, uno que haga moverse al
conservadurismo arcaico que viene guiando nuestra nación desde su fundación.
Si revisamos en la época colonial para indios pagarles era solo alimentación e
instrucción cristiana. Luego vendrían en la república los salarios bajos; en
aras del progreso expropiaron los ejidos a los indígenas; los conservadores los
tuvieron engañados con la promesa de devolverles las tierras; Farabundo Martí
igualmente lo hizo en 1932, fracasó.
Los sectores urbanos años después inspirados en los
ferrocarrileros y panaderos sumaron a la insípida clase media de aquellas
épocas y derrocaron a Hernández Martínez. Años de gobiernos militares
afianzaron la economía cafetalera y una naciente industria, todo estaba bajo
control, hasta que las grietas dentro de la derecha permitieron el golpe de Estado
de 1977.
Vino la guerra civil que terminó en 1992. La ANEP y
corifeos se olvidan de hacer análisis, interpretar y construir la realidad
actual con estos datos, sin ellos no se puede entender el avance del FMLN de
ALBA y de que ha llegado el momento como en todas las democracias modernas –EE.UU. o Europa- que exista el capital de derecha y de izquierda. Nada más y nada
menos, se llama dar paso al presente que hará en el futuro la historia.
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