Etimológicamente, la palabra salario viene de “salarium”, que significa sal; esto obedece a una antigua costumbre de dar a los domésticos una cantidad fija de este producto en pago por sus labores.
En la actualidad el salario, es definido como la retribución en dinero que el empleador está obligado a pagar al trabajador, por los servicios que le presta en virtud de un contrato de trabajo.
El código de trabajo salvadoreño establece, que el monto del salario se puede estipular libremente pero no puede ser menor al Salario Mínimo; según esta ley todo trabajador tiene derecho a devengar un salario mínimo, que cubra suficientemente sus necesidades normales en su hogar, en el orden material, moral y cultural.
La tabla de Salario mínimo vigente en El Salvador es la siguiente: Para el sector Agropecuario, ciento cuatro dólares con noventa y ocho centavos al mes o cuarenta y tres centavos por hora; para la recolección de cosechas: en café, ciento catorce dólares con setenta centavos al mes o cuarenta y siete centavos por hora; en algodón ochenta y siete dólares con cuarenta ocho centavos al mes o treinta y seis centavos de dólar por hora.
Para el sector comercio y servicios, doscientos veinticuatro dólares con veintiún centavos al mes o noventa y tres centavos por hora; para la Industria doscientos diecinueve dólares con treinta y cinco centavos al mes o noventa y un centavos de dólar por hora y para la maquila textil y confección ciento ochenta y siete dólares con sesenta centavos de dólar al mes o setenta y ocho centavos de dólar por hora; esto permite determinar que el salario mínimo urbano promedio es de ochenta y siete centavos de dólar por hora y en el sector agrícola es de cuarenta y dos centavos de dólar la hora.
Al reflexionar detenidamente en esta realidad, puede afirmarseque vivimos en un país de pobres, excluidos y explotados; pues no hace falta ser un experto en temas económicos para entender que la clase obrera debe afrontar muchas dificultades para subsistir en medio de las profundas desigualdades sociales y económicas a las que se encuentra sometida, porque la tabla de salario mínimo vigente es contraria a la ley, porque el salario mínimo es insuficiente, inmoral y anticultural.
Recientemente el aumento al salario mínimo se ha convertido en tema de discusión; ya que el Presidente Funes convocó al Consejo del Salario Mínimo para debatir un aumento del diez por ciento, lo que significaría un incremento promedio de veintidós dólares, algo que seguramente no ayudaría a los sectores más vulnerables de la población.
Para resolver los problemas económicos y mejorar las condiciones de vida de quienes trabajan en comercio y servicios, en la industria, en la maquila, en la agroindustria y los cortadores de caña, café y algodón es necesario tomar medidas que vayan más allá de un incremento salarial.
Son dos los motivos que sustentan este argumento y tendrían que tomarse en consideración, uno que quienes reciben un salario permanente es la tercera parte de la población económicamente activa es decir que muy pocos tienen un trabajo estable y dos que al subir los salarios se crea un proceso inflacionario que anula la intención de ayudar a la mayoría de la población, porque el aumento en la canasta básica sería mayor al aumento salarial, encareciendo el costo de la vida siendo lo más afectados los desempleados y los subempleados.
En consecuencia, lo que debe corregirse es la forma como se distribuye la riqueza que se genera en el país y eso no puede ser resuelto con una simple política de incremento salarial, nuestros gobernantes deben actuar contra el problema estructural relacionado con la pobreza, fenómeno que se origina en el modelo económico neoliberal que permite la concentración y centralización de capital en un sector muy reducido de la población.
Deben tomar conciencia que para establecer la justicia social y económica los primeros enemigos a vencer son la ignorancia y la pobreza; que se deben crear las condiciones, para que la mayoría tengamos acceso a una vida en condiciones de dignidad, realizando los cambios para que todos y todas tengamos acceso a salud, educación, medio ambiente y vivienda, porque solo de esa manera se van a reducir los altos índices de delincuencia que nos agobian a la mayoría de la población y nuestro país consolidará una verdadera democracia.
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