En una cita bibliográfica, Violeta Bonilla (1926-1999) expresa sobre el significado de la figura: “Quise representar un hombre sin ataduras, sus manos sueltas expresan la libertad intangible, y los cuatro picos del fondo representan otras cuatro naciones centroamericanas”

domingo, 11 de octubre de 2009

VIVIENDO EN EL PASADO





RED DE SOLIDARIDAD POR LA SOBERANIA, DERECHOS HUMANOS Y RETORNO DE LA DEMOCRACIA EN HONDURAS

Para: Militancia, Organizaciones Sociales, Sector Profesional, Sector Campesino, Iglesia, Estudiantes, y Población en General.

Presente.-

Sírvase la presente para comunicarle , que se ha organizado la Red de Solidaridad por la Soberanía , Derechos Humanos y el retorno de la Democracia en Honduras la cual se inició el martes 11 de Agosto del 2009 presidida por la Lic. Nidia Díaz contando con la participación de diferentes Organizaciones Sociales, Religiosas, Culturales y Políticas, entre otras.

Teniendo como objetivo fundamental contribuir con el retorno del hilo Constitucional de la hermana República de Honduras y a la vez contrarrestar la avanzada Represiva de la Oligarquía Hondureña e Imperialista las cuales pretenden imponer sus políticas hegemónicas en el Continente Latinoamericano y Caribeño.

Por las razones antes expuestas se decidió organizar una marcha para el día 2 de septiembre del 2009 partiendo del Parque Cuscatlán a las 8:00 a.m. hacia Plaza Morazán donde participaran todos los sectores Sociales y con ello se estará contribuyendo como un gesto de Solidaridad permanente, se hace necesario su contribución en: su Activa participación Levando Mantas. Pancartas, Banderas y todo lo relacionado Rechazando el Golpe y pidiendo el Retorno de la Democracia.

Su aporte nos ayuda a fortalecer la lucha de la Unidad del Pueblo Latinoamericano.
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Cayo en mi buzón el comunicado anterior, que en cadena enviaron buenos samaritanos.
Al leerlo y vislumbrar la retorica que aun no se desgasta por el tiempo y que se niega a incluir nuevas palabras que bien pudieran tomar del diccionario moderno.

Solo vino a mi mente aquellos panfletos de mi época de estudiante, rostros y nombres de amigos que ni siquiera llegaron a graduarse de bachillerato por ver crecer la grama por debajo del suelo.

Hoy quizá se revuelcan en su lecho, de ver desde donde estén la falacia de los que les sobreviven.

Previo a recibirlo observaba algunas fotos de la realidad de mi país. Al leerlo me daba cuenta de la gran movilización que se programaba para abogar por los derechos de un pueblo hermano.

Y me preguntaba.

Por que estos buenos samaritanos no se movilizan para abogar y ayudar a su propia gente.

He aquí quiza la respuesta

Viviendo en el Pasado.

Oligarquía e Imperialismo,
Términos de los 80 que se niegan a desaparecer y
que se encuentran enraizados en las mentes de muchos de los salvadoreños.
Prueba viviente del excelente trabajo de capacitación y
adiestramiento ideológico, dirían los maestros.

Calificativos utilizados para señalar a un culpable de todos
nuestros males como desahogo a un resentimiento creado
que bien valdría la pena ahondar para ver si de una sola vez,
pueda el hombre reconocer su origen y permita definir una
terapia colectiva con la verdad, que lo lleve a superar tal complejo y
odio, permitiendo liberarse de su fanatismo ortodoxo.

La ideología es parte del ser, pero el fanatismo lo siega.
Lo risible es que siempre se critica,
pero a conveniencia, navegamos en la hipocresía,
haciendo caso omiso de los principios, valores e ideales
que pregonamos tener. Negándonos a truncar
el cordón umbilical por el simple interés.

Si no es falacia e hipocresía, ¿que es?

Somos más de 3,000.000 de salvadoreños que conforman
la diáspora por el mundo y la mayoría de ellos los acoge el imperialismo.
Cuantos han gritado y rasgado las investiduras en contra del imperialismo,
pero lo cierto es que se niegan a salir de sus fronteras, si fueses fieles
a sus ideales, principios y valores que dicen tener.

El opio de la nostalgia es el medio para que aflore el nacionalismo,
de cuyo fruto hoy se benefician aquellos que dejamos atrás.
El cultivo lo hicieron campesinos de la diáspora salvadoreña en suelo imperialista,
Fruto que por décadas han llevado el pan a los hogares salvadoreños y
no gracias a la sabiduría de los menos de cuatrocientos y pico, electos,
que juegan hacer política y con el destino de los pobres,
para satisfacer sus propios intereses, los bien o mal llamados padres de la patria.

75,000 salvadoreños perdieron la vida en una lucha fratricida y
otros más aun se desconocen su paradero.
Familias aun cargan el dolor en sus hombros,
Salvadoreños que murieron por la convicción a sus ideales y
valores.

Y lo que quedaron vivos hoy gritan en su memoria,
pero se niegan a imitarlos.
No son bobos de salir de las fronteras imperialistas.

Vemos la astilla en el ojo ajeno y no la viga en el propio,
metiendo las narices en un conflicto al que no es nuestro,
pero todos le llaman solidaridad a un país hermano.
Si la iniciativa viniera del imperialismo,
muchos buenos samaritanos saldrían a denunciar que es intervencionismo.

El país crecerá no por culpa o deseo del imperialismo
o igual si fuese de uno comunista.
Crecera cuando se decida liberarlo de toda cizaña,
erradicar la corrupción, el compadrazgo , la impunidad y el nepotismo.
Y dejemos por fin de vivir en el pasado.

Que utopía.

No me explico como es que se llenan las páginas de periódicos locales,
con fotos y señalando la corrupción, malversación
y todos esos males que aquejan a nuestra nacion
Y las cárceles solo están llenas de mareros,
delincuentes, bolos y prostitutas.

Demandar erradicar la corrupción y la impunidad es la accion a tomar,
que los culpables enfrenten a la ley y paguen por sus delitos.
Ya basta de tanta denuncia y señalamientos
como viejas placeras del mercado Cuartel o la Tiendona.

Quien tenga las pruebas que se ponga los pantalones
Y se llene la boca vociferando a loas cuatro vientos
que es un salvadoreño de corazon,
que las presente y denuncie para que el culpable lo metan al bote.
Una utopía que bien vale la pena hacer realidad.

Y si esto no es posible, habría que dejar de perder el tiempo
y ponernos a trabajar por nuestras familias y nuestros propios problemas
Vivamos el presente, sin olvidar el pasado para que ello no vuelva a suceder
Vislumbremos el futuro y dejemos de vivir en el pasado

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