DERECHA
PLANEO TOMAR EL CONTROL DE CORTE SUPREMA SI FUNES GANABA
José
Luis Sanz
Publicado el 14 de Junio de 2011
Tres ex
presidentes y destacados empresarios diseñaron en 2008 estrategias para hacer
contrapeso a un posible gobierno del FMLN, según dijo a la embajada de EUA
Salvador Samayoa. Agregó que Cristiani dudaba de la capacidad del candidato
arenero para ganar en 2009 y comentó que el presidente Saca había manipulado
instituciones de gobierno como la Fiscalía.
A mediados de 2008, dos meses después
de la selección de Rodrigo Ávila como candidato a la presidencia, parte de
Arena ya casi daba por perdida la elección de 2009 y comenzó a estructurar lo
que un grupo de políticos y empresarios llamó “un plan B”, una estrategia para
impedir que un posible gobierno del FMLN pudiera tener control de los tres
poderes del Estado y minar la institucionalidad del país. Evitar que el primer
gobierno de izquierda en la historia de El Salvador instrumentalizara a la
Fuerza Armada era otro de los objetivos del plan.
Un cable de la embajada de Estados
Unidos en San Salvador fechado el 14 de julio de 2008 y firmado por el
embajador Charles L. Glazer detalla una entrevista de funcionarios
estadounidenses con uno de los firmantes de los acuerdos de paz por parte de la
guerrilla del FMLN, Salvador Samayoa, en la que este compartió los puntos
esenciales de ese plan B y el nombre de algunas de las personas que lo respaldaban.
Samayoa, según el cable, narró una
reunión celebrada a finales de junio y a la que él asistió junto a empresarios
y operadores políticos de derecha e izquierda que temían los efectos de un
gobierno del FMLN. En la cita, convocada y liderada por los ex presidentes de
la república Alfredo Cristiani, Armando Calderón Sol y Francisco Flores (que no
acudió pero envió a un representante), estuvieron también los empresarios
Roberto Murray Meza, Ricardo Poma y Arturo (sic) Sagrera. Todos ellos coincidieron,
según Samayoa, en la necesidad de “salvar El Salvador” en el caso de que Funes
ganara la presidencia. En esa reunion, Cristiani dijo en repetidas ocasiones
que tenía “serias dudas de la capacidad de Ávila para ganar la elección”,
aunque debían hacer todo lo posible para lograr su victoria.
Samayoa, que aparece citado como
fuente en otros cables relacionados con el caso jesuitas y el caso Romero, criticó ante los diplomáticos de la embajada
al gobierno de Antonio Saca, que según él había manipulado “de forma arbitraria
ministerios y otras instituciones de gobierno, incluida la Fiscalía General de
la República” (a cargo entonces de Félix Garrid Safie) para lograr fines
políticos personales y “satisfacer los deseos de sus aliados políticos dentro y
fuera del gobierno”. Para impedir que el posible gobierno de Mauricio Funes
hiciera lo mismo, algo que consideraban peligroso para la institucionalidad y
estabilidad del país, los impulsores del plan B pretendían, entre otras cosas,
trabajar para garantizar la paridad en la Asamblea Legislativa que se elegiría
el 18 de enero de 2009 y que se mantendría hasta 2012. Aunque en la
conversación no se detalló cómo, los ex presidentes querían también tratar de
garantizar la independencia de la Fuerza Armada si la ex guerrilla llegaba al
poder.
“Un gobierno de Funes estaría encantado
de heredar una estructura de gobierno indisciplinada y fácilmente manipulable”,
dice el texto, en referencia al Ejecutivo de Saca, y explica: “Por eso el grupo
de los ex presidentes planea proponer reformas legislativas que pongan orden
antes de las elecciones de 2009”.
La embajada definió el plan B como
una estrategia para “aislar a El Salvador de las travesuras del FMLN” en el
caso de que Funes venciera en la elección. Estados Unidos consideraba, según el
texto, “catastrófica” la posible derrota de Arena en las elecciones
legislativas de enero de 2009, en la medida en que abría la puerta a que con un
previsible gobierno del FMLN el partido de derechas tendría escaso control
parlamentario.
No hay comentarios:
Publicar un comentario