DE LA ABUNDANCIA DEL CORAZON HABLA LA BOCA.- POR RODRIGO AGUILAR.
De la abundancia del corazón habla la boca, es una frase de Jesucristo que se encuentra plasmada en el Evangelio de Mateo, la cual nos permite afirmar, que lo expresado en público por una persona es el reflejo de su interior; de cómo su corazón concibe determinada situación o acontecimiento.
En una entrevista, del programa Pencho y Aída transmitida por Radio Fuego, la diputada Milena Calderón de Escalón expresó: “Que no me vengan a decir que los jovencitos van a sacar adelante un partido político”. Esta afirmación, provocó que la población lanzara duras críticas a la legisladora, porque su mensaje fue interpretado como un ataque a la juventud salvadoreña.
Sin lugar a duda, esta postura arrogante, pone en evidencia que algunos políticos se dejan llevar por su excesivo orgullo, el cual los ha llevado a creer, que la política es asunto exclusivo de un pequeño grupo de la población.
Este tipo de pensamiento, es el que ha permitido la formación de Oligarquías Partidarias, que mantienen el control de sus Institutos Políticos, que confunden la edad con la experiencia y que con argumentos infundados se niegan a abrir los espacios a la juventud, sector del cual únicamente utilizan su energía y fuerza en las campañas electorales y lo olvidan hasta que tiene lugar una nueva elección.
Esta clase de políticos han hecho de sus puestos trincheras que defienden a capa y espada, buscando perpetuarse en sus cargos, pero no para servir al país, sino para conservar los privilegios y prestaciones que inmerecidamente obtienen de los impuestos que pagamos la mayoría de la población.
Desafortunadamente, la falta de espacios para que los líderes jóvenes ocupen posiciones de mando, ocurre al interior de todos los partidos políticos que existen en nuestro país; esto se ve reflejado en el hecho, que estas organizaciones continúan siendo dirigidas por pequeños grupos que se resisten al cambio y a brindar oportunidades a los nuevos rostros e ideas frescas, porque seguramente al abrirse ponen en riesgo su modo de vida.
Frente a esta realidad, nuestra juventud debe reaccionar con dignidad, pronunciándose y actuando en contra de este tipo de personas; demostrándoles que dentro de este sector existen personas que tienen la madurez y la capacidad para poder participar en política; nuestra juventud debe actuar con firmeza para cambiar el pensamiento de quienes se oponen al futuro y se encuentran anclados en viejas ideas que mantienen polarizada a nuestra sociedad.
La clase política en general, debe comprender que nuestra mayor riqueza es la juventud, por lo tanto, a los jóvenes se les deben brindar los espacios necesarios para incidir en la política de nuestro país; los dirigentes políticos que se han añejado en sus cargos, deben aceptar que los relevos generacionales van a ocurrir irremediablemente, y que oponerse a ello o pretender frenar esta situación, los llevaría en un momento determinado a nadar contra la corriente.
Las viejas guardias políticas, deben entender que en nuestros jóvenes se encuentran, los líderes y lideresas empresariales, profesionales, gremiales, obrer@s, campesin@s, religios@s y polític@s que un día van a dirigir nuestros destinos; y que por eso debemos protegerl@s, formarl@s y educarl@s, para que puedan vivir en democracia y en paz, pero sobre todo para que no aprendan las mañas de quienes tanto daño le han hecho a nuestro país ocupando cargos de forma perpetua.
En consecuencia invitamos a quienes se resisten a aceptar que ya no son jóvenes y se deben retirar dignamente y no esperar que el pueblo los saque del entorno político, a reflexionar en la frase de José Martí:La juventud es la edad del crecimiento y del desarrollo, de la actividad, y de la viveza, de la imaginación y el ímpetu.”, para que tomen conciencia del gran valor, que tiene la juventud para el desarrollo de El Salvador.
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