UN SISMO POLITICO, SACUDE LOS CIMIENTOS DEL PARTIDO ARENA. POR RODRIGO AGUILAR.
Los diputados Sigifredo Ochoa Pérez, Jesús Grande, Rigoberto Soto y Santos Adelmo Rivas, sacudieron los cimientos del partido ARENA, al dar sus votos para aprobar el presupuesto general de la Nación del año 2013, cuyo monto es 4,503.3 millones de Dólares, el cual según la oposición no tiene el financiamiento necesario.
La fracción legislativa Arenera, reaccionó de forma visceral en contra de sus colegas, tomando sus despachos, vaciando la información de sus computadoras, colgando carteles ofensivos en las puertas de sus oficinas, acusándolos públicamente de traidores, vende patrias y expulsándolos de esa fracción legislativa.
Donato Vaquerano jefe de fracción de Arena, volvió a señalar que hubo compra de voluntades. En conferencia de prensa aseguró que estos cuatro diputados se vendieron por dos millones de dólares y que este dinero saldrá del presupuesto que aprobaron, este es un señalamiento muy grave, debido a que vincula al gobierno en un supuesto acto de corrupción; por esa razón los Areneros están obligados a denunciar formalmente y a presentar las pruebas que dicen tener.
Pero en esta ocasión, los representantes del partido de oposición han sido muy cuidadosos con relación al tema de la corrupción, porque le tiran la pelota al Fiscal General en funciones, pidiendo que actúe de oficio investigando los señalamientos que ellos han formulado, lavándose las manos sin asumir la responsabilidad de acudir a las autoridades; lo que demuestra que por alguna razón no quieren vincularse directamente presentando una acusación formal contra los disidentes.
Al analizar los acontecimientos parece, que la denuncia hecha por los areneros, no es más que una maniobra política, que tiene como propósito evitar que la población perciba su grave división, la cual tiene su origen en el conflicto interno que ocurre dentro de ese instituto político.
Al acusar públicamente sin acudir a ninguna autoridad, ellos están conscientes que el Fiscal General en funciones, no va realizar ningún tipo investigación, porque si no ha tenido la capacidad de firmar el contrato de un préstamo aprobado por los 84 diputados, seguramente no se va a atrever a indagar un caso tan delicado como la compra de voluntades.
La táctica utilizada por el principal partido de oposición frente a lo ocurrido en sus filas, es mostrar unidad y fuerza, pero la realidad es diferente, porque a partir de la expulsión de estos cuatro diputados la correlación de fuerzas en la Asamblea Legislativa tendrá un cambio significativo, Arena se ha convertido en la segunda fuerza política y está a punto de perder la llave que ellos afirmaron tener para controlar el primer órgano de estado.
Otra realidad que deberán afrontar es, que sino formalizan una acusación y presentan las pruebas de corrupción que dicen tener, los argumentos de los diputados expulsados que afirman no haber recibido dinero van a cobrar más fuerza cada día, porque ellos amparan su decisión en el artículo 125 de la Constitución que los faculta a no obedecer a una cúpula partidaria, en cambio los funcionarios de Arena basan sus afirmaciones en especulaciones que no tienen ningún fundamento legal.
Lo que sin lugar a duda, ha quedado muy claro es que en el interior del partido Arena existe una falla de dirección, una ruptura en su cadena de mando, porque las órdenes emanadas de su cúpula no están siendo acatadas por todos sus diputados ni por todas sus bases; porque los disidentes cuentan con el respaldo de las personas que los eligieron marcando por su rostro en la papeleta de votación y no en la bandera tricolor, en consecuencia no puede negarse que ellos tienen influencia dentro de las bases de su partido.
Estos hechos señalados, también deben servir para que la población tome en cuenta, que mientras Arena no resuelva su grave conflicto interno, seguirá demostrando que no tiene capacidad de gobernar sus diputados ni a sus bases y como consecuencia no tiene la capacidad para poder aspirar a gobernar nuevamente nuestro país.
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