EL PACTO ENTRE QUIJANO Y EL GRAN CAPITAL

EL SALVADOR CONFIDENCIAL
23NOV2012-001
EL PACTO ENTRE QUIJANO Y EL GRAN CAPITAL

Luego del anuncio de Antonio Saca, en el cual daba casi por segura su participación en las elecciones del 2014, nos cuentan que las alarmas se encendieron en Arena, pues su dirigencia, aun sin expresarlo, sabe que al suceder esto su candidato se viene a pique. Por lo anterior, varios miembros del Coena, buscaron un acercamiento entre miembros del gran capital, o sea los dueños del partido, quiene

s buscan sustituir a Norman Quijano por Eduardo Zablah y el todavía candidato tricolor con su equipo, con el propósito de unificar los criterios que permitan, por lo menos, tratar de dar batalla el 2014, aunque la guerra pareciera estar desde ya perdida.

A oscuras horas de la noche, a inicios de la semana, en una reunión llevada a cabo en una lujosa y gigante mansión de la loma de Santa Elena, propiedad de uno de estos potentados, se llego al acuerdo entre Quijano, la cúpula y los dueños del partido, que estos últimos “dones”, como les dice Norman, podrían abandonar la idea de cambiar a Quijano por Zablah como candidato, si se cumplían ciertas condiciones.

Con la asistencia de 18 personas, las condiciones fueron expuestas a Quijano y su equipo, muy enfáticamente por Roberto Murray Meza, quien dijo representar a Ricardo Poma, Roberto Kriete, Francisco Callejas, Tomas Regalado, Miguel Dueñas, Enrique Altamirano y a varios herederos de menor injerencia en las decisiones, pertenecientes a las nuevas generaciones de grandes acaudalados del país.

Las condiciones fueron tres, empezando porque Quijano, a cambio de las necesarias “donaciones” monetarias de estos grupos económicos a su campaña, se comprometía amablemente a que el dinero recibido sería devuelto generosamente sin obstáculos, de convertirse en presidente, a través del encubierto otorgamiento de permisos, licitaciones, favores y muchos otros privilegios, como el perdón de multas, privatización de la salud para favorecer a las aseguradoras, ayuda en las aduanas del país para el ingreso de productos, así como la reducción de los impuestos de importación, exportación y de los otros que pudieran afectar en todo el sentido de la palabra, en el desempeño de la empresa privada.

Como segunda condición pidieron ser ellos los que nombrarían al candidato a la vicepresidencia, nominación que recaerá en el empleado del Grupo Regalado Dueñas, Mario Salaverría; así como el nombramiento del 80% del gabinete de gobierno (ministros y viceministros), además de todas las presidencias y directivas de las autónomas e instituciones del estado.

Como tercera condición se puso sobre la mesa, el nombramiento de todos los candidatos a diputados de Arena en el 2015, a través de la ANEP, FUSADES y otras gremiales, quienes entregarían al partido el listado para su ratificación, sin discusión ni procesos de selección abiertos a las bases.

Cabe agregar que hubo un intento de incluir una cuarta condición, la que se acordó abordar en caso de ganarse la elección del 2014. Esta se refería a que la candidatura a la presidencia del 2019 estará desde ya reservada para Eduardo Zablah, quien se convertiría en Primer Designado a la Presidencia el 2014, tomando en consideración su amabilidad de hacerse a un lado nuevamente, tal como sucediera en el 2004.

Según nos siguen contando, Quijano acepto muy triste, pero de inmediato las condiciones, lo cual parece que ha sido motivo de enfrentamiento con varios de los miembros de su equipo de campaña, quienes ya tenían reservados sus cargos en ministerios y autónomas. Lo anterior pareciera que desencantara a quienes son los encargados del trabajo de campo, lo cual, por no gustarles el roce con el pueblo, nunca es desarrollado por los financistas del partido.

No hay duda, que de ser así lo acordado por Quijano, se ha convertido desde ya en el empleado, por no insultarlo con otro término, de la clase más poderosas del país, debiendo complacerlos en todo lo que le soliciten, sin importar si esto va en contra de los intereses de los más pobres y del país.