En una cita bibliográfica, Violeta Bonilla (1926-1999) expresa sobre el significado de la figura: “Quise representar un hombre sin ataduras, sus manos sueltas expresan la libertad intangible, y los cuatro picos del fondo representan otras cuatro naciones centroamericanas”

viernes, 17 de septiembre de 2010

UN MODELO POLITICO PROPIO, EL DESAFIO DE ESTE SIGLO-POR CARLOS VELIS

Tomado de Contrapunto
Carlos Velis (*)


SAN SALVADOR - El problema del modelo político del Frente es el mismo problema de todos los demás partidos, de izquierda, de derecha, vivos, medio vivos, fósiles o muertos. Hemos nacido a la vida política, como nación, a punta de sangre y fuego y marchamados con el miedo y la ponderación del dominador. Nuestra vida oscila entre la atracción-repulsión hacia el poderoso. El reclamo que muchos hacen al Frente, sobre que defina una política propia, adecuada a nuestra realidad, se le hizo al partido comunista hace ya cuarenta años, sobre todo después del 68, sin consecuencias. De hecho, Roque Dalton, entre otros, fue víctima de esa lucha estúpida entre las izquierdas, que fácilmente le colgaban el banderín de traidor a todo el que no pensara como ellos.

El socialismo, el comunismo y todos los demás ismos, vinieron de Europa. Para los políticos europeos era parte de su desarrollo del pensamiento, una utopía posible, si se le agregaba la acción y la máquina de vapor (Marx); y más, si se le incorporaba la electricidad (Lenin). Por su lado, en América, para nuestros políticos e intelectuales era muy cómodo montarse en el carro de pensamiento de otros. De esa manera, los partidos de izquierda europeos evolucionaron con la lógica propia de sus comunidades, mientras que los países latinoamericanos, muy dados a la ortodoxia y el sectarismo, esperaban órdenes de Komintern para mover un dedo.

A la caída del Muro de Berlín, no sólo cayó un sistema, sino también un referente filosófico, que había nutrido las panzas de los intelectuales de izquierda latinoamericanos. Sin embargo, ellos –en especial los nuestros– no se dieron cuenta. Lo más patético es que, a estas alturas, después de veintiún años de Pereztroika, en nuestras instituciones educativas, se elimina la filosofía como materia y hasta como carrera, pero se sigue usando el Diccionario Filosófico de Rossental –pre Pereztroika– y el “coso” de la Harnecker (no sé ni cómo llamarlo) como la biblia del pensamiento. ¡Por favor! ¿Y esa es la esperanza de evolución que tenemos en el país?

El pensamiento se trabaja. Es complicado elaborar una filosofía, una línea de pensamiento que esté de acuerdo con las aspiraciones sociales, sin sacrificar las aspiraciones individuales y viceversa. De hecho, el problema de las filosofías políticas del siglo XX –y que ha heredado el actual siglo– han sido que, mientras que en el capitalismo se antepone los intereses de un pequeño grupo sobre los colectivos, pero se estimula la lucha por las aspiraciones personales, en la izquierda se ha conculcado el interés individual por los intereses macro del colectivo, castrando incluso aspiraciones legítimas personales. En ambos casos, la injusticia salta a la vista y en ambos, se genera un autoritarismo con sus hijos naturales: la dictadura y la dictablanda, o sea la tiranía visible y la invisible.

La crisis actual del pensamiento es mundial. Todos los referentes han fracasado y colapsado. Es urgente el diálogo, la lluvia de ideas, la elaboración de pensamiento, etc. Cuando comenzó la guerrilla, se publicó periódicos de cada organización y, en algunos momentos, varios, encaminados a cada sector. Eran publicaciones de corto alcance, elaborados en mimeógrafos manuales o escamoteados a las facultades de la UES. Pero eso fue el inicio de un movimiento que llegó a ser multitudinario, poderoso y, sobre todo, creativo. Se necesita un esfuerzo de pensamiento ahora, sobre todo porque el referente se cayó y los referentes que hay, son muy débiles, localistas y apoyados por la riqueza de los recursos naturales o, en el peor de los casos, fracasados en otras latitudes. Se impone ahora, más que nunca, la creatividad, el esfuerzo por generar un pensamiento inédito.

Una de mis primeras decepciones que me llevé con el Frente fue que, luego de la guerra, se abandonó todo ese esfuerzo educativo a la masa que se tuvo en la etapa de acumulación (1970-80) y en la etapa de enfrentamiento (1980-90). No hubo la visión cultural que se necesitó para consolidar la nueva sociedad que surgía a la vida y que tanto nos había costado. Mientras que la derecha, la peor de las derechas, con Altamirano a la cabeza, retomó completamente el terreno perdido. Siete años después, estaba ascendiendo al poder el grupo más espurio que hemos tenido en nuestra historia, con Paco Flores a la cabeza. Mientras la izquierda se descalabraba solita.

Creo que ya es hora que la gente pensante deje de quejarse del Frente y comience a elaborar y actuar en consecuencia con los vientos inéditos que soplan en este nuevo siglo.

(*) Intelectual, artista y colaborador de ContraPunto

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