En una cita bibliográfica, Violeta Bonilla (1926-1999) expresa sobre el significado de la figura: “Quise representar un hombre sin ataduras, sus manos sueltas expresan la libertad intangible, y los cuatro picos del fondo representan otras cuatro naciones centroamericanas”

martes, 8 de abril de 2014

El Ministerio de Cultura y Artes

El Ministerio de Cultura y Artes
Marvin Aguilar

Quizá el error más importante que puedo achacarle a la presidencia Funes es el descuido y decadencia hacia la que finalmente se empujó la Secretaria de Cultura.

Pero el presidente tuvo afortunado perdón. El sector al que se abandonó a la usanza jamás vista aún durante la ahora mal llamada peor administración arenera de Federico Hernández Aguilar no era importante para el pueblo y por eso, ese desliz político nunca fue tomado en cuenta, por nadie. Igual desaparecía y nada.

Anuncian habrá ministro de cultura. Y este debe creemos poseer tres elementos indispensables para poder llevar sus labores a mejor destino que estos cinco pasados años que pueden ser llamados de deuda. En esto pretendo centrarme.
I
Debe ser administrador. El aparato burocrático instalado por años dentro de la administración cultural puede llegar a ser teatral. El Ministerio de Cultura no puede ser una Giganta de Jocoro que lleva bajo sus naguas a CONCULTURA Y SECULTURA a la vez.

Citemos un caso: el Museo Regional de Oriente permanece abierto en vacaciones pero se encuentra en el Centro de Gobierno migueleño, si bien SECULTURA apertura para las personas, estas no pueden entrar debido a que el portón principal está cerrado por vacaciones.

Igualmente debido a la suma de instituciones que ahora es la administración cultural la falta de sensibilidad de los administrativos internos frente a las artes es en muchos casos un castrante artístico.
Superar la idea suprema de que el arte es solo de 8: 00 AM a 4: 00 PM y en días laborales es también una tarea urgente si cambiar el concepto patrimonial de cultura del salvadoreño promedio pretendemos. Todo debe comenzar en el interior de la institución.
Capacitación es algo ausente porque se considera un gasto así como incentivar y organizar la profesionalización del personal que, en muchos casos habrá que re alfabetizarlo en la funciones de las nuevas formas de entender el arte.

Todos estos asuntos demandaran una salud mental, emocional y física estupenda por parte de los titulares que junto a los sindicatos de trabajadores existentes deben conjuntamente buscarles soluciones honestas, sin compra de voluntades.

Habría error si el cambio se pretende desde arriba únicamente hacia abajo asumiendo que todos están comprometidos con la cultura y artes. Las pasadas y constantes decepciones pesaran más que las buenas intenciones de quienes llegan a dirigir el nuevo ministerio.

No entenderlo generará conflictos que pueden consumir más tiempo que desarrollar la nueva institución, ignorarlo trayendo personal nuevo además de aumentar innecesariamente la burocracia limitaría presupuesto para las artes.

El ministro de cultura deberá comprender que el gobierno Sánchez Ceren comienza con 300 millones de dólares menos debido a las inconstitucionalidades que la Sala ha decretado en torno al FONAT y otros impuestos y, las artes son la hermana pobre de la cenicienta, siempre. Entonces, un sindicato demandando una nivelación salarial que lleva más de 5 años de retraso por poco presupuesto asignado…

No se niega el derecho de equilibrar la institución con nuevo personal pero el empleo de personas afines con salarios más altos que los trabajadores antiguos e incluso a medio tiempo, así como los patrimonialismos a los que son dados los directores nacionales marcó una relación tensa en este periodo. Si los titulares desdeñan la justicia como habilidad del buen administrador puede surgir el conflicto.

II
Ser artista. Esto no debiese ser problema para un gobierno de izquierda. Pero es necesario que el ministro provenga del sector cultura ya que una de las principales exigencias o habituales preguntas que se hacen los diferentes sectores relacionados es ¿Conoce de artes?

La sensibilidad podría ser vital en una crisis, porque solo un artista salvadoreño comprenderá y conocerá las idiosincrasias nacionales. Igualmente asumirá fácilmente que el Patrimonio Cultural tangible se debe entender dentro de la institución como el símil de arquitectura.

Deberá plantearse la pregunta que rol jugaran los artistas populares y el material intangible, los bailes folclóricos esparcidos por el territorio nacional que algunas Casas de la Cultura gestionan. ¡A las Casas de la Cultura! Tan nuestras y tan extrañas.

Existen deudas urgentes de atender como la descentralización de las artes de San Salvador al resto del país y, no es que se pretenda que se solucione todo en cinco años pero si, es necesario repartir lo poco que se tenga entre las 7 artes y, eso solo podría entenderlo y lograrlo además de un administrador cultural un artista. Cuando menos eso aspiramos creer.

III
Debe ser político. No me refiero militante de un partido per sé, lo cual tampoco es malo. Sino que conocer sobre las ciencias políticas y además de cómo se hace la política machetera salvadoreña.

Un ministro de cultura sin roce y bagaje político tendrá dificultades en hacer llegar recursos al ministerio. Si me permiten un ejemplo el Ministerio de Cultura y Artes necesita una versión de Gerson Martínez que si bien no es ingeniero o arquitecto se rodeó de expertos y no solo eso, visto las obras es casi seguro que los escuchó.

Se dice que Stalin nunca estuvo de acuerdo en que Mijaíl Bulgákov escribiera Batumi, una pieza teatral sobre la juventud del “padre de las naciones”. Aquel enojo del jefe máximo de la URSS aceleró la muerte del genial escritor.        La falta de tacto y oportunidad política lo hundió moralmente.

El problema del Museo Regional de Oriente – que escribí antes- se resuelve trasladándolo del Centro de Gobierno al edificio del Ministerio de Hacienda que se encuentra frente al Teatro Nacional y viceversa. Y esa es una decisión política que solo un funcionario seguro de su voz puede hacer realidad en un país como el nuestro bien dado a los sellos personales.

Oscar Ortiz convirtió una cárcel en museo, como leen no escribo locuras, pero eso fue posible por su peso político y, eso, es necesario en un ministro que para el caso regirá todo aquello que el ser humano hace y que llamamos cultura.

Corolario:
El eje 9 que se comprometió a impulsar el FMLN con la cultura y las artes, es decir un Instituto Superior de las Artes; Educación Artística y Valores Creativos dentro del Sistema Educativo Nacional; la acreditación docente para artistas; FONCCA; seguridad social para artistas y trabajadores de la cultura y el desarrollismo para la empresas culturales de diverso tipo son esperanzas afortunadas para oídos de los que trabajamos contra la desidia nacional.

Pero se corre riesgo sino se complementan con las habilidades humanas antes descritas que no hagan dejar atrás el pasado de activismo cultural de CONCULTURA y el oprobioso presente del eventismo de SECULTURA. Lo abstracto y teórico planteado en la propuesta electoral no sirve sino es aplicable a la realidad y se sienten sus comienzos que para el final de este gobierno serán ya 10 años.  


Pasarían a convertirse el ministro y vice ministro al final del periodo en dos conductores de Elefantes Thai si no están conscientes del sencillo y apasionante reto que deben comenzar al asumir. 

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