En una cita bibliográfica, Violeta Bonilla (1926-1999) expresa sobre el significado de la figura: “Quise representar un hombre sin ataduras, sus manos sueltas expresan la libertad intangible, y los cuatro picos del fondo representan otras cuatro naciones centroamericanas”

jueves, 3 de junio de 2010

SALVADOREÑORIDAD- REFLEXION POR JGUZ

He recibido algunos e-mail, donde además de compartir la buena nueva de que un salvadoreño que aspira en Suffolk a ser contendor en las próximas elecciones por un cargo público. He observado en los textos que acompañan el file del comunicado, diversas expresiones de júbilo y algarabilla, donde la expresión de la salvadoreñoridad sale a flote.


Abuzando de la confianza de quienes me los enviaron, me he tomado la libertad de compartir estos textos, a fin de ejemplizar y tomar de referencia para dar forma a mi reflexión, la cual gira en torno a estas manifestaciones.

Aclarando que mi reflexión, excluye el contenido del comunicado y no tiene intensión de generar controversia alguna o pretender coartar iniciativas, más bien refleja mi posición de seguir fiel a mi convicción de defender mis derechos como individuo cuando se me involucre al hablar de la comunidad a la que pertenezco por mi origen. Ya que no soy su vocero, ni represéntate, mucho menos líder.

Pero que comparto con ella y sus miembros para que sumen un punto de vista más al propio o al de otros que tenga a bien considerar. Que le permita tener un mejor panorama, sacar sus propias conclusiones y tomar sus propias decisiones.

De hecho me sumo, como uno más de los que conforman esta gran comunidad multicultural en Long Island. Felicitando al Sr. Mata como hispano/latino por su convicción de hacer realidad un sueño, que desde mi punto de vista es un merito a reconocer y ejemplo a tomar en cuenta por las nuevas generaciones. Con nuestros mejores deseos.

Citas textuales.
Contentísima de compartir este comunicado que nos llena de orgullo a los salvadoreños.
En ahora buena Giovanni, aplaudimos su aspiración política y sabemos que va a recibir todo el apoyo necesario de la comunidad en general para lograr su objetivo. Nos alegra por Ud., su familia y el distrito que va a beneficiarse con su triunfo. Felicitaciones!
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Estimados amigos:
Por este medio comparto correo electrónico recibido, mediante el cual un compatriota de mi tierra El Salvador, hermano centroamericano, de corazón latinoamericano y ciudadano de Estados Unidos anuncia su candidatura para correr para un puesto de representante del distrito seis del Estado de Nueva York. Le deseo los mejores éxitos. Saludos
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Mi Reflexión

Salvadoreñoridad, fuera de su significado teórico. En términos simples y prácticos se pudiera concluir que es “El orgullo de ser Salvadoreño”.

Dentro de la diáspora salvadoreña este fenómeno está ligado a la nostalgia y la necesidad de revalorizar nuestra identidad cultural perdida, desde mi punto de vista.

De aquí nuestra necesidad de exaltar y celebrar los logros individuales y/o colectivos, buscando marcar una diferencia que nos haga distintos o ser identificables dentro de un grupo.

Lo cual está bien. No hay nada malo en esto. Patriotismo dirían muchos y otros nacionalismo, etc. Cualquier frase que alimente el ego de la salvadoreñoridad es perfecta.

Mi punto es hacer resaltar que sentirse orgulloso de ser salvadoreño. “Es un sentimiento puro y noble que nace de lo más profundo del ser, comparado quizá, con el amor que le procesamos a nuestra madre, a nuestros hijos, conyugue y familia”

Así es nuestro amor por la Patria que nos pario y no importa que estemos lejos de ella, igual lo sentimos.

He aquí la mi razón de hacer ver y entender que tenemos que velar por que este sentimiento no debe de ser mancillado por nadie si decimos sentirnos orgullosos de ser salvadoreños. En pocas palabras actuar en defensa y en contra de alguien como quien insulta a nuestra madre que es lo más sagrado para nosotros los salvadoreños.

De aquí mi llamada de atención para los demagogos salvadoreños y porque no decir a los asiduos a la falacia e hipocresía que piensan que pueden tomar, representar y vender la salvadoreñoridad y dignidad de nuestra comunidad al mejor postor, como cualquier dama de compañía sacada de la calle 24, La Avenida, La calle Célis o calle Concepción por mencionar algunas, para satisfacer sus propios intereses, abuzando de este sentimiento y explotando la ignorancia del individuo o menospreciando su inteligencia.

Si realmente existe la convicción y buenos deseos de hacer obra por ella y sus miembros como trabajar por su desarrollo socioeconómico, cultural y político local en pro de las presentes y nuevas generaciones. Levanten con justo derecho nuestra bandera y con orgullo, pero demostrémoslo a través de los hechos.

No con simples palabras para llenarnos la boca y adoptar poses de redentores o mártires, caudillos o lideres que se rasgan envestiduras en todo medio publicitario posible, cuya intención no es más que seguir dándonos atol con el dedo. Si realmente no es la intención contribuir a forjar su desarrollo.

Si no es así, lo mejor es no levantar su bandera, ya que de los efectos y secuelas de nuestras malas acciones pagarían justos por pecadores.

Una humilde reflexión que compartimos y que esperamos no caiga en saco roto.

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