En una cita bibliográfica, Violeta Bonilla (1926-1999) expresa sobre el significado de la figura: “Quise representar un hombre sin ataduras, sus manos sueltas expresan la libertad intangible, y los cuatro picos del fondo representan otras cuatro naciones centroamericanas”

martes, 24 de enero de 2012

CARTA ABIERTA AL PUEBLO SALVADOREÑO

Hola
Si alguien se siente indignado por la destrucción del mural de Llort en la catedral de San Salvador por favor considere firmar esta carta. Esta es una iniciativa puramente de un grupo de salvadoreños y la carta está escrita respetuosamente, expresando nuestro sentir sin irrespetar a la Iglesia haciendo eco a los deseos del artista Fernando Llort. Estamos recogiendo firmas de individuos y organizaciones. Si quieren firmar por favor envienme su nombre, ciudad y estado. Por ahora tenemos casi 60 firmas de individuos... queremos llegar al menos a 100! 

¡Gracias por su apoyo! Por favor corra la voz entre aquellos que se encuentren indignados por la destrucción del mural!   claudiarodriguez@rcn.com

Washington DC, 17 de enero de 2012
Carta abierta al Pueblo Salvadoreño:

Los salvadoreños residentes en el exterior queremos elevar una protesta pública por la destrucción inmisericorde del mural “Armonía de mi Pueblo” que constituía la fachada de nuestra Catedral Metropolitana. Esta obra realizada por el artista Fernando Llort junto con otros artistas, artesanos e ingenieros, constituía no sólo una valiosa joya cultural sino que representaba el proceso histórico, político, cultural y religioso de El Salvador.

Para nosotros, los llamados “hermanos lejanos”, los patrimonios culturales son de vital importancia porque nos ayudan a transmitir nuestros valores e historia a las nuevas generaciones que nacen y crecen en el exterior; a la vez son símbolos que en la distancia buscamos para mantener viva nuestra memoria y orgullo de ser salvadoreños (as). La imagen de la catedral adornada por el mural, cumplía esa función, constituía un ícono que nos recordaba nuestra historia, identidad, cultura autóctona, el amor a nuestro pueblo y nuestra esencia de artesanos de la paz.

El mural también nos recordaba el invaluable aporte de justicia social y paz de nuestro Arzobispo mártir Monseñor Oscar Arnulfo Romero y el renacer de una nueva patria después de doce dolorosos años de conflicto armado. Por esta razón nos causa dolor e indignación la forma en que las autoridades de la Iglesia destruyeron el mural, sin procesos de consulta comunitaria, y sin respeto a la obra, a los artistas y al pueblo a quien había sido dedicado ese hermoso patrimonio.

Deseamos por este medio expresar nuestra solidaridad con el artista Fernando Llort, a quien agradecemos su trabajo y visión de paz. Es gracias a la comunidad de artistas que nuestros pueblos y naciones cuentan con medios que nos ayudan a reflexionar, a cultivar y respetar los valores humanos, la paz y el amor a nuestra identidad. Hacemos eco a su llamado a preservar la armonía entre las y los salvadoreños. Invitamos a reflexionar sobre el profundo significado que implica ser agentes de paz, como piezas únicas que constituyen una nación que todavía lucha por sanar lamentables heridas abiertas por la intolerancia, la injusticia, la desigualdad y la violencia. Todos y todas sin importar nuestro credo, género, orientación sexual y creencias somos agentes de paz.

Por estas razones las y los Salvadoreños en el exterior hacemos un llamado:

Al Gobierno Salvadoreño, a la Secretaría de Cultura y a la Dirección Nacional de Patrimonio Cultural, a aplicar y hacer que se respete la Ley Especial de Patrimonio Cultural. Es crucial preservar las expresiones de arte que nos humanizan y acercan como salvadoreños independientemente de nuestro lugar de residencia. Consideramos que la cultura es el alma de un pueblo, es su sello de identidad y el Estado debe garantizar y proteger este derecho básico para sus ciudadanos. Sólo cuando exista este respeto el país habrá sentado las bases para la comprensión y la práctica de una cultura de paz.

Al Pueblo Salvadoreño. Que como ciudadanos elevemos nuestras voces y seamos vigilantes activos para defender nuestras obras culturales y lo que ellas representan en nuestro sentir y dignidad como salvadoreños. Instamos a nuestras hermanas y hermanos a que continuemos nuestro activismo, ejerciendo una mayor participación en la vida cívica de nuestro país, de manera que cualquier decisión que tomen nuestros líderes nos sea consultada y se tome en cuenta nuestra voz, ¡El Salvador somos todas y todos!

Atentamente,

Nombre, ciudad, estado, país

Jorge A. Guzman
Hempstead, NY USA

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