En una cita bibliográfica, Violeta Bonilla (1926-1999) expresa sobre el significado de la figura: “Quise representar un hombre sin ataduras, sus manos sueltas expresan la libertad intangible, y los cuatro picos del fondo representan otras cuatro naciones centroamericanas”

viernes, 28 de septiembre de 2012

FUNES MONKEY CARAVAN.


...y mientras tanto los Jefes de Iglesias recogen el diezmo y los políticos limosna, dos bebés son asesinados por sus padres en El Salvador.....


FUNES  MONKEY  CARAVAN.
Por Carlos Mauricio Herrera González. Abogado despatriado. BCN, 19-IX-`12.


El otro día –en una cena de veteranos de futbol- como la carne es débil quise sentirme diputado salvatrucho y me bebí media botella de vino turbio y otro tanto de vino tinto a granel, que acompañé con pulpo a la gallega, entrecot, y pan de pages untado de aceite, ajo, tomate y sal, después del postre snob me tragué un par de chupitos de licor de Pacharán y me lié un generoso porro de hachís en honor al Pelé Zapata. Una vez pedo me despedí de l@s futbolistas y me fui volando directamente a la cama. Tuve un sueño cabrón, provocado por el mucho reír, por la gula, la fatiga de esclavo y el beber sin moderación, me falto follar pero uno de animal debe entender que debe respetar a la mujer. Me cago en mi vieja. A media noche, exiliado de la habitación matrimonial, en mi sueño el Dragoncito F. C. ascendía a primera división y luego de celebrar me vi roncando en el sofá, hasta que interrumpió mi dulce transe un vampiro que me chupaba el pescuezo, aterrorizado me llevé las manos al cuello pero al comprobar que la mierda que me salía de las venas era vino, pues me volví a dormir, y de un tortazo envié al murciegalo a tomar por el culo y escupiéndole fuego lo quemé.

De pronto, en el sueño me encontré dormitando en el primer asiento de un autobús de la three ou one (301), hasta que de un frenazo salí volando hacia el parabrisas que con la frente quebré, pero me espabilaron más los alaridos furiosos del conductor que el sopapo, pues éste me insultaba que por no haberme ligado el cinturón había manchado de sangre el cristal. Reconocí que el motorista era el mismísimo Licenciao Mauricio Funes en persona, por lo que al verlo recordé aquella mala leche de chambrológo con la que interrogaba a la afición y en mi pantalón como chango entrevistado me mié.

El muy cabrón venía hecho una mierda bajando las curvas que desde de San Vicente se dirigen hacia la frontera patria del Río Lempa con la Zona Oriental. Wicho vestía guayabera blanca marca Louis Vuitton, de reojo noté que desde que había dejado de inventar rumores y preguntas sin respuesta estaba más tripudito y cachetón, portaba unas gafas Ray-Ban aviator -al igual que  Homero Simpon- quien chupando Trenzuda hacía de cobrador. La caricatura se cagaba de la risa cada vez que el conductor subnormal, a lo largo de la carretera del infierno, mataba vendedoras sexys de jocotes, de mangos rayados, de carne asada de gato, de totopostes, tostacas, de L`agüelempelada. En todas las curvas el subnormal aceleraba a fondo con el tacón, lo cual provocaba un bulla fantasmal en todas las viejas locas que sentadas como pasajeros venían con niñas y gallinas indias en el bus (porque niños ya no se incubaban en El Salvador), todas juntas le gritaban: “criminal, asesino, joputa, cabrón” y Homero les replicaba llorando de risa: “¡Recen viejas putas, que este cabrón ha jurado que al menos de deudas o de hambre nos va a matar!”, y entonces el autobús cayó en un bache que parecía cráter lunar y todos saltamos de los asientos y nos pegamos un gran mameyazo en la tetunta, pero nos quitó el dolor mirar espantados que salió volando del automotor un neumático con medio eje delantero y que bruscamente nos acercamos hacia un abismo donde nos esperaban miles de cruces coronadas pintadas por Las Maras de neón, y fue tal el chillar de las dignas maitras que el subnormal para no escucharlas subió al máximo el volumen del ci di pleyer que sonaba Gloria de The  Doors. Del estruendo musical el chuzón milagrosamente se estabilizó y continuó en macabra marcha como si tuviera todas las ruedas y entonces las señoras empezaron a cantar el Aleluya: ”¡Aleluya, Aleluuuyaa Mauricio Funes…..eres el elegido de los protestantes y de Monseñor!”, algunas de ellas empezaron a alabarlo en lenguas anfibias desconocidas para la razón, hasta que un par se comenzaron a tirar leche y a dar guantazos, enfadadas entre ellas por haberse declarado unas evangélicas, otras por amar al hijo de Tobby, otras por católicas ecuménicas, por Testigas de Jehová, hasta unas cuantas mormonas se vieron participando en la riña tumultuaria, y fue tal el desmadre que para calmar los ánimos -el subnormal- intencionalmente colisionó el bus contra un carro que salió volando a otro precipicio y se escuchó a unos niños gritar: “¡nooooooooooo, papaaaaá, mamaaaá nos vamos a morir!” e inmediatamente escuchamos crassssh y a Homero con cara de susto decir….gluup (!).

Sinceramente, apreciable lector, nos daba más temor ver a Homero con miedo que ver almas mortales volar hacia el más allá, pues de la colisión fuimos a parar a otro bache enorme por lo que perdimos una rueda trasera, ventanas y guardafangos y entonces Homero empezó a gritar a lo que Funes le ordenó: “relájate,... cabrón...”, carecíamos de equilibrio por más que el subnormal hiciese maniobras técnicas y poco a poco íbamos perdiendo partes del chasis, mirábamos chiviados como salían volando disparados asientos con todo y gente, y ante el pánico colectivo -para enmudecernos- Homero Simpon no tuvo más remedio que meternos sus zapatos en la boca e igual al conductor, y por ello esté perdió totalmente el control del autobús y dimos weltegato, pero en eso llegó surcando los aires para salvarnos Super Wanda acompañada de la Mujer Maravilla, de Xuxa, de la Dra. Rodríguez y de unas cachiporras virgas defensoras de Ciudad Mujer, que estabilizaron el pulman de la muerte a pura zamba de Brasil, y como el viaje se fue haciendo ameno porque las jóvenes empezaron a servir cálices con kaipirinha y cigarrillos de marihuana roja de Santiago de María, el subnormal siguió conduciendo y matando perros aguateros, gatos negros, tacuazines yankees, culebras cascabel, sapos guapos, garrobos amarrados con las extremidades hacia atrás, iguanas preñadas, cusucos y mapaches, pericos chocoyos, guaras y loras, alegando que por Ecología Humana el único animal sobreviviente debíamos ser los descendientes color chocolate de Abraham. 

De paja en paja vi que el descerebrado empezó a chupar y fumose un gran leño para poder en su asiento bailar, al rato empezó a hablar como marero y a sacarnos el barrio, nos sermoneaba diciendo que a veces parecía que todos conspirábamos contra él, decía que el dólar era todopoderoso y que lo que alegaba en Tv-12 sobre el colón salvadorian eran pajas para los campos de concentración, que Cristiani era gran amigo y buena onda, que la mansión de Tony Saca había sido un regalo de Alá, que al igual que el lobo feroz y once chanchitos togados repartían doscientos dólares a los empleados judiciales, nosotros los majes, debíamos aprender a repartir amor, por lo que todos le aplaudimos con las nalgas, menos las mujeres más adultas que parecían estar muy sedadas, y que como plumíferas se habían puesto a pillar, y decían: “¡pío pío...pío, pío…….¿qué ves?.....pío, pío…..a los Magistrados de la Corte y a El Salvador….al revés!”. Continuando con la caravana mortuoria mientras el subnormal giraba sobre sí mismo en la Silla del Mal, entramos a un túnel donde había niebla por lo que en la oscuridad las señoras dejaron de pillar, por lo que todos hicimos silencio hasta que se manifestó entre las tinieblas Monseñor Alas vestido de maestre masón, quien le daba picotazos con la boca a una imagen de cerámica de Dios que colgaba en el retrovisor interno del bus. Ante una señal de alto que hicieron unas calaveras desde varias Carretas Brujas con luces y distintivos de la PNC, el motorista hizo parada, y se subió levitando vestido como cura un viejo gordo y pelón (ustedes ya se imaginarán quien) él cual empezó a darle la bronca a Funes, y le preguntaba cómo era eso que andaban regalando productos químicos sin su autorización en el transporte público, a lo que el subnormal le respondió que todo había sido culpa del despije por los 20 años de ARENA y de las indemnizaciones de los Magistrados de la Corte Chuca anterior(¿les recuerdo los honorables nombres o qué?). 

Encachimbado el viejo gordo se quitó el oficio y se sacó una gran masacuata que dirigió hacia las maitras, a quienes dijo que para que las cipotas se pusieran fuertes y vigorosas les iba a alimentar y vitaminar a cambio de un dólar con jugosa fanta, kolashampan, coca-cola, con tierno Pollo Campero, Kentucky Fried Chicken, Pizza Hut y crujientes hamburguesas Mac, y fue entonces que -de escucharlo- Homero Simpson cayó al suelo víctima de un ataque de risa y convulsionado murió. Acongojados por la muerte de nuestro comic gringo, Satanás (el viejo pelón) en un pispas les arrebató las gallinitas indias a las viejas que lucían túnicas del Antiguo Testamento y con todo y plumas en su presencia las devoró, hasta que llegaron unos piricuacos vestidos de diablos que de los colmillos le quitaban las aves al goloso animal, diciendo que lo hacían para salvar El Salvador, pero no devolvían nada de los restos de gallina a sus legítimas propietarias y herederas, se las comían por amor al pueblo los hijuesú

Posteriormente nos pusimos muy tristes todos porque vimos llorando a Satán, el pobrecito decía que ya nada podía hacer por los más pobres de los pobres. Ludi circensis. Y entonces vi que detrás del bus nefastus venían haciendo caravana enormes camionetas todoterreno color negro conducidas por el payaso Krusty vestido de gladiador, por agentes de la CIA, de la S-2 disfrazados de Mad Max, por embajadores, diplomáticos, pulicías, jueces, fiscales, defensores públicos,defensores de Derechos Humanos, ex-guerrileros, chafarotes, empresarios, brujos, camioneros, traileros, piperos, médicos, chanchos, abogados, monstruos enmascarados, usuarios de twitter y de facebook, curas, buscavidas, estafadores profesionales, pastores, jefes de sectas religiosas, gitanos, Chico Merino presidiendo el Tribunal de la Moral de Pandemónium, maestros, alcaldes, síndicos y concejales locos, vividores, enanos stripper´s, grindios (mitad gringos, mitad indios), analfabetas, cachudas, lobas, hechiceras, estudiantes universitarios, gorilas, conejos, jabalíes, burros, mulas, caballos, centauros, yegüas, bueyes, minotauros, chivos y cabras, y un sinfín más de disminuidos mentales al volante, todos -absolutamente todos- borrachos hasta el culo y haciendo competencia por asesinar transeúntes, ciclistas, motociclistas, padres de familia, hijos, awelit@s de la M-13 y de la 18, sobrix, hermanos malos y buenos, hijastros, primos primeros, primos segundos, madrastras, amantes, pises esporádicos, damos, catrines, gallos, palomos, chalupas, roces oficiales. 

Todos nojostros inconscientes, como monos ignorantes que se desvaloran a sí mismos, a sus progenitores y hasta a sus propios hijos por más que se santigüen al pasar frente fantoches de madera e iglesias y/o se proclamen oradores mecánicos de ridículos versículos de la Biblia. Todos como malcriados nuevos ricos, incapaces de comprender que violando nuestras horripilantes leyes de tráfico nos convertimos en mortíferas armas de destrucción. Subnormales que nos creemos seres superiores cuando estamos al frente de un volante o porque nos han elegido como servidores públicos. Hijos de puta somos, Presidentes cebollos, desalmados propietarios de medios de comunicación –que aún siendo periodistas y conocedores de la influencia de la publicidad, que habiéndose graduado de empresariales en Georgetown, que siendo abogados y notarios o desalmados adeptos de Sai Baba, ingenieros, militares o ex-comandantes revolucionarios- demostramos ser huérfanos de imaginación para llevar a cabo una campaña gubernamental disuasiva permanente que culturice a nosotros las bestias, para que todos –absolutamente todos y usted también Señor Presi o sus hij@s o su mujer- respetemos la vida humana propia y la ajena como indios buenos y cristianizados que somos.

La mayoría somos chimpancés, salvadoreños i migueleños, que creemos que poseer un carro nos concede el derecho de poner en riesgo la vida de los demás, por eso, cuando en mi sueño vi las caravanas nefastas de asesinos de saco y corbata cantando el himno nacional de El Maligno (El Salvador) con la mano peluda sostenida a la altura del pecho, mientras las gentes de a pie de Cuscatlán i Chaparrastique sobreviven en las carreteras -con perpetuos ojos de chivos ahorcados- furioso me desperté, poniéndome ambas manos en el culo, pa´no cagarme -por un poquito de admiración hacia la mujer- en la madre los parió.

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