En una cita bibliográfica, Violeta Bonilla (1926-1999) expresa sobre el significado de la figura: “Quise representar un hombre sin ataduras, sus manos sueltas expresan la libertad intangible, y los cuatro picos del fondo representan otras cuatro naciones centroamericanas”

lunes, 3 de diciembre de 2012

La incipiente periodista que impulsa el desarrollo de Ashapuco

Posted: 30 Nov 2012 01:51 PM PST
Reportera del Desarrollo

Al hablar del municipio de Ahuachapán, lo primero que se nos viene a la mente, es la celebración del día de los farolitos o simplemente el lugar al que muchas personas denominan la residencia de los más tacaños de El Salvador. Interrogante, que no se dará respuesta en esta nota; pero sí, el deseo que tiene Cristina Barillas, de ser una periodista de trayectoria en el terruño que le albergó en la  etapa de su adolescencia.

Esta fémina de tez trigueña y  poseedora de hoyuelos en sus mejillas, nace en la Ciudad Heroica- Santa Ana- a quince días de haberse firmado los Acuerdos de Paz en El Salvador (1992). Su traslado a la cuna de los faroles obedece al impulso de sus padres en busca de nuevas oportunidades.

Cristy, a dos décadas de haber salido del vientre, es orgullo de la colonia Las Margaritas del cantón Ashapuco, localidad que es beneficiada por el Programa de Apoyo Temporal al Ingreso – PATI. Su historia y el esfuerzo de superación, es digno de imitar.

Ella junto a 603  persona  que proceden de 7 Asentamientos Urbanos Precarios,   participaron en este Programa, el cual  provee de un apoyo temporal al ingreso de $100 dólares mensuales y  que es condicionado a la participación en actividades comunitarias y asistencia a capacitación laboral.

Contadora de ilusiones, textos e imágenes

“Me inscribí al Programa con un poco de temor, pensé que no me recibirían por ser bachiller, y como no me había informado bien, tenía esas inquietudes”, relata Cristy.
Hilvana sus ideas con los problemas de su municipio: “Si vieran que difícil está la situación laboral aquí; he tocado las puertas de 15 empresas y no me dan la oportunidad de emplearme, en mi profesión, por eso estoy agradecida con el PATI, por darme la oportunidad de aprender y  trabajar en mi comunidad”.

Cristy, además de ser buena para relatar su vida, nadie la engaña en cuanto a números, es una buena administradora y su profesión es contadora. Sin embargo, la crisis económica que ataña el país, ha resentido sus necesidades básicas (salud, educación y alimento), que también golpea su núcleo familiar -integrado por siete personas-, y que ahora con el PATI,  logra suplir algunas de estas.

En la actualidad, ella participa en el proyecto reporteros del desarrollo junto a 17 personas más, que con sus  lentes críticos capturan las imágenes de su comunidad y  con su estilo de redacción -empírico- han logrado colocar en la palestra municipal y local, las necesidades más sentidas del cantón Ashapuco.

“Soy contadora, sin embargo, hoy que he aprendido a redactar una nota, me inclino más por ser periodista; tomar fotos para mostrar las necesidades de los pobres.

También, hoy que me he dado cuenta que el Presidente de El Salvador, es periodista… con más ganas me inclino por esta profesión, sin embargo, lo que más me detiene es la falta de un empleo para costearme mis estudios y no sé qué voy hacer después del PATI”. Comentó Cristy, mientras sus ojos se inundan al rememorar su vida.

Entre la tuza y la harina

Después del rocío que emanó de los ojos de Cristy, su sentido improvisó como toda buena periodista y nos trasladó su conversación a los quehaceres familiares y con un respiro de orgullo, dijo: “Yo no descanso mucho, después de las tareas del PATI le ayudo a mi mamá en la casa y el fin de semana –sábado y domingo- a mi papá en la milpa.

Si viera  cuánto nos llenamos de ajuate al momento de sacar el maíz; luego lo llevamos para la casa, le quitamos la tuza (hoja) para desgranar las mazorcas. Al final, guardamos el maíz para elaborar las tortillas de todo el año”.

El ajuate al que hace mención esta incipiente periodista, son unas minúsculas espinas que se encuentran el follaje de la planta de maíz, éstas generan una picazón desesperante, más al insertarse en las partes sensibles del cuerpo.

Sin embargo, Cristy no piensa vivir de esta actividad agrícola toda la vida, según ella: “Yo pienso trabajar de lo que sea para costearme mi carrera universitaria, quiero ser periodista”.
Los primeros pasos en esta odisea de las letras y de la captura de imágenes están listos para el 3 de diciembre, expondrá parte de su trabajo periodístico en el Teatro Nacional de Santa Ana. A la fecha, posee más de 400 fotografías y varios textos inclinados a la denuncia, medio ambiente y desarrollo productivo.

No obstante a su formación de pregonera comunitaria dentro del Programa, también se encuentra sujeta a la participación en capacitaciones de Panadería, donde ha aprendido a mezclar la harina con azúcar para obtener pan francés y dulce. Por estas mezclas de oficios, Cristina recibe 100 dólares mensuales, que son entregados por el Fondo de Inversión Social para el Desarrollo Local- FISDL- a través del PATI, que también es ejecutado en coordinación con la municipalidad.

Uno de los grandes temores de esta joven, es que pronto- diciembre- caduca su participación en este Programa y se lleva consigo uno de sus grande anhelos-ser periodista-. El PATI, solo se ejecuta por seis meses en cada Asentamiento.

A la fecha, en Ahuachapán se han realizado tres convocatorias y la próxima arranca a principios del 2013. En la primera participó su mamá – María Elena- y en la nueva, ya se anotó su hermano- Ricardo-. La familia de Cristy, se está preparado en panadería para montar su propio negocio.

El PATI, es un programa presidencial donde participan más de 47 mil personas provenientes de los Asentamiento Urbanos Precarios de 36 municipios del El Salvador, a quienes se ha beneficiado con un aproximado de 22 millones de dólares.

Como esta incipiente periodista, hay muchas personas en Ahuachapán que han sido beneficiadas con el nuevo Sistema de Protección Social Universal, que es impulsada por la presidencia, y que ejecuta con un enfoque de derechos, sin exclusión de raza o credo.

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