Diré lo que no haré, haré lo que no diré

Diré lo que no haré, haré lo que no diré

Marvin Aguilar

En mi natal San Miguel la municipalidad posee un contrato de servicios por un monto que desconocemos con TVO, esta empresa está registrada bajo propiedad de Antonio Duran que es y ha sido en otras ocasiones concejal del municipio.

Esto sin ir por la ramas debería de ser objeto de investigación por parte de la Corte de Cuentas de la República, el alcalde que ha tenido el tino de militar en todos los partidos políticos que han dirigido o poseído magistrados dentro del ente controlador nunca se le ha investigado esta relación que podría rozar tráfico de influencias.

Para uno de los carnavales migueleños el doctor Gregorio Sánchez Trejo oriundo de la ciudad fue nombrado mariscal del carnaval distinción que sirve a la alcaldía para realizar lobby con políticos o empresarios.

Aquí todos entendemos que ha tenido afinidad al PDC y se entiende que fue desde allí que llegó a ser procurador general de la república; dicho esto, ¿creen estimados lectores qué Sánchez Trejo auditaría a la alcaldía de San Miguel objetivamente? Personalmente creo que no.

A la política dura le cuesta reconocer que se ha equivocado ya que eso parece debilidad pero GANA debería exigir a Silvia Aguilar que se retracte de decir entre líneas que no acatará la resolución de la Sala de lo Constitucional grave si tenemos en cuenta que es abogada.

La actitud del FMLN es comprensible porque ha visto como ARENA manejó ese organismo en alianza con el PCN por 20 años.

Y la bipolaridad de ARENA es igualmente entendible porque en caso de ganar en el 2014 esta CCR que se exige independiente podría tomarse su papel tan en serio como los magistrados de la Sala de lo Constitucional, entorpeciendo las labores del presidente auditándole la partida secreta, por citar un ejemplo.

Leído lo anterior ¿Tiene o no razón la Sala de lo Constitucional cuando sostiene que hay partidización política para elegir los magistrados de la CCR desde la Asamblea Legislativa?

A baño de María nos han trasladado los políticos de un choque inter-órganos a una postal macondiana del divorcio total entre la clase política y ciudadanos jugando así a gobernar bajo reglas medievales.

Todo está en llamas. La vista, está en llamas lo visible, el sentimiento que nace del contacto con lo visible ¿qué fuego lo inflama? El fuego del deseo, odio, ignorancia, el nacimiento, vejez, muerte, penas, quejas, dolor, pesar, desesperación y, así esta no solo la vista, sino el oído, olfato, tacto, gusto y la conciencia.

Las personas declaradas su elección a la CCR inconstitucional deberían por honor y amor a la patria desistir de ser nombrados e invitar a la Asamblea Legislativa a abrir el proceso de búsqueda de los candidatos sin filiación partidaria.

ARENA debiese intentar una reforma constitucional que deje claro los requisitos de independencia partidaria en la elección de estos y otros funcionarios de gobierno, debería ir más allá. Establecer mayoría calificada para elegir dichos funcionarios, perder el temor a jugar en igualdad de condiciones, dejar de pensar que siempre se estará en el Ejecutivo y que mientras existan dobles interpretaciones si estoy es fácil gobernar.

La estrategia de aguantar sin cambiar nada pero protestando por todo lo que hace el FMLN para que dejen todo como esta porque ya llegará ARENA no es justo con la patria.

Y si el FMLN piensa como ahora su conducta lo demuestra que siempre estará en el poder que revise las encuestas, no le suceda lo de la liebre y la tortuga.   

Nunca como antes El Salvador había llegado a poseer la cantidad de profesionales con los que ahora cuenta, paradójicamente – tema aparte su calidad o no-  son aún muy pocos para halar al país a un grado de desarrollo sostenible y sustentable en todos los órdenes de vida nacional.

Soy de los que han perdido la fe en el humano, pero no en la humanidad. Y por ahora El Salvador no podrá encontrar soluciones a ninguno de nuestros problemas quizá paliativos.

No se puede sostengo ya que las actuales generaciones de políticos salvadoreños están más interesados en sus egos, resultados personales, posiciones económicas y sociales que en encontrar un lenguaje común entre todos ellos.

El humano fácilmente se olvida, desentiende o vende sus ideales. Pero una generación hastiada de los viejos vicios de la política dirá alguna vez estamos cansados de tanta porquería que nos condena a la pobreza y, allí vendrá el cambio patrio, el de resultados frente a demagogias. Hay que esperar.