En una cita bibliográfica, Violeta Bonilla (1926-1999) expresa sobre el significado de la figura: “Quise representar un hombre sin ataduras, sus manos sueltas expresan la libertad intangible, y los cuatro picos del fondo representan otras cuatro naciones centroamericanas”

viernes, 28 de enero de 2011

PUNTOS DE VISTA DE LA DIASPORA

Espero que no los aburra, pero creo que es importante, personalmente me gustaría mostrar interés en esto hasta verlo preso, compartiendo la celda con los que dirigieron el saqueo del estado en los últimos veinte años y que ahora tratan de levantar su desgatada imagen por medio de la contratación de los medios de información para que desprestigien al gobierno con sutiles pero mal intencionadas observaciones, mientras presentan al partido ARENA como defensores de la transparencia, la cual no les importo cuando sembraron la medicina.


Ruego mil disculpas si ocasiono malestar alguno, pero no me salgan con que si escribo con la derecha o la izquierda al final la verdad es la verdad, o no?

FP
Mas del Arenero Mario Acosta Oertel

Por Carlos Hermann Bruch Cornejo

Palabras reveladores y valientes que han superado la impotencia y el temor, incluso a la muerte, para ser dichas como corresponde luego de sufrir cualquier tipo de abuso, hace un par de días ante la policía, la Fiscalía y algunos medios de comunicación, aunque otros aun callan, como sucedió al inicio del caso de una señora secuestrada y electrocutada en el Super Selectos.

Podría, además, tratarse de una joven mujer que al cabo de unos infernales meses de haber sellado su compromiso de amor –quizás y lo más seguro- ante un flemático cura que sentenció con un "hasta que la muerte los separe", decidió poner fin a un calvario que no debe permitirse nunca que dure ni un par de horas. Aunque se le falle a ese dios. Porque antes de esa cursilería de ser "separados por la muerte", el mandato divino es sobrevivir.

Podría también tratarse de una de las miles de mujeres salvadoreñas (así como chilenas, españolas, indias, mexicanas o de cualquier parte de nuestro mundo machista y obtuso que por eso anda como anda) que las frías estadísticas dicen que pertenecen a la clase media baja y que cada año son golpeadas, vejadas por su pareja...cuando logran salir con vida. Pero no, tampoco se trata de una jóven recien casada de allá de un caserío pobre de campesinos, refundido entre montañas o playas.

Salieron de la boca de una señora de mediana edad, de nuestra ciudad capital y del seno de una familia bastante acomodada (las frías estadísticas son, además, clasistas y arribistas). Las dijo entre llantos la esposa de uno de los más nefastos, inoperantes, despiadados, corruptos y matoncitos de barriada funcionarios del partido que venera a otro que era de su misma calaña.

Pertenecen a la denuncia judicial que una atormentada Marta Rodriguez de Acosta Oertel, luego de treinta años (sí, 30!) de abusos físicos por parte de su esposo, el político de poca monta con costumbres de vaquero bandido y ex ministro, dejara ante las autoridades judiciales.

Creo que a nadie toma por sorpresa enterarse por quién ha sufrido en carne propia que ese remedo de hombre, con credenciales de escuadronero de la muerte y sobre quien pesan grandes sospechas de haber cobijado al terrorista internacional Posada Carriles y también haber traficado con inmigrantes chinos, entre varias otras de esas hazañas que ocurrieron durante los gobiernos ultraderechistas de ARENA ,cuando ostentó el cargo de “super” ministro del Interior en dos ocasiones; es un energúmeno que en la mayoría de los casos le gusta intentar resolver sus problemas con los puños o con su cuarenta y cinco automática.

No exajero ni me lo contaron.

Una vez escribí una columna en un periódico, criticándole porque prohibió, fungiendo ya como ministro, que entraran al país unos entrenadores deportivos cubanos y el cantautor Pablo Milanés.

La misma mañana de la publicación me llamó a mi celular (yo no le había dado el número) para soltarme un folclórico rosario como los que su patrón, el Mayor, solía rezar. De esos que van con alusiones a partir la dentadura, así como otra parte del cuerpo que uno utiliza con un propósito extra, además del de sentarse. Nunca había oido mencionar tantas veces el nombre de mi madre asociado a un oficio que ella nunca ha ejercido.

Unos años más tarde, otro del jet set bizarro salvadoreño, el también bravuconcito y desprestigiado director de televisión, Narciso Castillo, alcanzaría el record del ministro, insultando a mi mamá. Esto sucedió la vez que no me quedé callado porque el director chileno de origenes con la contrainteligencia de los democratas cristianos ligada a la CIA, aceptó la petición de censura de otro acalorado y cascarrabias político, casi lo mismo que Acosta Oertel pero del lado opuesto, el finado Schafik.

Contaba mi abuelito a quien le tocó hacer sus prácticas sociales en Ahuachapán, que el en ese entonces joven Marito Acosta, originario de alemanes (yo también lo soy, pero mis ancestros no eran simpatizantes nazis, en cambio Oertel lucía orgulloso en su despacho de Ministro del Estado salvadoreño, una escultura de unos veinte centímetros de Hitler y en su portalapices una bandera con la suástica) era uno de los personajes, hijito de hacendados, más temidos de la región.

Su pistola siempre al cinto era su único bagaje argumentativo en cualquier discusión. Lo que le hacía siempre salir como un vencedor a la fuerza.

Historias del violento, refunfuñón y agitado ex ministro hay muchas, que van desde la vez que dió por cerrada una fuerte reyerta al interior del Coena, asestándole un izquierdazo a uno de sus correligionarios, pasando por otra en la que me ofreció ya no romperme los dientes y el culo, sino que, para congraciarse conmigo porque yo denuncié aquel hecho, su oferta en el mismo despacho-altar de Adolf, fue la de mandar a sus hombres a hacer lo mismo que ahora sabemos que él hacía con su esposa durante treinta años a una persona con la cual –él se enteró, nunca se lo conté yo- yo tenía un problema legal. Y que luego de rechazar la vikinga oferta del púgil funcionario, solucioné y vencí por esa misma vía.

Otra pasadita del misnitro de botas charras fue cuando hizo el hazme reir ante la TV nacional, recibiendo en el aeropuerto, al pie del avión y con una biblia vajo el brazo, a otra fichita pública, el pastorcillo mentiroso Tobi, que venía deportado de los Estados Unidos, acusado de tráfico de menores ilegales y sobre quien también recaen denuncias judiciales de maltratos a una de sus mujeres.

Dios los cría...

Esperemos que ahora que sale a la luz lo que ya era vox populi, los funcionarios encargados de velar por la justicia entiendan que el proceso de encausar estos delitos cometidos por un politiquero, no deben relegarse al plano de las tranzas políticas, sino que, por el contrario, debe aprovecharse un caso como estos –que seguro hay muchos y más aun del partido de los pistoleros- para dejar claro que los funcionarios deben recibir con mayor peso las consecuencias de la ley.

El escarmiento consolida y afirma la justicia.

Ya los salvadoreños tuvimos suficiente con un Rodrigo Avila aguado y mangoneado en sus distintos cargos de seguridad pública, cuando, por ejemplo, dejó pasar de largo a otro delincuente indiciado, el ex-vicepresidente también de un gobierno arenero, Francisco Merino, quien estando borracho arremetió a balazos contra una mujer policía, luego de una noche de farra al estilo diputado, pagadas con los dineros públicos.

Cuántas almas estarán siete metros bajo tierra porque no tuvieron la suerte de la esposa del ministro hitleriano?

Cabe preguntarse si el presidente de la paz y actual Herr Kommandant del partido de corte fascista, Alfredo Cristiani, hará honor a su trillado y discutido título, porque también pesan sobre él señalamientos judiciales internacionales por asesinatos, y ahora que se se celebra a toda pompa el aniversario de esa farsa, comienza por echar del partido tricolor con cargos de deshonra a su vicepresidente el neonazi ahuachapaneco maltratador y pistolero del Playón. Y, luego, pide públicamente que sea enjuiciado con todo el peso de la ley y más, si fuera posible.

Porque la paz comienza en casa, aunque eso contradiga los postulados del mayor escuadronero que arengaba que El Salvador sería una tumba...

Y váya que lo consiguió!

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