En una cita bibliográfica, Violeta Bonilla (1926-1999) expresa sobre el significado de la figura: “Quise representar un hombre sin ataduras, sus manos sueltas expresan la libertad intangible, y los cuatro picos del fondo representan otras cuatro naciones centroamericanas”

lunes, 14 de febrero de 2011

PUNTOS DE VISTA DE LA DIASPORA

Lo que realmente urge en El Salvador es eliminar la corrupción, meter tras las rejas a tanto político corrupto, sea quien sea y de donde sea. No nos demos paja.

COMENTARIO DEL SABADO 12 DE febrero de 2011

EL SALVADOR URGE DE UN PACTO FISCAL

Por pacto fiscal debe entenderse el compromiso que adquieren frente a la Nación, aquellos que usufructúan su riqueza, especialmente los que bajo el sofisma de que generan fuentes de trabajo, han acumulado enormes capitales, sin retribuir adecuadamente la renovación de los recursos que explotan, tanto del medio ambiente como de la fuerza laboral.

Dicho compromiso se concreta en el aporte económico que debe darse al Estado en materia de impuestos, para que el país disponga de fondos propios para desarrollarse y adquiera la capacidad financiera para generar progreso en beneficio de su población.

Los gobiernos de ARENA se preocuparon por establecer un sistema tributario en el que se garantiza que la población consumidora y la que trabaja no escapara de pagar impuestos, es así que el IVA, lo pagamos los consumidores y no las empresas, entre las que existen algunas que hasta se lo apropian; mientras que el impuesto sobre la renta, no hay forma en que los trabajadores que lo pagamos podamos trasladarlo; sin embargo las empresas disponen de formas para rebajarlo y hasta eludirlo; hay que agregar que ARENA también eliminó el impuesto sobre el patrimonio y privatizó la empresas productivas del Estado, con la falsa premisa de que el libre mercado es suficiente para desarrollar la economía, falsedad que ahora se vive cotidianamente.

Contrario a lo que sostienen los empresarios, el mayor aporte para los en materia política de nuestra democracia lo ha dado el pueblo, tanto en valiosas vidas que cayeron durante el conflicto; de los que siguen cayendo durante la postguerra; de los que emigraron al exterior y envían sus remesas y de quienes pagamos el IVA y el impuesto sobre la renta.

Ahora ha llegado el momento en que el gran capital, los grandes empresarios que siempre se llenan la boca de patriotismo, a través de un pacto fiscal cedan parte de su opulencia, de sus enormes utilidades, a las finanzas públicas; pero sin trasladar este costo a la población, a fin de que el Estado pueda con toda solvencia garantizar buenas carreteras, buenos centros públicos de recreación, desarrolle un excelente sistema educativo; de salud, de seguridad pública, aspectos que influirán positivamente en mayores inversiones, el aumento de oportunidades y por supuesto la preservación de sus utilidades, así vemos las ventajas de un pacto fiscal de beneficio popular.

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