En una cita bibliográfica, Violeta Bonilla (1926-1999) expresa sobre el significado de la figura: “Quise representar un hombre sin ataduras, sus manos sueltas expresan la libertad intangible, y los cuatro picos del fondo representan otras cuatro naciones centroamericanas”

miércoles, 23 de mayo de 2012

El art camp salvadoreño

El art camp salvadoreño

Marvin Aguilar


Todos hemos visto alguna vez ya sea en fiestas patronales o titulares de pueblos los campos de la feria, llamados también de las “ruedas”. De igual en costas del mar pacifico champas que abundan techadas de palmas de coco, adornadas con gallardetes de cerveza, afiches de cigarrillos, galletas, gaseosas, otra vez cervezas, refrescos y cuanta publicidad permita el gusto del propietario. Infaltable es también la mesa típica de estos bares: mesa de bancas, forrada con un colorido mantel de plástico, protegido por uno transparente y asegurado con un hule para evitar que el viento lo levante, un centro que incluye servilletero amarillo, botes rojo de salsa de tomate, negro de salsa negrita, de chile rojo-picante y salero blanco tapadera negra.


Todo esto que nos parece feo, y que dicho rechazo es en realidad el odio a la decadencia de uno mismo, es un arte incomprendido, pesar de que posee coherencia, gusto personal, tradición, accesorios de comida, diversión, forma de vida de un sector de la población salvadoreña; es lo que definiríamos como: el ambulantaje-arte. Esto que no es más que la evolución del barroco español heredado de la colonia, pasado por un barroquismo construido desde las influencias francesas, centroamericanas, mexicanas y finalmente estadounidense ha llegado a constituirse en art camp, nuestro, salvadoreño.


El artista visual RENACHO nos lo presenta en la galería artefacto de San Salvador. Introduciendo así este estilo dentro de los procesos de arte nacionales. Si estamos de acuerdo en que arte es la naturaleza transformada por el artista; Nacho al intervenir las cajas de lustre, carretones minuteros aporta ideología pues vuelve un carretón (objeto pasivo del hecho) en activista para la opinión pública, con discurso: están allí, existen, transitan, circulan sobre el asfalto del gran San Salvador llenándolo como los ríos entran a la mar. Y nos deja escuchar de trasfondo: este es mi compromiso, resistencia, queja contra la sordera que la cultura de masas ha logrado imponernos; el artista ha resuelto finalmente con satisfactoria factura ese cometido que se dice es arte.


No estamos frente a un arte burgués, es la nueva forma de expresar la realidad de la sociedad con tintes de color que son ironías de la vida moderna y dura de la clase proletaria: el ambulantaje; al pintarlos no pretende volverlos artesanías u hombres de madera sin alma o entendimiento, sino bajo un concepto estético una manifestación de la dura realidad nacional, esparcida por las grandes ciudades salvadoreñas.


Son nuestros migrantes del campo hacia la ciudad, ciudadanos del quinto mundo. Es decir los pobres de las ciudades del tercer mundo, los que han sido motivo esta vez para sacar el arte de las galerías o de los museos para lanzarse juntos artista y contracultura a la calle para recorrer la urbe y quizá dejarse ver en algún noticiero en medio del humo de llantas quemadas y gas lacrimógeno sonorizado con el grito: no al desalojo.

Irreverencia, alto contraste, alternatividad desde la periferia


Suscribo aquello de los que han pensado que la redención del hombre debe ser no solo moral sino intelectual, un tonto no entrara en el paraíso por muy santo que sea decía William Blake. La redención debe ser estética. Jesús habló en parábolas, es decir en poemas.


Esta vez nos presenta el artista el amor por lo excéntrico, por las cosas que son lo que no son, artefactos que no se miden por su belleza sino por su grado de artificio y estilización, y más que entenderlo como un estilo se define como la capacidad de mirar el estilo del otro.


Desde luego hay cierta exageración, marginalidad, además de cierto desacato incluso cuando pretende ser refinando. Este arte es el dandi contemporáneo, el de la era de masas. Oscar Wilde que ha sido el primer hombre moderno adelantándose a este dilema decía: ser natural es una postura difícil de mantener. El arte móvil, pero el arte del ambulantaje que RENACHO MELGAR exhibe hoy es una actitud noble frente a la cultura. No crea armonía sino aborda temas violentos e insolubles: los vendedores ambulantes.


Nacho es pues, posmodernista y se sube a la tradición vanguardista que en su momento sirvió al maestro Carlos Cañas con el abstraccionismo como estética o Antonio García Ponce con sus prostitutas como tema.


Nacho y su arte que se desatan en una búsqueda artístico-personal, posee una propuesta en función de descubrimiento y de invención, teniendo de fondo temas nacionales: marginales, folclore, personajes históricos atormentados, ambulantes. Nacho aquí imita al acto de imitar, contempla desinteresadamente y esto lo ubica en el mismo nivel de lo clásico, del museo, provocando un efecto pasional.


Este arte, al que puedo sumar a Mayra Barraza, Gerardo Gómez es el que sustituirá al arte viejo. Ahora puede resultar temerario escuchar esto, incluso arriesgado al no decir una lista más amplia, que bien podría incluir a los ya clásicos emergentes nacionales, y esto no sorprende ya que la mayoría de veces los contemporáneos somos incapaces de apreciar el futuro, es decir, las propuestas provocadoras, avanzadas de los artistas. Nuestra postura de rechazo pequeño-burgués a lo popular es la reacción natural, que para este caso es fuente de la nueva vanguardia.


Sintámonos pues como en el Madonna Inn de San Luis Obispo, un hotel de la costa central de California con 110 habitaciones de temática distintas: Yahoo, nido de amor, Old Mill, Kona Rock, Irlanda Hills, Cloud Nine, Solo el cielo, Corazones y Flores, Rock Bottom, Suite de Austria, Casa Sin embargo, World Suite, Habitación de hombre de las cavernas, Elegancia, Daisy Mae, Sala de Safari, Suite a la autopista, Rock Jungle, American Home, caídas de novia y Carin "Ren", "Dez, y" vous " y "Feliz", "Go" y "Ronda".


Disfrutemos pretendo decir, este arte imitativo que expresa fiel y eficaz la fealdad de la ciudad, la que debe ser eliminada, y que precisamente por ello son bellos, imitemos al artista que ha hecho que estos objetos visibles le pertenezcan haciendo que nos produzcan y susciten sensaciones placenteras, redimirnos es el mensaje.

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