En una cita bibliográfica, Violeta Bonilla (1926-1999) expresa sobre el significado de la figura: “Quise representar un hombre sin ataduras, sus manos sueltas expresan la libertad intangible, y los cuatro picos del fondo representan otras cuatro naciones centroamericanas”

jueves, 29 de septiembre de 2011

PUNTOS DE VISTA DE LA DIASPORA- ¿por qué los salvadoreños seguimos emigrando?

Por la incapacidad de los gobiernos en turno

Por su falta de visión y exportar mano de obra calificada
La falta de oportunidades, la inseguridad social y falta de empleados
Por el negocio que representan los salvadoreños en el exterior, remesas, consumo de productos nostálgicos, fondos para campañas, gastos de viaje y viáticos, costos de estudios para qué?, etc. Y lo mejor de todo no pueden votar y no tienen identidad.
Ahorro en el costo y gasto social.
Disponer de un mercado potencial a quien darle atol con el dedo, etc


En busca del "sueño" de los migrantes

Varias entidades coordinan esfuerzos en busca de responder a una pregunta en apariencia sencilla, pero muy compleja de resolver: ¿por qué los salvadoreños seguimos emigrando?
Por Iván Pérez

El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en coordinación con el Viceministerio de Relaciones Exteriores para Salvadoreños en el Exterior y la Universidad Centroamericana UCA, recientemente concluyeron un programa que no sólo busca analizar las políticas públicas -que desde ya deberían ayudar a resolver el fenómeno migratorio-, sino también pone de manifiesto la necesidad de información estadística, veraz y precisa, a la hora de ayudar a quienes ya han partido en busca de una mejor vida; aprovechando además, los lazos que los compatriotas mantienen desde el exterior con sus familias en El Salvador.

Ya desde el año 2009 el PNUD y otras entidades cooperantes establecieron la meta de ofrecer a la sociedad salvadoreña fórmulas para implementar políticas públicas y programas que ayuden a comprender el fenómeno de la migración en El Salvador.

Uno de los puntos claves de esta iniciativa ha sido establecer el registro de salvadoreños en el exterior.

Un punto muy retador si se toma en cuenta que muchos de los compatriotas que mes a mes emigran -y viven para contarlo- lo hacen de forma ilegal. Esto conlleva el terror a formalizar de alguna forma su status migratorio ante el temor a deportaciones.

La información oficial reporta que del grueso del pastel migratorio, la mayor parte se lo lleva Norte América donde en Estados Unidos hay 2.5 millones de salvadoreños, mientras que en Canadá habitan aproximadamente 138 mil. A estos países le siguen otras regiones del mundo: 20 mil compatriotas en Australia y otros 6 mil en España, por citar los casos más emblemáticos.

El Viceministro para Salvadoreños en el Exterior, Juan José García, está consciente de la necesidad de atacar los problemas de fondo: reducir el flujo de la emigración de salvadoreños hacia el exterior, o al menos, ayudarles a minimizar sus riesgos en el camino; y para aquellos que logran llegar y establecerse, aprovechar las oportunidades de desarrollo humano. Tanto para ellos allá, como para sus familias acá.

García señala que deben existir esfuerzos no sólo para comprender el fenómeno, sino también "para reducir la cantidad de compatriotas que a diario dejan El Salvador", puntualiza.

Pero entonces ¿es conveniente o no que los salvadoreños dejen de buscar sus ideales en el extranjero?

La otra cara de la migración habla por sí sola. Las estadísticas oficiales aseguran que 337 mil hogares en el país reciben remesas totalizando la cifra de 247 millones de dólares, tan solo en el 2010. Esto es, el equivalente al 16% del Producto Interno Bruto o para efectos más prácticos, el 120% más que las exportaciones del país en ese año.

Ante las cifras, García señala "con estas cifras es que se debe hacer más, porque al menos en los Estados Unidos la famosa reforma migratoria es un sueño todavía".

Información vital
Ante el fenómeno que parece irreversible, el PNUD, a través del programa que lidera, ve la oportunidad en los que ya se han ido.

Para el caso de El Salvador, el contar con datos certeros de los salvadoreños que residen en el exterior se podrían gestionar servicios consulares y protección de derechos humanos de forma organizada y clasificada.

Esto lo complementa el observatorio de México, otro de los elementos que contempla el esfuerzo interinstitucional.

Dicho observatorio debe servir para monitorear la situación de aquellos salvadoreños en tránsito diario al Norte y poder así fortalecer sus derechos humanos.

Prácticamente se busca acciones estatales y de autoridades locales más eficaces. Algo que no sucede actualmente y que es precisamente una deuda con los compatriotas que emigran día a día.

Se calcula que diariamente 700 salvadoreños, la mayoría entre los 20 y los 39 años de edad, dejan la patria, huyendo de la delincuencia y la pobreza, un flagelo común a todos los países centroamericanos.

¿Un fenómeno irreversible?

El rector de la UCA, Andrew Oliva asegura que se han hecho esfuerzos por comprender el fenómeno desde hace décadas. "En los 80 el Padre Segundo Montes hacía las primeras investigaciones de un fenómeno que comenzaba a surgir en los años 70", apunta.

Oliva hace referencia a que en sus estudios el Padre Montes parte de la tesis de que los procesos migratorios han acompañado a la humanidad desde siempre, pero en El Salvador la violencia y los conflictos armados detonaron las primeras huidas de salvadoreños al "Norte".

Algo totalmente aplicable a nuestros tiempos, con la diferencia que ahora "la guerra" es contra la violencia y la pobreza.

Oliva asevera que datos de 1987 revelan una cifra de aproximadamente un millón de personas que emigraban en ese entonces. "Esto quiere de decir que en los años posteriores al conflicto la cifra ha crecido el doble", señala.

Si bien es cierto ahora se tiene como punto a favor el desarrollo de las nuevas tecnologías, el problema continúa siendo, como aplicarlas en beneficio del desarrollo y los derechos -así como la protección- del binomio migrantes y sus familias.

Por ejemplo, en El Salvador existen 120 celulares por cada 100 habitantes. Incluso, se reporta que un salvadoreño promedio gasta entre 5 y 20 dólares mensuales en telefonía y la mayoría del tiempo se consume en conversaciones de la vida diaria.

Precisamente, como traducir este recurso en algo útil para mejorar las condiciones que giran en torno a la migración es el gran reto aún sin resolver.

Si bien es cierto los celulares se han convertido en un ágil mecanismo de la banca electrónica para el envío de remesas, pero al mismo tiempo un arma de doble filo cuando este "recurso" es utilizado para sobornar a las familias de los migrantes, ya que en el camino son presa fácil de pandilleros y grupos de narcotraficantes.

Las tecnologías, hoy entiéndase internet, celulares, redes sociales, tv por cable, etc. tienen un impacto en la forma de cómo los migrantes crean su mundo y su relación con las familias que dejan. Hoy una remesa ya no espera días para que llegue por carta, basta una llamada por celular y el beneficiario lo cobra en minutos.

Este es un ejemplo actual sobre cómo la tecnología ha evolucionado la relación del migrante con su familia.

El reto es cómo hacer para garantizar los derechos, el desarrollo y finalmente, una vida digna tanto a los que emigran como a sus familias que se quedan, en un mundo, por hoy, pleno de recursos; entre ellos, la tecnología, las redes de información y comunicación.
http://www.lapagina.com.sv/nacionales/56401/PNUD-UCA-Estados-Unidos-

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