En una cita bibliográfica, Violeta Bonilla (1926-1999) expresa sobre el significado de la figura: “Quise representar un hombre sin ataduras, sus manos sueltas expresan la libertad intangible, y los cuatro picos del fondo representan otras cuatro naciones centroamericanas”

jueves, 4 de agosto de 2011

¿Qué es ser Salvadoreño-Americano? - Por Omar Henríquez

¿Qué es ser Salvadoreño-Americano?


La respuesta a la pregunta ¿Qué es ser salvadoreño-americano? la podría responder diciendo que salvadoreño y americano lo he sido desde que nací; y serlo es un estado natural. Tendría entonces que definir que es para mí ser salvadoreño y que es ser americano.

Pero la pregunta no es hecha en ese contexto. A pesar de eso, para mi ser salvadoreño en la diáspora, es siempre caminar con mis raíces, acarreando el tanate histórico que todos llevamos, con la cara hacia el sol, siempre dispuesto al sacrificio por lograr la libertad y la justicia. Americano, me considero de la América, primero de los nativos, nuestros indígenas desde Alaska a Tierra del Fuego y luego la América de Simón Bolívar.

Resalto, desde que emigre en los años 70’s, he continuamente sobrevivido no en el continente, si no en esta isla que, hoy por hoy, enumera a los salvadoreños como el grupo inmigrante más grande de Long Island.

El reto de tratar de contestar la pregunta hace que nazcan más interrogantes que posibles respuestas. Por lo tanto, me limitaré a dar mi definición personal en el contexto de que ser salvadoreño-americano, en este caso, se refiere a todos los salvadoreños que nos convertimos en ciudadanos naturalizados de los Estados Unidos de América, que la última vez que revise datos, no ascendía a más de 300,000.

Por supuesto, también se encuentran todos los de la segunda y, ya, tercera generación, que han nacido aquí y que se identifican como salvadoreños-americanos, cual cifra, aun continuo tratando de definir, y cual experiencia sería mejor vertida por un representante de este grupo. Lo que sí puedo decir, es que un sector de estas generaciones andan a la deriva, por no decir perdidas.

Entonces ¿qué es para mí ser salvadoreño-americano? Primero no tenerle miedo a nada ni a nadie. Como ciudadano ya no pueden deportarme, que siempre fue el temor más grande de todos, y como ciudadano puedo ejercer mi derecho cívico a votar. Y es aquí donde me encuentro en el desierto. Somos pocos y contados los que nos atrevemos a desafiar el status quo sin temor, ejerciendo nuestros derechos constitucionales, tales como la libre expresión y el derecho al voto. En este caso aplico lo de soy salvadoreño por el espíritu de lucha que tengo, y americano porque puedo votar.

[Vale agregar que todo individuo en los Estados Unidos está protegido por la Constitución, sin importar si es ciudadano o no. Recientemente en la ciudad de Oyster Bay, se hizo uso de la misma para derrocar una propuesta de ley que atentaba contra los derechos civiles de los jornaleros inmigrantes.]

Saber y ser consciente

En el contexto político, para mi ser salvadoreño-americano es participar en la vida política de donde residimos. Conocer el sistema político local, estatal y federal, estar al tanto y tener el pulso político del momento, saber al menos quienes representan a nuestras comunidades para poder reclamarles y exigirles nuestros derechos y mejor trato. Saber un poco de la historia de esta nación es imprescindible para ser salvadoreño-americano. Debemos haber leído a Howard Zinn y conocer sobre la lucha por los derechos civiles. Saber y estar consciente que El Salvador, a duras penas trata de dar sus primeros pasos en una democracia ilusoria, en un sistema que priva y excluye de las necesidades más básicas a la mayor parte de la población. Saber que aquí, al igual que allá, siempre seré diferente y dudarán de mi procedencia. Haber ojeado, por no decir atentamente leído, aunque sea una vez, ambas constituciones. Debemos saber y estar conscientes que si somos ciudadanos, pero de segunda clase. Tanto aquí como allá.

Que yo sepa, existen dos organizaciones a nivel nacional que pretenden unirnos como salvadoreños-americanos. Una se llama SANA (Salvadoran American Nacional Association) y la otra SANN (Salvadoran American Nacional Network). Ninguna de las dos ha tenido prominencia o éxito en posicionarse como una organización veladora de los intereses de los llamados “salvadoran-americans”. El reconocimiento del día del salvadoreño fue logrado por SANA, y SANN está en campaña por cambiarle el nombre al aeropuerto de Comalapa. Campañas simbólicas nada más. Aunque la del Día del salvadoreño-americano, es la que ha tenido más rédito. Ambas organizaciones tratan de ingerir en la política guanaca, pero en la política gringa nada, no hay capital político, análisis y menos combatividad.

Navegando sin ser absorbido

En términos culturales, ser salvadoreño-americano, para mí es poder navegar sin tropiezos el mar de la cultura dominante sin ser totalmente absorbido. Esto implica saber hablar, escribir y comunicarse en ingles y conocer los modismos, dichos y costumbres de los anglos del lugar. Conocer pues, las reglas del juego, que están determinadas y bien definidas. No necesariamente quiere decir que me haré un fan del fútbol americano, pero sabré el significado de serlo.

Ser salvadoreño-americano, para mí, es continuar en mi búsqueda por definir porque nos dicen guanacos, y hablarles a las nuevas generaciones sobre la necesidad de que creen una identidad, fuera del patrón de maras, de que no se olviden que este es su país, que lo tomen como tal, que se adueñen de él, y que ellos son la esperanza. Y que El Salvador siempre nos espera, siempre que no lleguemos deportados y sin pisto.

Finalmente, ser salvadoreño-americano no necesariamente quiere decir que me haré un fan del fútbol americano, pero sabré el significado de serlo. Saber que significa ver ondear la bandera gringa un 4 de Julio y sentirse conmovido, es desfilar y testificar en el senado o en cualquier tribuna política por los derechos de los indocumentados, es saber que vivo en tres mundos, el anglo, el de inmigrante, y el de guanaco. Que puedo disfrutar pizza y pupusas, hot dogs y elotes, bagels y frijoles fritos, que puedo bailar cumbia y salsa, y disfrutar mis blues y jazz. Que puedo identificarme con cualquier inmigrante de cualquier nación y saber que hay estadounidenses que comprenden, ayudan y tratan de lograr un mundo mejor.

http://tribunahispanausa.com/portal/?p=18404

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