En una cita bibliográfica, Violeta Bonilla (1926-1999) expresa sobre el significado de la figura: “Quise representar un hombre sin ataduras, sus manos sueltas expresan la libertad intangible, y los cuatro picos del fondo representan otras cuatro naciones centroamericanas”

martes, 4 de octubre de 2011

NOTAS DESDE EL PULGARCITO- LA INDIGNACION

La indignación

http://www.contrapunto.com.sv/editorial/la-indignacion

La indignación crece a causa de las malas políticas, de los malos políticos y de sus nefastas consecuencias

SAN SALVADOR – El movimiento de los indignados va creciendo por el mundo de manera incontrolable. En los países árabes, en Europa y en los Estados Unidos, la indignación crece a causa de las malas políticas, de los malos políticos y de sus nefastas consecuencias.

Por supuesto que habrá un loco y desquiciado ideológico que le llame a esto “neocomunismo” o “neoimperialismo”, en dependencia de dónde ocurra y de qué signo es el poder denunciado.

Y seguirán los serviles y representantes de los poderes sin reflexionar. Y seguirán creyendo que todo es obra de un demonio ideológico, sin reflexionar que el desastre lo causaron sus propias arbitrariedades y sus voracidades de riqueza y de poder.

Se necesita un alto en el camino: lo que hoy sufre Libia, fue lo mismo que ayer sufrió Irak. Guerras atroces que han matado a miles de inocentes que nunca lo merecieron.

¿Valió la pena la muerte? Seguramente que no. Y menos para los familiares de las víctimas.

Pensemos en un momento en El Salvador. Todos los políticos, desgraciadamente, están en fase de declive. Hasta el presidente actual, que la mayoría creímos representante de cierta frescura, está en crisis, entre otras cosas, porque no ha sido efectiva la ejecución de sus promesas electorales. La injusticia se mantiene.

Así que señor presidente: el 15 de marzo de 2009 no fue el turno del ofendido*como Ud lo anunció (menos para el creador de esa frase y que Ud no tiene ya ni la moralidad de repetirla).

Los ofendidos siguen su camino; de ofendido a indignado es un solo paso, corto.

(*) El turno del ofendido, poemario de Roque Dalton

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